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El número de alumnos de Religión en Bachiller crece un 70% al contar la nota

El número de alumnos de Religión en Bachiller crece un 70% al contar la nota

El aumento de estudiantes que eligen en Cantabria esta asignatura coincide con la entrada en vigor de la Lomce, que la incluye entre las materias que computan para la media

José María Gutiérrez

Domingo, 24 de abril 2016, 07:56

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El número de estudiantes cántabros de primero de Bachillerato que han elegido realizar este curso la asignatura de Religión ha crecido un 70,3% con respecto al pasado año. Una tendencia al alza que también se aprecia en Secundaria, aunque en este caso el aumento porcentual es menor, un 12,7%.

El notable repunte de alumnos que deciden estudiar esa asignatura en lugar de otras optativas coincide con la entrada en vigor de la Lomce, que incluye Religión entre las materias cuya calificación cuenta para la media final del curso. La polémica y discutida ley impulsada por José Ignacio Wert que aprobó el PP en solitario en 2013 ha entrado en vigor en el presente curso académico en los niveles impares de Secundaria y Bachillerato, lo que ha tenido una marcada influencia en la toma de decisiones de los alumnos y sus familias.

Si hasta el curso pasado, cuando era una asignatura optativa cuya nota no hacía media en el expediente, apenas 1.200 estudiantes decidieron elegirla en 1º de Bachillerato, ahora que ya cuenta como una más, han sido 2.054 los que la han seleccionado, lo que supone 848 más, según los datos facilitados por la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria. El currículo de la Lomce reserva en primero dos horas semanales para Religión -o la optativa que se escoja en su lugar-, aunque en Cantabria se ha suprimido una de esas dos horas para recuperar la tutoría. Mientras, en segundo de Bachillerato no está incluida en la oferta educativa de la nueva ley. Por su parte, en la ESO se ha pasado de los 10.748 alumnos que había en el curso 2014-15, entre centros públicos y concertados, a los 12.113 del actual, 1.365 más.

Versiones enfrentadas

Los números transmiten una evidente realidad que se justifica desde diversos posicionamientos. «La razón del crecimiento es evidente: las calificaciones de Religión suelen ser muy altas y no requiere muchas horas de estudio ni de trabajo. Los chicos saben que las medias de primero de Bachillerato tienen ya mucho peso en su nota de acceso a la Universidad, y si la asignatura tiene una carga menor de trabajo y una buena calificación casi asegurada, pues ya está todo explicado», defiende Jesús Aguayo, representante del Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza de Cantabria (STEC). Ángel Merodio, jefe de estudios del IES Santa Clara, comparte la opinión de Aguayo. «El motivo del aumento es ese, sobre todo en Bachillerato, donde todo está más apretado y te la juegas más por la cercanía de la Universidad», sostiene. En su centro, los estudiantes de Religión han pasado de representar el 52% del total en 1º de Bachillerato a suponer este curso el 65% de los matriculados.

El portavoz de STEC va más allá y considera que, con la nueva ley, Religión hace «competencia desleal» al resto de asignaturas, alertando de los «sobresalientes generales» o de las «calificaciones muy altas por encima de la media» que se suelen dar en esta materia. Por ello, Aguayo pide a la Administración que «intervenga de oficio en aquellos centros donde las notas sean anormalmente altas, para impedir que se falseen las medias finales».

Sin embargo, más allá del oportunismo o no de los estudiantes, la presidenta regional de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa), Mónica Haro, apunta que la razón del repunte hay que buscarla en el «interés creciente de las familias por inculcar a sus hijos valores muy positivos como los que aporta la Religión. Y más en una sociedad como la actual. Es un tipo de educación en valores muy válida e impartida por grandes profesionales». Igualmente, Haro defiende que los docentes «no regalan las notas; Religión requiere un esfuerzo y un trabajo, como cualquier otra materia. Quizás no sea una asignatura difícil, pero sí hay que hacer un esfuerzo».

Opinión que comparte Juan Antonio Pérez Simón, el delegado de Enseñanza de la Diócesis de Santander. «No creo que la preocupación de las familias a la hora de elegir o no Religión sea la nota media, porque las alternativas que se ofrecen a ella -Valores Sociales en Primaria; Valores Éticos en Secundaria; y Cultura Científica en Bachillerato- tampoco resultan especialmente complejas. Tengo la experiencia de que los profesores de esas otras asignaturas dan notas mayores que los de Religión, pero eso no se dice porque no conviene».

Tendencia nacional

Sea como fuere, el crecimiento de alumnos experimentado en Cantabria se enmarca dentro de la tendencia de toda España. Así, según los datos publicados por la Conferencia Episcopal, el total de alumnos que han elegido este curso realizar Religión en Bachillerato asciende a 130.078, frente a los 67.807 del anterior. Y en la ESO, el número ha crecido a 436.058 estudiantes respecto a los 387.067 del año pasado.

Sin embargo, en la etapa de Primaria, la que más estudiantes concentra tradicionalmente en Religión, en Cantabria se ha registrado este curso un ligero descenso de escolares, 25.116 entre colegios publicados y concertados, frente a los 25.919 del ejercicio precedente. En España sucede lo mismo.

Lo que no ha variado para nada es el número de profesores encargados de impartir estas enseñanzas en la región: hay 46 docentes para la ESO y el Bachillerato y 102 en Primaria. Los primeros dependen de la Consejería de Educación y los segundos del Ministerio, aunque en todos los casos son propuestos por la Diócesis de Santander.

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