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Una de las aspirantes introduce su número en el bombo en el que se sortearon los empleos.
El primer premio, un trabajo

El primer premio, un trabajo

Marina de Cudeyo sorteó los 46 empleos de los proyectos de Corporaciones Locales

elena tresgallo

Miércoles, 27 de abril 2016, 07:25

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Un bombo de jugar al bingo decidió la suerte de los 138 desempleados que aspiraban a cubrir las 46 puestos de trabajo temporales del plan de Corporaciones Locales. Se trata de un sistema que solo tiene un precedente similar en Bezana, aunque en aquel caso no hubo una selección previa de los candidatos, lo que provocó mucha controversia. En Marina de Cudeyo, el Servicio Cántabro de Empleo (Emcan) fue el encargado de hacer la primera criba enviando una lista cerrada al Ayuntamiento con tres aspirantes compatibles con los criterios sociales y de méritos para cada puesto.

Durante los primeros minutos del sorteo un silencio casi sepulcral invadió el pabellón de Rubayo. Eran 138 personas para únicamente 46 empleos que todos lo necesitaban. Algunos de los aspirantes no acudieron al acto público, pero su bola también entró en juego. Según se explicó desde el Ayuntamiento, la decisión de hacer el proceso de selección de esta manera tenía como objetivo garantizar que todos tuvieran las mismas oportunidades de conseguir un empleo. El primer teniente de alcalde, Pedro Pérez Ferradas, valoró la experiencia como positiva. «Ha habido normalidad y máxima transparencia», destacó. A su juicio «era la solución menos mala», para todos los implicados.

Dentro del pabellón, ingenieros, técnicos, diplomados en turismo y magisterio, oficiales y peones se jugaban todo a una bola, la del bombo, que les otorgaría un pase a un trabajo temporal de seis meses. Cuando empezó la primera ronda, los aspirantes empezaron a coger sus bolas, las que les habían asignado a cada uno de ellos, y las introdujeron una a una en el bombo. Sonaron los primeros nombres para los técnicos de turismo, pero nadie saltó de alegría. La emoción se contuvo en un gesto fraternal de cortesía por los que se iban de brazos caídos y con los bolsillos tan vacíos como llegaron.

En la primera fila, un chico conversaba con la persona que tenía al lado y subía el tono para protestar por el sistema elegido para la selección, pero los asistentes siguieron la marcha del proceso con el mismo silencio que al principio. Fue la única voz que se alzó de puntillas.

Cuando todo acabó, Isabel Cotero, una de las agraciadas, no podía disimular su alegría. Había conseguido una de las plazas para trabajar en un proyecto de dinamización rural y tiempo libre. Licenciada en Historia del Arte, llevaba tiempo sin trabajar y la suerte le devolvió ayer su sonrisa. No estaba de acuerdo con el muchacho que protestaba en primera fila. A su juicio, el sistema utilizado era «muy justo y un ejemplo a seguir» para otros ayuntamientos y acabar con los «enchufes».

Con menos entusiasmo hablaba otra de las agraciadas, Patricia García (diplomada en Turismo), a quien el sistema no le había parecido mal, aunque sí añadía un «matiz»: que en el caso de las plazas más especializadas el propio Emcan no hubiese realizado entrevistas personales antes de enviar las listas al Ayuntamiento.

Para José Ramón Bolívar, otro de los aspirantes a oficial que no consiguió el empleo pese a llevar años parado (se quedó en la reserva), el sorteo había sido «justo» y no le parecía mal. «Porque así todos tenemos la misma oportunidad», reflejó. Bolívar había estado antes en otros procesos selectivos en Marina y, en su opinión, las preguntas que les hacían en los exámenes «no eran lógicas» y el sistema no le ofrecía «tantas garantías de igualdad» como este.

El Ayuntamiento sacará hoy una lista con los seleccionados que se publicará en la web municipal, por lo que se recomienda consultarlo al haber habido renuncias.

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