40 juezas y una sola jefa

El informe sobre la estructura demográfica de la carrera judicial elaborado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) revela que las mujeres suman ahora mismo el 52,4% de la plantilla de jueces en toda España y que su peso aumentó el pasado año en once de las diecisiete autonomías. Gracias a este informe podemos conocer cómo son los jueces y magistrados que administran justicia en la región, qué edad tienen, en qué órganos trabajan o cuántos años llevan desempeñando su tarea. Así, es posible saber que en esta comunidad autónoma trabajan 80 magistrados, y que la presencia femenina es igual a la masculina. Ellas son mayoría en la base de la pirámide: en los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción (10 mujeres y 5 hombres) y en los Juzgados de lo Penal (4-1). Además es mujer la titular del Juzgado de Menores y la del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. Y también lo son en la cúspide. Así, de los 15 magistrados que tiene el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, nueve son féminas, aunque solo Sancha ocupa una presidencia, la de la Sala de lo Social. En la Audiencia, se invierte el dato: nueve de los quince magistrados son hombres, y siempre tuvo un hombre al mando.

Este vacío de mujeres en los cargos más relevantes de los distintos tribunales fue puesto de manifiesto por la propia Mercedes Sancha Saiz cuando tomó de posesión como máxima responsable de la Sala de lo Social en enero del año pasado. En aquel acto reivindicó una mayor presencia de la mujer en la élite de la judicatura. «Es necesario lograr una representación equilibrada de mujeres y hombres con capacitación, competencia y preparación adecuada en todos los puestos, incluidos los judiciales». Un año después de aquel llamado, Sancha destaca que de los 79 magistrados del Tribunal Supremo sólo 11 son mujeres. «No veo que en los últimos años haya un cambio muy radical. De hecho, en los últimos nombramientos que ha habido en la jurisdicción social, que es la que más conozco, los elegidos han sido todos hombres». No obstante, casos como la reciente anulación por parte del Supremo del nombramiento del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, Miguel Pascual de Riquelme, designado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en enero de 2015, «son muy significativos de que algo se está moviendo», sostiene Sancha.

La elección de ese magistrado fue recurrida por la juez Pilar Alonso, que aspiraba al cargo y que consideraba que sus méritos y experiencia eran muy superiores a los de su rival. En el momento de la designación, Riquelme estaba 1.160 puestos por debajo de ella en el escalafón de la carrera judicial. El nombramiento del presidente del tribunal de Murcia fue también denunciado por un grupo de vocales del Poder Judicial, que aseguraron que la elección de Riquelme era un caso de «discriminación sexual». Ahora el Supremo ha considerado que la elección se motivó de forma «insuficiente o defectuosa». La presidenta de la Sala de lo Social considera que «si no se elige a las mujeres en cargos de libre designación hay que motivar por qué razón». Sancha cree que las razones de esta falta de mujeres en las instancias judiciales más altas son «complejas», aunque las cargas familiares influyen mucho a la hora de promocionarse porque supeditan la vida familiar a su vida profesional».

Es una opinión que comparte plenamente el presidente del TSJC, José Luis López del Moral, que recuerda que fue elegido para el cargo entre otros dos candidatos, todos hombres. Sin embargo rechaza de plano la existencia de una política discriminatoria o sexista en los nombramientos de cargos de libre designación. «Es cierto que en el Supremo hay más hombres que mujeres, pero es que no hace tantos años no había ninguna. No tengo ninguna duda de que el CGPJ designa a sus miembros por su currículo y no por otras circunstancias que no tienen ninguna influencia». Respecto al caso de Murcia, López del Moral subraya que Pascual de Riquelme «es uno de los mejores presidentes que hemos tenido en España. Efectivamente es una persona más joven y más moderna en la carrera judicial, pero eso no es ninguna rémora, sino todo lo contrario, porque su impulso y capacidad de gestión es realmente abrumadora».

Edad y antigüedad

Una pista sobre la evolución que cabe esperar en materia de sexos dentro de la judicatura la proporciona la edad media de sus integrantes. En Cantabria, la de ellas es de 44,3 años mientras que la de los varones se eleva a 49. Y la antigüedad media es de 16,7 años, lo que constituye una fortaleza. «Uno de los factores más positivos en los órganos judiciales es la escasa movilidad de jueces en Cantabria, donde hay una estabilidad importante», que «se extiende a las plantillas de funcionarios», subraya López del Moral.

Tampoco sale mal parada la región en cuanto al número de magistrados. Cantabria tiene 13,6 jueces por cada 100.000 habitantes, lo que la sitúa en segundo lugar, por detrás de Asturias, y dos puntos por encima de la media nacional . «Estamos en una posición aventajada respecto a otras comunidades, los números así lo dicen. Pero el problema es que en España el número de jueces es significativamente inferior al de otros países de Europa», subraya el presidente.