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Almacén del Banco de Alimentos de Cantabria, en Viérnoles.
Los cántabros donaron 1.353 toneladas de comida al Banco de Alimentos

Los cántabros donaron 1.353 toneladas de comida al Banco de Alimentos

Los productos de primera necesidad recolectados por la Asociación llegaron el año pasado a más de 25.000 personas

Álvaro San Miguel

Miércoles, 13 de julio 2016, 07:21

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El Banco de Alimentos de Cantabria respondió en 2015 a la demanda creciente de asistencia entre las capas más humildes de la sociedad y, con 1.353 toneladas de productos gestionadas, superó con creces la cantidad de comida repartida en años anteriores. La Memoria Anual de esta asociación sin ánimo de lucro, localizada en Santander, llegó a un total de 25.715 personas necesitadas.

Los datos más recientes del indicador Arope (At Risk of Poverty and Exclusión) indican que el 29,2% de los residentes en España están en riesgo de pobreza o exclusión social. En Cantabria, el porcentaje es ligeramente inferior (27,4%), pero al fin y al cabo revela que unas 161.000 personas están en situación de emergencia. La Asociación Banco de Alimentos de Cantabria (ABAC) es una de las entidades fundamentales para que esas familias e individuos puedan salir adelante cada día.

El Banco se encarga de recibir y almacenar los alimentos para después distribuirlos. Este tipo de asociaciones no entregan comida directamente a los necesitados, sino a instituciones caritativas y de ayuda social, oficialmente reconocidas, que tienen contacto directo con los colectivos en riesgo de pobreza o exclusión.

Su misión consiste en aportar una ayuda alimentaria a todas las personas necesitadas de Cantabria por medio de la gestión de comida procedente de donaciones de particulares, excedentes agroalimentarios y productos no comerciables, pero de calidad óptima, procedentes de supermercados e hipermercados.

«Queremos hacer una mención especial a todos los socios, donantes públicos y privados que, con su ayuda económica, permiten el funcionamiento día a día de nuestra tarea, y así poder cumplir con nuestro objetivo: pedir para dar», explica el presidente de ABAC, Francisco del Pozo.

Para lograr sus objetivos, esta entidad fundada en 1994 cuenta con la ayuda de voluntarios de todo tipo. Ellos colaboran en las tareas de almacenamiento, transporte, contabilidad, aprovisionamiento, difusión de la Asociación, proyectos de sensibilización, operaciones kilo, etc.

«Ellos constituyen la razón de ser de nuestra organización», subraya la Asociación. Actualmente, el Banco de Alimentos cuenta con 30 voluntarios estables y más de 450 eventuales. La ONG, con sede en la calle Fernando de los Ríos, cuenta además con 58 personas, entre socios activos y donantes fijos, que ingresan periódicamente una cantidad de dinero en la cuenta de la Asociación.

2,5 millones en comida

Las 1.353 toneladas de alimentos de primera necesidad gestionadas el año pasado por la Asociación estaban valoradas en 2,5 millones de euros, según la Memoria Anual. Las principales aportaciones económicas proceden de subvenciones públicas (34%). Las donaciones (28%) y las subvenciones privadas (23%) representan casi la mitad de las contribuciones. El resto, un 15%, procede de los bolsillos de los socios del Banco de Alimentos.

La mayor parte de los receptores de la comida recogida, más de 10.000 personas, pertenecen a familias cántabras y extranjeras en situación de necesidad. Le siguen, entre otros, las personas atendidas por los servicios sociales de los ayuntamientos colaboradores (3.350), las personas mayores (2.450), los afectados por trastornos mentales (2.305), los considerados en estado de exclusión social, los niños alimentados a través de comedores escolares (1.950)... En total, 25.715 personas.

A pesar de los esfuerzos de los 55 bancos de alimentos que hay en España por redistribuir la riqueza y combatir la desigualdad, los informes de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) demuestran que en todas las casas españolas se tira comida. De media, un 4,5% de lo que compran los consumidores españoles acaba en la basura. Más de tres millones de toneladas de alimentos que llegan a la nevera nunca se comen. Y si se suma a la industria, los supermercados y la restauración, la cifra crece hasta los 7,7 millones de toneladas, una de las peores cifras de toda Europa.

Hace solo unos días, durante un debate, la coordinadora de Alimentación de la OCU, Gemma Trigueros, desveló que en casi tres de cada cuatro hogares españoles, el principal motivo para desechar alimentos es la falta de organización. Es decir, que o se compra más de lo que se puede comer o se abandonan productos en la nevera hasta que se ponen malos.

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