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Pedro Díaz, en las instalaciones de Camarsa en Trascueto. Daniel Pedriza
«Nada más ver una carne sabes si va a estar dura»

«Nada más ver una carne sabes si va a estar dura»

Pedro Díaz creó la empresa Camarsa en 1988 y en la actualidad tiene 111 trabajadores

JOSÉ LUIS PÉREZ

Camargo

Sábado, 25 de noviembre 2017, 16:03

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Camarsa (Camarguesa de Despiece S.L.) es una empresa cárnica especializada en despiece y venta al por mayor de aves, carne de vacuno, porcino, ovino, embutidos y huevos, con su sede principal en el polígono de Trascueto, próxima a celebrar su trigésimo aniversario y con una plantilla formada por 111 trabajadores. Al frente de la misma está Pedro Díaz Alberdi, natural de Bárcena de Pie de Concha, quien, después de trabajar en Cuher durante 14 años, decidió en 1988 establecerse por su cuenta.

Los inicios no fueron ni mucho menos sencillos, hasta el punto que al poco tiempo de poner en marcha el proyecto Pedro se encontró en la disyuntiva de abandonar o de adquirir sus respectivas partes a los socios con los que había dado los primeros pasos. La decisión de quedarse en solitario al frente 'de la nave' se ha demostrado con el tiempo que fue acertada, aunque en su momento los quebraderos de cabeza se multiplicasen.

«Arrancamos cuatro o cinco y algunos llevan conmigo desde el primer día», destaca Pedro Díaz. «He tenido buenos trabajadores, gente de empresa», puntualiza, a pesar de que el trabajo implica mucha dedicación. «Tenemos turnos y personal durante las 24 horas del día. Atendemos en cualquier momento al cliente y contamos con red propia de distribución, incluyendo fines de semana y festivos», destaca el responsable de una empresa que cada día más tienen que «luchar contra las multinacionales, por lo cual la clave está en diferenciarte con el servicio, y para ello es imprescindible contar con un personal que esté dispuesto a todo».

Su clientela fundamental es la hostelería, pero también atienden a diario a hospitales, colegios, centros penitenciarios, grandes superficies, comercio al por menor, detail y venta on-line. Disponen en diferentes puntos 12 tiendas-carnicerías propias y su ámbito territorial va más allá de Cantabria: tienen presencia creciente en el País Vasco y están entrando en el mercado asturiano.

Por su condición de ser una de las principales industrias cárnicas del país, maneja grandes volúmenes y una parte del género que entra en sus instalaciones procede de diferentes países de la Unión Europea. El valor añadido del negocio está fundamentalmente en el despiece de la carne. Se compran piezas enteras y en la fábrica de Trascueto se despiezan con el fin de preparar todo tipo de elaboraciones.

Mercado globalizado

Reconoce Pedro Díaz que actualmente en Cantabria «compro poco, aunque ha habido etapas en las que he comprado mucho, pero el precio marca la decisión. La carne de importación es igual que la de aquí, hasta el punto que a veces vacas criadas en España luego se sacrifican en Holanda. En Europa tienen la ventaja de contar salas de despiece gigantes y esto hace más fácil conseguir el género a un precio competitivo, siempre dentro de la calidad que nos comprometemos a ofrecer al cliente», apunta Pedro Díaz. Ante un mercado globalizado, Polonia es hoy junto a Alemania el mayor proveedor, mientras que en Holanda están las mayores salas de despiece.

Sobre el tipo de carne de vacuno, Pedro cree que la mejor es la de frisona, «porque cuando deja de dar leche, si la secas bien, lo que come lo hace grasa para la carne y eso es natural».

Claves del éxito

Pedro vive intensamente el negocio y está desde primera hora al tanto de todo lo que sucede en Camarsa, «aunque la oficina la piso poco». Paulatinamente se están incorporando sus hijos a la gestión y sostiene que «este negocio si no lo vives te mata. Hay que reinventarse y adaptarse al mercado. La clave está en comprar bien». En su caso, afirma que «nada más ver una carne sabes si estará dura o sabrosa».

Cree que es un alimento barato y que ahora se está pagando algo más caro porque «los árabes están pagando lo que aquí no se pagaba».

Finalmente, destaca que los controles sanitarios actuales, muy estrictos, son una garantía para el consumidor.

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