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El cementerio de El Astillero ha sufrido recientemente una serie de daños producto que han afectado a las lápidas, aunque se tratan, según el Ayuntamiento, de hechos aislados.
El Astillero se enfrenta al vandalismo

El Astillero se enfrenta al vandalismo

Sociedad. El Ayuntamiento ha intensificado la vigilancia policial en aquellas zonas del municipio donde suelen producirse más incidentes

Sheila Izquierdo

Lunes, 15 de mayo 2017, 10:46

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Los graffitis se han convertido en el elemento decorativo más indeseable de todo mobiliario urbano municipal. Un 'okupa', que prolifera bajo el pretexto de un dudoso gusto artístico y el ímpetu de dejar constancia de su presencia, que se ha colado desde hace años también en el patrimonio municipal de El Astillero. De hecho, no deja de fijarse en zonas de juego infantiles, como La Cantábrica, enclaves patrimoniales de referencia, como la iglesia San José o el puente de Los Ingleses, suponiendo un agravio económico a las arcas municipales.

El grafiti y los grafiteros estan, debido a ello, considerados como actos vandálicos y en algunos casos suponen una sanción difícil de asumir en los tiempos que corren.

Sin ir más lejos, en un municipio próximo a El Astillero, se adoptaba hace escasas semanas una medida ejemplarizante. Se trata de Santa Cruz de Bezana, un ayuntamiento en donde se adoptó a finales del pasado mes de marzo una medida sin precedentes: sancionar con cerca de 12.000 euros a los padres de un menor que realizó pintadas en varios rincones del término municipal. Al joven se le pilló in fraganti (spray en mano) por agentes de la Policía Local. La medida que vino a continuación trascendió a la opinión pública, empujada por el interés del municipio de ponerle freno a esta conducta y encontrar, quizá a largo plazo, una solución.

En El Astillero, los graffiteros hacen gala a su nombre con relativa frecuencia. De hecho, recientemente aparecían unas pintadas de tinte obsceno en la entrada de la iglesia San José, que causaron cierto estupor entre los feligreses y paseantes de la zona. Tuvieron que ser limpiadas de inmediato, sin que, que se sepa, se haya dado con los autores de los hechos y con el consiguiente gasto económico.

También en el puente de la Orconera es habitual la presencia de pintadas, acompañadas de toda clase de actos vandálicos relacionados con el fin de semana, como quema y retirada de traviesas, elementos que forman parte de la estructura y de difícil sustitución -pertenecen a la industria del ferrocarril de la década de los noventa-.

Más lugares proclives al vandalismo son La Cantábrica, donde es frecuente la rotura de bancos e incluso el robo de tramos de barandillas de metal. Para ello, los autores, según explicaron fuentes municipales, han tenido que recurrir al uso de herramienta.

Todas estas acciones son de sobra conocidas por el Consistorio astillerense y, según indicó el concejal de Obras, Jesús María Rivas, cada lunes, la cuadrilla de servicio hace balance de los destrozos que hayan podido causarse y procede a reponer los que pueda tener en su mano -principalmente, bancos o papeleras con rapidez-. Por supuesto, la puesta en conocimiento de los hechos a la Policía Local, sobre todo si el caso alcanza lo desproporcionado, forma parte del procedimiento.

Reivindicación política

Tal ha sido la rimbombancia de los últimos actos vandálicos ocurridos en El Astillero, que el grupo de Ciudadanos ha hecho también suya la reivindicación de exigir a ayuntamientos como el de El Astillero, la puesta en marcha de medidas inmediatas para combatir este tipo de actos vandálicos.

Como apuntó en una nota de prensa la coordinadora de la agrupación naranja en la zona centro oriental, Beatriz Hazas, los consistorios deben disponer de una ordenanza «capaz de armonizar» las normas básicas de convivencia en sus respectivos municipios. «Nos referimos a las faltas de respeto contra el mobiliario urbano, parques y jardines, en los edificios públicos y privados, en las instalaciones municipales, las pintadas, el vertido de basuras en la vía urbana, o la no recogida de excrementos de animales de compañía», detalló.

Y es que, aunque existen normas municipales de convivencia, en lo que respecta a El Astillero, dijo, «no integran las que pondrían solución a las pintadas o destrozos en los bienes públicos». Es más, bajo su criterio, indicó, «debe incluirse la responsabilidad económica solidaria de los padres o tutores», recordando que son muchos los municipios en España que ya cuentan con una ordenanza de estas características que, según opinó Hazas, ha mejorado «sensiblemente» la calidad de vida de sus vecinos.

Las medidas

Consciente de que no puede mirar para otro lado ante este problema, el Ayuntamiento está «vigilando» de cerca estos hechos y los similares que puedan sucederse de aquí en adelante, como apuntó el alcalde, Francisco Ortiz. Además, dijo, se ha dado orden a la Policía Local de aumentar la vigilancia en zonas más susceptibles de sufrir nuevos actos vandálicos.

Lo primero que aclaró el alcalde, que ostenta también la responsabilidad sobre la seguridad ciudadana y Policía Local, fue que aunque en las últimas semanas haya habido una mayor presencia de estos actos, no significa que se esté produciendo en el municipio un incremento alarmante. «En atención a los datos que manejamos en coordinación con la Policía Local, no se ha producido un aumento significativo, aunque en las últimas semanas sí que hemos tenido un par de actos vandálicos de bastante impacto e incluso denuncias por la rotura de unas imágenes en una iglesia», apostilló.

Pese a que los datos no sean alarmantes, el regidor confesó estar en «permanente contacto» con los agentes que realizan labores de seguridad ciudadana, en vista de la «preocupación» que existe desde la administración. «El vandalismo que afecta al mobiliario urbano es un mal endémico difícil de evitar, pero estamos trabajando por lograr mantenerlo a raya», concluyó el regidor astillerense.

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