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Sofía posa para la foto en brazos de su abuelo, José Ricardo España, flanqueada por su abuela, Loli Higuera, y su madre, Stela España.
Sofía, el primer bebé de Miera en 16 años

Sofía, el primer bebé de Miera en 16 años

La pequeña 'meracha' llegó al mundo el pasado 20 de junio y se ha convertido en la «nieta» del pueblo

elena tresgallo

Sábado, 31 de diciembre 2016, 07:52

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Sofía España Fernández ya sabe hacer los cinco lobitos y, además, es el primer bebé nacido en los últimos 16 años en La Cárcoba, que junto a los barrios de Los Pumares, Solana, La Matanza y Tejuelo forman lo que sus habitantes denominan Miera pueblo. También es la única niña empadronada en este barrio en las últimas dos décadas. Su nacimiento, el 20 de junio, ha sido toda una revolución para sus vecinos la mayoría de avanzada edad y una puerta abierta de esperanza para el deseo de repoblación de los barrios altos merachos.

En la actualidad, el municipio de Miera cuenta con 410 habitantes y está formado por varias localidades. Además, el 31,46% de la población es mayor de 65 años. En el caso de Miera pueblo, este índice se multiplica por dos frente a otras localidades más pobladas del territorio meracho, como Mirones o La Cantolla, que comparten el problema del éxodo juvenil y la paulatina despoblación de los barrios, aunque en menor medida. Un fenómeno migratorio en el que tiene mucho que ver la dificultad de los accesos y la precariedad de las infraestructuras, comunicaciones o la ausencia de servicios que generen empleo. Todo ello, a pesar de ser una zona cómoda para vivir, con un alto potencial turístico patrimonial por sus cuevas prehistóricas y la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, por su paisaje natural y por estar ubicada a sólo 40 minutos de Santander.

La primera nieta

Desde hace seis meses, Sofía se ha convertido en la primera nieta prestada de todo el pueblo en mucho tiempo, pero sobre todo representa la ilusión de los vecinos del barrio de La Cárcoba (donde vive con sus padres Stela España y Eduardo Fernández) por verla crecer.

Al contrario de otros jóvenes, la pareja que trabaja fuera del municipio ha optado por quedarse en Miera y, aunque eso implica algunas incomodidades, ha preferido que su hija crezca jugando en la calle, tranquila y feliz, sin peligros acechando, como lo hicieron ellos.

En realidad, son como cualquier otro matrimonio con niños viviendo en un entorno rural cercano a la capital, la única diferencia es que Miera necesita sentar las bases y buscar recursos para fijar población y tener un futuro. Cuando los padres no están por motivos de trabajo, son los abuelos, Loli Higuera y José Ricardo España (antiguo alcalde de Miera) quienes cuidan de Sofía, que tiene un misterioso poder de atracción. Tanto es así, que a los paseos de la mañana y la tarde se les van sumando vecinas, que permanecen atentas a cada sonrisa, gesto o pequeño avance del bebé. "Tiene un montón de abuelas, es la atracción del pueblo", describe orgullosa la verdadera yaya.

Cuando crezca un poco más, su madre la llevará al aula de dos años de Liérganes, es allí donde van los niños al colegio, ya que las escuelas se cerraron hace tiempo. Al pediatra, también hay que ir allí, pero la distancia no es mucha, poco más de un cuarto de hora en coche. No obstante, la falta de oportunidades de empleo en Miera ha precipitado el éxodo juvenil. Además, cuando Sofía vaya al colegio, si no la llevan los abuelos o los padres, habrá que pagar un taxi, ya que los autobuses no giran en la carretera a La Cárcoba, de ahí el aislamiento y la reivindicación para que la arreglen como vía principal hacia el desarrollo de la zona. La esperanza de Miera es que Sofía pueda crecer jugando con otros nietos prestados.

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