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El coche quedó «como un acordeón», dicen los ciclistas que atendieron al herido. Ellos mismos no fueron capaces de identificar el vehículo.
Sobrevive a una caída de 500 metros por un barranco del puerto de Lunada

Sobrevive a una caída de 500 metros por un barranco del puerto de Lunada

«Ha sido espantoso, había piezas del coche por todas partes», dice uno de los ciclistas que atendió al herido, un hombre de 52 años

Álvaro San Miguel

Martes, 26 de enero 2016, 15:56

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«Ese hombre ha vuelto a nacer. Si ves por dónde ha caído no te crees que esté vivo», dice José Manuel González, que salió ayer con unos amigos a montar en bici y terminó dando charla a un hombre que no conocía de nada para evitar que pudiera caer en coma. «Es lo que dicen, que después de un accidente no te puedes quedar dormido porque igual no te despiertas, ¿no? Pues ahí estuve todo el rato: Señor, no se me duerma, no se me duerma.

Era mediodía cuando un coche conducido por un hombre de 52 años se salía de la carretera CA-643, que culmina en el puerto de Lunada, y se despeñaba por una ladera de unos 500 metros de altura. Hasta allí se movilizó a bomberos del 112 pertenecientes al parque de Villacarriedo, a miembros de la Guardia Civil y a sanitarios del Servicio Cántabro de Salud (SCS).

La importante pendiente y lo abrupto del terreno hicieron imposible el descenso hasta el herido por la parte superior de la vía en la que se produjo el accidente, por lo que los efectivos de emergencias tuvieron que ascender hasta el hombre, que consiguió salir del vehículo por sus propios medios, desde el trazado inferior de la carretera.

Una vez junto al herido, el personal sanitario del Centro de Salud de San Roque de Riomiera realizó una primera atención de urgencia. Posteriormente, los bomberos del 112 inmovilizaron a la víctima en un tablero espinal, en el que todos los efectivos, junto con personas que pasaban por el lugar, ayudaron a portearlo unos 800 metros por terreno complejo, hasta una ambulancia que esperaba en la carretera.

El hombre fue trasladado en un vehículo de Soporte Vital Básico hasta La Concha donde, por precaución, se realizó un cambio a uno de Soporte Vital Avanzado. Este último le trasladó hasta el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, donde al cierre de esta edición estaba siendo tratado de sus lesiones.

Por el momento se desconocen las razones que propiciaron la salida de la vía. «El señoruco estaba sentado dentro del coche y casi no podía hablar. No nos pudo contar lo que le había pasado», explicaba a este diario el ciclista de los clubes MTB Torrelavega y Los Fondistas, José Manuel González, que ascendía el puerto con un grupo de amigos del club Mario González.

«Subíamos el puerto cuando unos senderistas nos pararon para pedirnos ayuda. Dejamos las bicis y bajamos hasta el coche. Me daba miedo asomarme por lo que pudiéramos encontrarnos dentro, pero no quedaba otra», narraba José Manuel, que además de mantener despierto al herido ayudó a portearlo en la camilla. «Ha sido una caída espantosa. Se encontraban piezas del coche por todas partes. Estuvimos con él hasta que llegaron los bomberos y la ambulancia y luego ayudamos a llevar la camilla porque, ¡Madre de Dios!, dónde estaba para bajarle. Tenía el coche como un acordeón. Ni siquiera pudimos averiguar qué coche era».

Cuando pasó todo, cogieron las bicis y se volvieron para casa. «Ya no nos quedaban ganas de dar pedales».

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