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Elena Tresgallo
Sábado, 10 de diciembre 2016, 08:15
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El Obispado de Santander dejó claro, este viernes, a los organizadores de la Cabalgata de Reyes de Castanedo, Carriazo y Galizano que respalda la decisión tomada por el párroco de los tres pueblos, Samuel González, quien decidió no dejar el templo para la entrega de regalos a los niños por los Reyes Magos. Se trata sólo de la escena final de la representación de este Auto Sacramental que lleva medio siglo escenificándose de la misma manera.
De nada ha servido el "dialogo" que ambas partes reconocen que han mantenido al menos de forma bilateral entre el Obispado y los miembros de la Asociación que organiza la Cabalgata de Reyes para hacer cambiar de idea al párroco de Galizano, Carriazo y Castanedo de dar marcha atrás a su decisión de no dejar la iglesia para la entrega de regalos, como le solicitaba la organización de la cabalgata.
Dada la trascendencia pública del caso, el Obispado de Santander decidía emitir ayer un comunicado publico en el que cerraba filas en torno a la decisión del religioso. Según la Diócesis el templo, "como lugar y casa de oración, debe ser respetado en su uso", explicaban, a la par que recordaban que siempre se ha ofrecido a la otra parte una solución intermedia que no se habría tenido en cuenta. "Desde el principio se ha querido dar la posibilidad de que en el templo parroquial se realice la representación de las escenas específicamente cristianas y bíblicas de la cabalgata, siempre con el decoro y respeto debido al lugar sagrado", explicaban.
A la par, desde el Obispado se insistió también en que hay alternativas para desarrollar el acto final de la polémica, fuera de la iglesia y sin alterar el resto de escenas de la cabalgata. "Entendemos que todo lo que es ajeno a la mera representación de las escenas bíblicas, y que se ha visto incorporado a la cabalgata, puede ser realizado fuera del templo, respetando así de un modo especial los lugares que son propios para la celebración de los sacramentos", insistieron. "Estas otras partes de la cabalgata pueden ser desarrolladas en otros lugares, sin que por ello se vea mermada la representación de la misma", apostilla el comunicado eclesiástico.
Asimismo, afirman que "de modo personal", el mismo párroco había trasladado a la organización de la cabalgata "la posibilidad de usar otros locales parroquiales, anexos al templo, en los que sí se podría desarrollar", la misma.
El pasado jueves, unas 150 personas se concentraron para protestar por la decisión del cura de cerrarles la iglesia a la entrega de los regalos. Lo hicieron mediante una protesta pacífica y silenciosa, fuera del templo, para mostrar su "indignación" por lo que consideran "un empecinamiento" del párroco. Allí pidieron al Obispado una mesa de negociación para sentar a las partes y no se descartó suspender la cabalgata sino se les dejaba seguir la tradición.
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