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De izq. a dcha., Eva Cuesta, Rubén Soria, Íñigo Sarabia y Guillermo González, en el Parque de Las Llamas de Santander.
Los votantes imprevistos

Los votantes imprevistos

2.186 cántabros estrenarán su derecho al voto el 26-J tras cumplir mayoría de edad entre las citas electorales

Gonzalo Sellers

Jueves, 23 de junio 2016, 07:07

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Albert Rivera arrasa como su candidato preferido, pero sólo uno de ellos reconoce que votará a Ciudadanos. Otro prefiere mantener su papeleta en secreto y el resto forma parte de ese grupo de indecisos tan codiciado por los políticos en campaña.

Rubén Soria, Guillermo González, Eva Cuesta e Íñigo Sarabia son los votantes imprevistos, cuatro de esos 2.186 electores cántabros inesperados que han cumplido la mayoría de edad entre el 20-D y el 26-J. Ningún partido contaba con ellos hasta dentro de cuatro años, pero la incapacidad para llegar a un acuerdo de gobierno, que ha desembocado en la legislatura más corta de la democracia, los ha llevado repentinamente a las urnas.

Sus dudas no son una excepción ni mucho menos. Los indecisos son legión en Cantabria. El 46% de los nuevos electores de la comunidad no sabe todavía en qué siglas confiará, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), doblando los porcentajes de Asturias o Madrid, por ejemplo. «Lo tenía más o menos decidido, pero esta última semana, con el debate y el inicio de campaña, vuelvo a dudar. Si hubiese podido votar en diciembre lo hubiese tenido mucho más claro», explica Sarabia, un futuro estudiante de Medicina que no da más pistas sobre esa certeza que tenía cuando le faltaban cuatro meses para cumplir los 18 y que ahora ha desaparecido.

Cuando todos ellos nacieron, José María Aznar gobernaba en España con el apoyo del PNV y Convergencia. La etapa de Zapatero les cogió en Primaria aprendiendo a leer y sólo tienen recuerdos vagos de aquel tsunami que llevó a Mariano Rajoy a La Moncloa en 2011. Rubén Soria hace memoria: «Había muchas ganas de que el PSOE dejara la Presidencia y España estaba a punto de un rescate europeo».

«Casi todos mis conocidos votaron al PP debido al mal gobierno del PSOE, pero no me acuerdo de mucho más», reconoce Guillermo González, alumno de los Agustinos que se estrenará como votante en una jornada maratoniana. Ese mismo día participa en Galicia en el campeonato de España de surf, pero piensa ir al colegio electoral a primera hora antes de lanzarse a la carretera. Sus tres compañeros en este reportaje, estudiantes de La Salle, ya estarán en tierras gallegas ese día. Votarán por correo porque ese domingo crucial para el futuro político del país ya estarán con la mochila a la espalda recorriendo a pie el Camino de Santiago.

Preocupados por la política

¿Realmente les interesa la política a los jóvenes? La mejor respuesta a esta pregunta la podría dar un gallego como Mariano Rajoy. Ni sí ni no. Ni mucho ni poco. Eva Cuesta, futura estudiante de Derecho, reconoce que «no es un tema del que solamos hablar todos los días, pero sí de vez en cuando para dar nuestras opiniones».

Entre los chicos, la política, como el fútbol, siempre eleva el tono de la conversación. Íñigo y Guillermo reconocen que si en su grupo no se habla tanto de ella es «para no crear tensiones y malos rollos». «Normalmente lo evitamos porque tenemos opiniones diferentes, aunque al final de las cenas acabamos discutiendo», reconocen.

Ellos representan a uno de los grupos de su edad más involucrados con la política. El 19% de esos 2.186 votantes nuevos ni siquiera tiene pensado acudir a las urnas el domingo 26 de junio, según el INE. No es un dato baladí. Se sitúa un 8% por encima de la media total de abstenciones de la región, y sólo lo supera la comunidad de Madrid, donde el 21% de los que acaban de cumplir la mayoría de edad este año no tiene pensado votar.

La corrupción y el paro son los principales problemas que detectan estos cuatro cántabros, en la línea de lo que marcan todas las encuestas. La continua cascada de imputados, juicios a políticos y denuncias por todo tipo de irregularidades han marcado la conciencia colectiva de toda una generación, que ha crecido con una selección española de fútbol levantando la copa del mundo y con las imágenes de responsables públicos entrando y saliendo de los juzgados.

«La corrupción, por desgracia, abunda en este país y está provocando la desconfianza de la población hacia los políticos y una mala imagen que se proyecta a Europa», denuncia Eva. «Provoca una gran pérdida de fondos públicos y la pérdida de confianza de los votantes», añade Guillermo, que el año que viene comenzará a estudiar Dirección de Empresas.

Íñigo, el más analítico en todas las respuestas y proclive a votar a un partido minoritario por su «falta de confianza» a los cuatro grandes, profundiza en esa clima de desconfianza del que hablan sus compañeros: «Estamos un una lenta salida de un periodo de crisis que nos ha dejado muy tocados en todos los sentidos. La clase política debería ser un ejemplo para los ciudadanos y solo ha sido un referente para los delincuentes y estafadores. Esto dificulta el seguir un camino definido para la recuperación de España».

La nota discordante la pone Rubén, el único que abiertamente reconoce su voto por Ciudadanos y alaba a Albert Rivera por «tender a la neutralidad entre PP y PSOE mientras los demás no dejan de atacarse». Éste futuro estudiante de Física se muestra más preocupado por las abultadas cifras del paro que cada mes escucha en el telediario. «Es el problema que más reciente voy a tener», opina con pesimismo.

Aprobado a Rajoy

A pesar de lo que pueda parecer, el Gobierno de Rajoy sale airoso del examen de estos jóvenes, más nerviosos por la nota de Selectividad que recibirán mañana, lunes, que por su estreno en las urnas. Hay elogios, más o menos intensos, pero elogios al fin y al cabo: «Ha tenido más rasgos positivos que negativos; ha realizado una serie de medidas duras pero necesarias para la recuperación de España; vemos alguna mejora en comparación con el anterior Gobierno; ha hecho un gran trabajo para mejorar la situación que dejaron los socialistas».

Esto contrasta con los datos que arroja el estudio del INE, según el cual el partido favorito por los nuevos votantes es el PSOE, aunque sería el PRC si fuesen unas elecciones autonómicas. En cualquier caso, todos coinciden que el voto de sus padres y de su familia no influirá en la papeleta que elijan el 26-J.

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