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Dos cigüeñas, en un nido ubicado en Cantabria.
El curioso comportamiento de las cigüeñas cántabras

El curioso comportamiento de las cigüeñas cántabras

Los adultos de las colonias reintroducidas en Sobremazas y Santillana del Mar no emigran, pero sí lo hacen sus crías

Rafa Torre Poo

Jueves, 18 de febrero 2016, 13:10

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Aseguran los expertos en la materia que no hay nada más acertado que lo que afirma el refranero popular: "Por San Blas, la cigüeña verás". Entre finales de enero y comienzos de febrero, esta particular ave se deja ver y comienza a ocupar los tejados de los campanarios de las iglesias, las ramas de los árboles, incluso las altas estructuras de los postes de las líneas de alta tensión de la luz. En cambio, algunos ejemplares han abandonado su costumbre migratoria y se han quedado a vivir definitivamente en Cantabria.

Es un fenómeno común en algunos puntos de la geografía mundial. Cada año, por agosto o septiembre, las cigüeñas hacen las maletas y vuelan rumbo a África, donde pasan el invierno. Curiosamente, no es del frío de lo que huyen. "Es por la comida", asegura Ángel Herrero, biólogo y voluntario de SEO/Birdlife. "En invierno, y si nieva mucho más, apenas tienen alimento", añade. Por eso, vuelan miles de kilómetros hasta la zona subsahariana del continente africano. Porque las cigüeñas son aves carnívoras. Se alimentan principalmente de grillos, saltamontes, insectos grandes, reptiles y pequeños anfibios y roedores. Eso, cuando están en el campo.

Las españolas han encontrado una especie de oasis antes de abandonar el país por el Estrecho de Gibraltar. Se han instalado en Cádiz, en el vertedero de los Barrios. Su restaurante a la carta particular. Comida fácil con la que alimentarse antes de regresar a los nidos del norte. Ya no necesitan volar tan lejos. Con lo que aquí encuentran les sirve para pasar el invierno, que además en el sur es mucho más cálido.

250 nidos en Cantabria

En Cantabria, las cigüeñas se comportan de dos maneras completamente diferentes. Unas hacen las maletas cada invierno y otras no. ¿Por qué motivo? Las colonias que fueron reintroducidas en la región, tras la escasez registrada en la década de los ochenta, han optado por no viajar. "En Cantabria este fenómeno se produce en Sobremazas (Heras) en la finca de Pepín Quintana y en Santillana del Mar, en la colonia próxima al zoo", explica Herrera.

Actualmente, SEO/BirdLife tiene contabilizados 250 nidos en Cantabria, que son muchos comparados con los 20 que llegó a haber en la citada década de los ochenta. El motivo de aquel descenso fue la sequía en la franja del Sahel, en África. Al escasear la comida en su refugio invernal, muchas aves murieron y no pudieron regresar.

Por esta razón, las asociaciones conservacionistas decidieron intervenir y reintroducir cigüeñas de manera artificial. "En Cantabria, como en otros puntos como Holanda continúa Herrero-, los ejemplares reintroducidos decidieron quedarse para siempre, no volver a emigrar nunca más". Un caso curioso, sobre todo tras comprobar que las crías que después tuvieron aquí, sí que retomaron la costumbre de viajar. Ahora es normal ver cigüeñas en la región durante el invierno. Son los adultos los que se quedan y sus polluelos los que marchan.

Esta nueva costumbre la han podido certificar desde SEO/Birdlife con los estudios a pie de campo que hacen cada año. La zona preferida de las cigüeñas es Campoo. Las localidades próximas al embalse del Ebro son sus favoritas. Allí disfrutan de mayor cantidad de alimentos, además de ser una zona poco contaminada al haber menos población. Según sus datos, hay una colonia de 50 nidos en Bustamante, 25 en Reinosilla, 60 en Villaescusa y 20 en Retortillo. Las visitan entre marzo y abril, en época de cría (para contabilizar el número de adultos) y luego regresan en junio para contar los polluelos recién nacidos. Si el invierno no ha sido duro, sobre todo en abril, sobreviven muchas más crías.

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