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Los candidatos por Cantabria de los cuatro principales partidos debaten en Palabras Cruzadas.
Todos contra todos y con los vetos del 20-D

Todos contra todos y con los vetos del 20-D

Los cabezas de lista al Congreso defienden sus propuestas en el primer debate regional a cuatro

Enrique Munárriz

Jueves, 9 de junio 2016, 20:48

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Ana Madrazo (PP), Puerto Gallego (PSOE), Rosana Alonso (Unidos Podemos) y Félix Álvarez (Ciudadanos), las cuatro formaciones que actualmente tienen representación en la Cámara Alta y a la que las encuestas demoscópicas vuelven a sentar en la tribuna, protagonizaron ayer en El Diario el primer debate a cuatro de la campaña. Un cara a cara moderado por el periodista Jesús Serrera en el que expusieron sus propuestas económicas y discutieron en ocasiones con tensión sobre la «herencia recibida» y en otras de manera distendida sobre recortes en Sanidad, Educación, el Estado del Bienestar, la tasa de empleo y hasta, un clásico ya en los últimos meses, Venezuela.

Madrazo, cuyo partido recibió las mayores críticas en este todos contra todos, dominó en la economía y estuvo más apurada en el apartado sobre corrupción. Era la única candidata que tenía claro que su partido, según todas las encuestas y los resultados históricos, volverá a ser el más votado en los próximos comicios en la región. Defendió la necesidad de crear una «gran coalición para formar un Ejecutivo estable capaz de afrontar los grandes retos que hay por delante».

Una situación muy distinta a la que se enfrentaba Puerto Gallego, presionada por las encuestas que le sitúan al borde de caer a la tercera posición. La número uno del PSOE, pese a su complicada posición de partida, rechazó de plano la propuesta de los populares porque «no se puede pactar con el partido de los recortes y de la desigualdad social». «La culpabilidad de que haya elecciones no se reparte de la misma manera para todos», dijo ante las cámaras en clara alusión al PP y a Podemos, que no permitieron el pacto de Pedro Sánchez y Albert Rivera.

Y luego Rosana Alonso y Félix Álvarez. Para ambos, todo o casi todo era ganar. Errores muy grandes tenían que cometer para rebajar las expectativas de sus votantes. «Cada vez somos más, llamamos a todos los que faltaban. Ahora le toca a la gente desempatar», remarcó la candidata morada. Entre los dos, el que toreaba un morlaco más complicado era el de Ciudadanos. El acuerdo con los socialistas parece que les pesa en los sondeos y su nombramiento a dedo y sin pasar por las primarias para sustituir a Carlos Pracht ha sido bastante polémico. Él se abrió un hueco entre las tres rivales con humor, pero sin caer en chistes fáciles.

En las postrimerías del debate, todos se pronunciaron respecto a lo que sucederá el 26-J, cuando, salvo sorpresa, se confirme que ningún partido tendrá la mayoría absoluta del Congreso y se iniciará el periodo de la negociación.

Álvarez aseguró que ellos dialogarán con todos excepto con Unidos Podemos, porque «es imposible que yo salga a bailar si tu no quieres bailar conmigo». A pesar de ello, cree que «son los únicos que pueden crecer gracias a la coalición». «El resto», insistió, «va a quedar todo igual». No desaprovechó su oportunidad para cargar irónicamente contra un programa político y económico con el que «nos va a llevar a todos los españoles a Disneylandia», en referencia a la imposibilidad de cumplirlo; a la vez que criticó al PP por azuzar la política del miedo «con eso de que vienen los rojos» y venderse como los salvadores del país, cuando «el 90% de los empleos es precario».

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