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Miguel Ángel Revilla saluda a Rubén Gómez en el Parlamento, en presencia de José Ramón Blanco, Eva Díaz Tezanos y Guillermo Blanco.
El Gobierno explora el apoyo de Ciudadanos para esquivar el ultimátum de Podemos con Sodercán

El Gobierno explora el apoyo de Ciudadanos para esquivar el ultimátum de Podemos con Sodercán

La destitución de Salvador Blanco «no es una condición indispensable» del partido de Albert Rivera para dar vía libre al Presupuesto de 2017

Gonzalo Sellers

Martes, 2 de agosto 2016, 16:12

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Su minoría parlamentaria exigirá al Gobierno cántabro sangre, sudor y lágrimas para aprobar el Presupuesto. Ya sucedió el año pasado. Miguel Ángel Revilla se cansó de repetir tras su investidura que el Ejecutivo no subiría los impuestos, pero ese único diputado que le falta a la dupla PRC-PSOE para la mayoría absoluta le obligó a ceder ante las exigencias de Podemos. La luz verde a las cuentas de 2016 le costó al presidente desdecirse de sus palabras y al Gobierno transigir en su política fiscal e incrementar los tramos altos del IRPF. Un sacrificio asumible para Revilla con tal de aprobar los presupuestos a tiempo, una de las principales medallas que pone a sus nueve años de mandato. Este año será Sodercán una patata caliente desde que comenzó la legislatura la llave para que no se rompa la racha del presidente.

CRONOLOGÍA

  • Noviembre 2015.

  • PP, Podemos y Ciudadanos aprueban por mayoría parlamentaria que Sodercán vuelva a la Consejería de Industria.

  • Febrero 2016.

  • Los tres partidos de la oposición se unen para reprobar en la Cámara la gestión de Salvador Blanco.

  • Mayo 2016.

  • Se hace público un informe de Intervención sobre irregularidades en la gestión de Sodercán entre 2008 y 2010.

  • Junio 2016.

  • PP, Podemos y Ciudadanos aprueban por mayoría que el Gobierno cese a Salvador Blanco.

Los dos partidos bisagra intentarán forzar un vuelco en la gestión de la mayor empresa pública de la región a cambio de su apoyo. Será el primer punto que Podemos y Ciudadanos pondrán sobre la mesa cuando comiencen las negociaciones en septiembre, pero, eso sí, lo harán con distinta intensidad y con diferentes objetivos en su mira.

La formación morada, socio habitual en la oposición del Gobierno, exigirá la cabeza de su director, Salvador Blanco, para empezar a hablar. «Vamos a ser intransigentes en este caso. O Salvador Blanco o el Presupuesto, ellos eligen», avisó ayer su secretario general, Julio Revuelta. Un cese que, por otro lado, se ha aprobado dos veces por mayoría en el Parlamento, tras hacerse públicas las irregularidades detectadas en un informe de la Intervención General entre 2008-2010, años en los que Blanco ocupaba el mismo cargo que ahora.

Todo o nada

Aunque en el PSOE no hay ninguna intención de ceder ante lo que consideran un chantaje y no barajan ningún escenario en el que Blanco abandone su puesto, en el PRC se antepone la aprobación del Presupuesto a todo. Oficialmente, eso sí, sólo se muestran dispuestos a negociar políticas e inversiones, no personas ni la configuración del Ejecutivo. Pero el sacrificio que supuso la salida de Francisco Javier López Marcano para lograr el apoyo de Podemos en la investidura todavía está caliente en la conciencia regionalista. Y, por eso, la tesis más extendida en el partido es que «ninguna persona puede condicionar la acción de Gobierno». Un ejemplo que no les vale a los socialistas, ya que el exconsejero de Cultura y Turismo se encuentra imputado y Salvador Blanco no.

