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Estas son dos de las cabras que Alberto Gómez tiene en la casa de su padre.
"Yo no soy un maltratador de animales"

"Yo no soy un maltratador de animales"

El hijo del dueño de las cabras que denuncia Pacma, explica cómo desde que su padre ingresó en prisión en noviembre, él se encarga de alimentarlas tres veces al día, y de subirlas y bajarlas del monte

dm

Jueves, 18 de febrero 2016, 16:22

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Alberto Gómez es menor de edad y tiene a su cargo a las 23 cabras que su padre tenía en el momento que entró en prisión en el mes de noviembre. Sabe que hasta esa fecha había animales que no estaban bien atendidos, pero "yo no soy responsable de eso", comenta muy enfadado al saber que el Partido Animalista (Pacma) le ha denunciado porque dice que sus animales "mueren por inanición, en condiciones higiénico-sanitarias lamentables". Pacma ha hecho públicos unos vídeos en los que se ve que efectivamente eso era así, pero "esos vídeos son del verano, de cuando mi padre, que estaba enfermo, era el responsable".

Alberto está dolido porque sabe que aquello era así, pero asegura que desde que él se encarga "le subo a dar de comer tres veces al día. Tengo las facturas del almacén donde compro el pienso. Se las enseño a quien sea", asegura conteniendo la rabia que le ha dado que "la gente de Liérganes me mira ahora como si fuera un maltratador de animales y no lo soy". Le cuesta hablar, a veces incluso parece que se derrumba. No quiere ni hacerse una foto de la "vergüenza" que le da que se hable de él. Pero su madre, Begoña Rodríguez, está a su lado apoyándole. "Es muy injusto porque los animales ahora están bien. Es más, toda la comida que sobra en la bodega -ella regenta una en Liérganes- se la doy para que se la suba a los animales", comenta dejando claro que no lo dice porque Alberto sea su hijo sino porque sabe que el chaval lo está haciendo bien. "El problema -dicen- es que la vecina de la casa de al lado, que no deben gustarle los animales y las fotos y vídeos que han mandado al Pacma están grabados desde su casa. Pero aquello fue en verano", relata Begoña. De hecho recuerda cómo llegaron unos agentes del Seprona y se llevaron a los animales que estaban en malas condiciones, pero eso fue antes de que Alberto padre entrara en la cárcel por otros asuntos.

El alcalde de Liérganes, Santiago Rego, corrobora lo que dice Begoña. "Antes, sí que es cierto que varios vecinos presentaron quejas orales y por escrito, y en aquel entonces -el año pasado-, el Ayuntamiento pidió un informe de la situación a la trabajadora social del Consistorio y del Servicio Cántabro de Salud. En ese documento se recogía cómo estaba la casa objeto de las quejas y el ICASS lo puso en manos de la Fiscalía. El Ayuntamiento no puede hacer más", explica Rego. Pero lo que sí asegura es que desde que Alberjo hijo es el responsable de los animales, "nadie ha vuelto a quejarse". Por eso les extraña a todos la denuncia hecha pública ahora por Pacma. Tanto madre como hijo aseguran que "a casa no ha llegado ninguna denuncia" y también tienen claro quién es la responsable de este follón -"cuando me la cruzo me grita que me van a quitar a los animales"-, por lo que no dudan en que van a poner el caso en manos de un abogado para que sus nombres no salgan perjudicados de una situación heredada. De hecho, el miércoles por la tarde fueron a la Guardia Civil de Solares para asesorarse sobre qué hacer y cómo actuar.

Alberto cuenta que es cierto que ahora tiene cabras en la cuadra y en el jardín de la que era la casa de su padre, "pero es que hay cabras que tengo que bajar de la peña porque van a parir. Ahora en el prado hay 13 y otras diez siguen en el monte. Y claro, las que tengo en La Rañada (barrio de Liérganes donde están los animales) paren allí mismo y yo no estoy las 24 horas del día. Pero cuando llego hago lo que puedo", dice enseñando los papeles que atestiguan que todas tienen sus crotales, su código de explotación y el permiso del Ayuntamiento para tenerles. También enseña fotos de cómo están las cabras poco antes de ir con todo el material al cuartel de la Guardia Civil de Solares para asesorarse. En ellas se ve la hierba que tienen, una caseta para los perros y un plástico que las ha puesto para que se metan debajo cuando llueve. Su madre le defiende porque "sé que su vida son esos animales. No entiendo cómo puede haber gente tan mala".

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