Galizano, Carriazo y Castanedo se concentran por su cabalgata
Los vecinos piden al Obispado que siente a las partes a negociar, para salvar la tradición que tiene ya 50 años de vida
Elena Tresgallo
Viernes, 9 de diciembre 2016, 07:14
Más de 150 vecinos se concentraron ayer frente a la iglesia de Galizano para pedir al cura, Samuel González, que les deje utilizar el templo para la entrega de regalos durante la Cabalgata de Reyes de Castanedo, Carriazo y Galizano. No obstante, aunque estaba prevista la llegada del párroco para oficiar una ceremonia, éste no vino y llegó un cura sustituto. Por ello, un portavoz de la cabalgata anunció que pedirían al Obispado "una mesa de negociación" entre las partes para no cancelar la tradición de medio siglo, "símbolo de unión de los tres pueblos", recalcaron.
"Es una concentración espontánea que surge por la indignación de los tres pueblos en contra de que no se celebre el acto de entrega de regalos en la iglesia", defendieron este jueves Borja Lavín y José Ramón Vejo como miembros de la Asociación de la Cabalgata. Ambos pidieron la intervención del obispado para sentar al párroco con ellos a hablar y recordaron que la cabalgata es "una catequesis andante", que todas sus escenas se hacen "según el Nuevo Testamento" y que sigue a rajatabla esta tradición. Por ello no entienden que motivo mueve al párroco a negarse en redondo a que se haga el último acto de la cabalgata, máxime cuando este verano "se ha representado la danza de Ibio que es un rito celta guerrero, dentro de la iglesia", compararon.
El conflicto surgió a raíz de la negativa del cura de los tres pueblos a que se utilizase el templo para el acto final de entrega de regalos de la cabalgata que, este año, había solicitado ser declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. El sacerdote entiende que "no es el lugar" y añade que así se lo avisó hace un año a la asociación.
Pero los vecinos dicen que la cabalgata es "religiosa" y nació de "la unión popular"; que así lo hicieron siempre con el anterior párroco y nunca hubo problema, además de insistir en que las alternativas existentes no son las más adecuadas, por lo que no descartan aún suspender la cabalgata de medio siglo.