Pero antes de que los dos socios se vean abocados a enfrentar las dos posturas, intentarán esquivar ese todo o nada del partido de Pablo Iglesias explorando la vía de Ciudadanos, que también exige cambios en la gestión de la empresa pública, pero se muestra más flexible con la situación de Blanco. Es decir, el ultimátum de Podemos puede provocar un cambio de alianzas en el Parlamento.

«Salvador Blanco no será un impedimento. Hay otros asuntos mucho más importantes. Que se vaya o no es un mal menor, pero lo que sí debe cambiar de arriba a abajo es la gestión de las empresas públicas», explicó su portavoz, Rubén Gómez, abriendo la puerta a una opción con un coste político menos doloroso para el ala socialista del Ejecutivo.

Vuelta a Industria

Este escenario tan favorable a un acercamiento a Ciudadanos tiene, sin embargo, muchas sombras. No es ninguna novedad que el partido de Albert Rivera defiende el regreso de la empresa pública a la Consejería de Industria, de donde salió después de que los socialistas reclamaran en el acuerdo de Gobierno con los regionalistas traspasar su gestión a la Vicepresidencia, sacándola de su hábitat histórico. Si Ciudadanos se enroca en esta exigencia, el acuerdo se puede volver imposible. El PSOE no está dispuesto a dejar escaparla, sobre todo tras defender su decisión contra viento y marea en el Parlamento, donde PP, Podemos y Ciudadanos se unieron el año pasado para aprobar por mayoría devolverla a Industria.

Si Podemos y Ciudadanos se mantienen firmes en sus exigencias, el panorama para los socialistas es complicado. Sólo hay tres escenarios: cesar a Blanco, devolver Sodercán al PRC o no aprobar el Presupuesto. Y esta última opción no pasa por la cabeza de su socio regionalista. Por eso, explorar la vía de Ciudadanos, con los que los socialistas ya llegaron a un acuerdo sobre los vertidos de Guipúzcoa en Meruelo, será clave para flexibilizar las posturas de los dos partidos bisagra.

Mientras tanto, el presidente y la vicepresidenta pidieron ayer calma a los partidos de la oposición y no lanzar exigencias antes de conocer el Presupuesto y sentarse a negociar. «Hasta ahora en las negociaciones de presupuestos, siempre se ha hablado de partidas y prioridades, pero no sobre las personas que lo van a llevar a cabo», recordó Revilla. «Para mí esto es nuevo, pero bueno, cuando empiece la negociación, cada uno planteará sus temas; cuando tengamos las cuentas, escucharemos lo que dice cada partido», dijo.

El presidente recalcó que ahora la obligación del Gobierno es «estar trabajando ya en unas cuentas que van a ser complicadas», advirtió, «porque no hay que olvidar que nos han adelantado el cierre al mes de septiembre, lo cual es un palo terrible». «Tenemos que presentar pronto un esbozo de presupuesto e intentar negociar con los grupos políticos esas cantidades, que van a ser escasas y que tendrán que atender a las necesidades más perentorias de la gente», avanzó Revilla.

Desde Meruelo, donde ayer visitó las instalaciones del vertedero, la socialista Eva Díaz Tezanos tachó de «irresponsable» condicionar la aprobación de unas cuentas que aún no se conocen.

Como ya defendió en su intervención parlamentaria de este año, Tezanos repitió ayer que la gestión en Sodercán se está realizando «con absoluta transparencia», y recordó que esta empresa pública tiene un consejo de administración «absolutamente plural» en el que están representados el Gobierno, los agentes económicos y sociales y la Universidad de Cantabria.

La vicepresidenta aseguró que «no se permitirá que ninguna fuerza política le diga al Gobierno ni lo que tiene que hacer, ni desde luego que nos den lecciones de transparencia y de honradez, porque es la manera de actuar de este Ejecutivo y de esta sociedad». «Creo que tenemos que pasar ya de ese tipo de acusaciones falsas», añadió Tezanos, quien considera que «quienes hagan acusaciones de este grueso lo que tienen que hacer es ir a los tribunales».

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