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Uno de los avisadores electrónicos recién instalados antes de los radares de Saltacaballo.
Dos 'chivatos' avisan de la velocidad en Saltacaballo

Dos 'chivatos' avisan de la velocidad en Saltacaballo

La DGT concluye su plan de emergencia con la instalación de avisadores electrónicos antes de los radares. El nuevo cinemómetro en sentido Vizcaya, reparado tras una avería técnica, ya vuelve a multar

Álvaro San Miguel

Viernes, 5 de agosto 2016, 18:20

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El plan de emergencia contra la siniestralidad en Saltacaballo (Castro Urdiales) ha concluido esta semana con la instalación de dos 'chivatos' electrónicos que avisan de la velocidad justo antes de llegar a los dos radares de la A-8 entre Castro y Vizcaya.

Tras bajar el límite a 80 km/h en todo el tramo entre la villa castreña y la muga, las principales autoridades en materia de Tráfico en la región (DGT, Guardia Civil y Demarcación de Carreteras) reforzaron la señalización vertical y horizontal con la intención de evitar las críticas habituales en estos casos, donde algunos conductores sólo ven afán recaudatorio. Así se explican también los dos avisadores electrónicos colocados unos metros antes de cada cinemómetro: el viejo en sentido Santander y el nuevo en dirección Bilbao.

Con los dos 'chivatos' electrónicos -comunes en entornos urbanos, no tanto en autovías- concluye el plan de emergencia impulsado por las autoridades de tráfico para frenar la sangría de accidentes de los primeros meses de 2016.

Las cifras de siniestralidad hablan por sí solas del problema de Saltacaballo. En un tramo de sólo doce kilómetros llegaron a producirse la tercera parte de los accidentes de la A-8 en Cantabria (134 kilómetros): 72 accidentes en 2012 (el 19% de todos los de la A-8), 104 al año siguiente (25%), después 135 (31,4%), al siguiente 159 (34%)... En solo cuatro años, la siniestralidad había crecido un 121%. Y eso que los medidores de aforo del Ministerio de Fomento dicen que la intensidad media diaria del tráfico, para ambos sentidos, había bajado de los 54.328 vehículos de 2011 a los 45.161 de 2014 (último año con datos oficiales).

El plan de choque diseñado por la tríada de la seguridad vial en la región (Jefatura Provincial, Guardia Civil de Tráfico y Demarcación de Carreteras) para este problemático tramo entre Mioño y Ontón (Castro Urdiales) actúa a todos los niveles.

Desde el punto de vista normativo, la principal actuación es la reducción del límite de velocidad a 80 km/h en un sector de unos doce kilómetros de autovía donde el límite suele estar en 120. A nivel tecnológico se puede destacar la presencia de dos cinemómetros fijos: el antiguo, en dirección Santander (punto kilométrico 144,480), y el nuevo, en dirección Bilbao (p.k. 143,662), que cuenta con la tecnología más avanzada de la DGT. Una tecnología láser capaz de barrer los tres carriles de manera simultánea, pero que sólo aguantó tres semanas de trabajo antes de averiarse.

El nuevo radar vuelve a la carga

Desde que entró en funcionamiento, el 1 de mayo, el nuevo radar sólo pudo cazar a 60 conductores a más de 88 km/h (que es la velocidad real que permite antes de denunciar) antes de su avería. Tras un tiempo en el dique seco, fuentes de Tráfico han informado a este diario de que está operativo de nuevo.

Los radares y la reducción del límite de velocidad son las medidas centrales del plan de choque, pero no las únicas. También ha habido obras: se han rellenado los profundos desagües de las cunetas para evitar los habituales vuelcos de vehículos cuando hay una salida de vía, y se han realizado trabajos de granallado e hidrodevastación en el asfalto para mejorar la adherenci

.A nivel policial, la Guardia Civil de Tráfico ha intensificado la presencia de patrullas y radares móviles. Y la Jefatura Provincial ha insistido a la DGT en Madrid para que se incluya este tramo como itinerario prioritaria en las rutas del helicóptero-radar 'Pegasus'.

Resultados esperanzadores

Los doce kilómetros que separan Castro Urdiales del País Vasco parecen más largos ahora que hay que hacerlos a 80 km/h. El nuevo límite de velocidad, impuesto en abril para frenar la elevada siniestralidad del tramo, ha molestado a muchos conductores, sobre todo a quienes viven en Castro y trabajan en Bilbao. Pero tras conocer los primeros resultados del experimento, esos dos minutos más de trayecto hasta la muga parecen menos discutibles.

El plan de emergencia ha permitido reducir un 77% el número de accidentes. Aún así, el jefe provincial de Tráfico, José Miguel Tolosa, ha pedido "prudencia". "Con tanta intensidad de tráfico en la zona estamos expuestos a un alto riesgo. Cualquier error de uno de los 45.000 conductores que circulan por allí cada día puede provocar un accidente".

El famoso tramo castreño venía de unos meses escandalosos en los que los accidentes se sucedían un día tras otro: 22 en enero, 27 febrero, 28 en marzo... hasta que Tráfico, Guardia Civil y Carreteras decidieron tomar medidas drásticas y bajar el límite de velocidad a 80 en todo el trayecto desde Castro a Vizcaya. Desde entonces: siete accidentes en abril, seis en mayo y cuatro en junio. Si se compara con el trimestre anterior, de enero a marzo, la caída es del 77%. Es cierto que las condiciones meteorológicas son peores en el primer trimestre, aunque en el segundo, con el verano cerca, hay algo más de tráfico. Pero si se compara con el mismo trimestre de 2015, la bajada es también notable: un 61%.

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