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Laura García, junto a la pequeña Gabriela, y su hija mayor, Catalina.
Da a luz en el parking de Valdecilla

Da a luz en el parking de Valdecilla

"Acudí al hospital con dolores, pero me dijeron que no estaba de parto y que me fuera para casa. Poco después, tuve a mi niña en plena calle", relata Laura García, vecina de Castañeda

Ana Rosa García

Miércoles, 24 de agosto 2016, 23:44

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Laura García aún no acaba de asimilar lo vivido. La madrugada del viernes dio a luz en el parking de Valdecilla próximo a Urgencias en plena calle, sola y "muy asustada". Yen este caso no es que no llegara a tiempo al hospital.

Entró al Servicio de Obstetricia pero salió al rato "porque aún estaba muy verde, me dijo la matrona que me atendió". Sin embargo, apenas una hora después, de pie, "a oscuras y entre dos coches" tenía a su pequeña. El dolor y el "miedo" le han nublado los recuerdos del momento. "Fue todo muy rápido", confiesa.

La joven, de 26 años y de origen paraguayo, señala que "el jueves por la noche acudí a Valdecilla con fuertes dolores, pero me dijeron que solo había dilatado dos centímetros y que me fuera para casa. Insistí en que en mi primer embarazo el nacimiento de mi hija también se precipitó y que no me quería exponer a desplazarme hasta Castañeda, que es donde vivimos, porque queda lejos de Santander y no me iba a dar tiempo".

Tras la exploración, le insistieron en que "según los protocolos, no me podían ingresar", aunque estuviera fuera de cuentas. En vista de que "las contracciones eran fuertes", optó por quedarse en la sala de espera en compañía de su marido, el torrelaveguense Rafael Palazuelos, para evitar riesgos.

"Pensaba que se me salía"

"Parece que no sentó bien que nos quedáramos, porque una enfermera nos dijo que por estar ahí no se iba a acelerar el parto", añade. Ese comentario acabó por empujarles a salir hasta donde habían dejado el coche, porque Laura "tenía claro que no me iba a marchar a casa".

Destemplada, llegó a duras penas hasta el aparcamiento situado en la bajada que lleva a la entrada del servicio de Urgencias. "Pensaba que se me salía y que la echaba por el camino", añade. Pero no había llegado hasta su vehículo, estacionado al fondo, cuando empezó a sangrar.

"Para entonces, el dolor era insoportable y solo tenía ganas de empujar. Pedí a mi marido que me sacara de la mochila una braga para cambiarme y que fuera a pedir ayuda". Muy nervioso, se fue corriendo hasta Urgencias. "En un primer momento, le dijeron que me acercara en el coche, entendieron que veníamos de casa. Vino a buscarme, aunque a esas alturas ya no me podía sentar; así que volvió a bajar y a su vuelta, cuando ya le acompañaba un equipo médico, me encontraron dentro del coche con la niña en los brazos".

Laura no recuerda ni cómo cogió a su pequeña. "Es que no me lo creo todavía. Salió sola. Y menos mal que tenía bragas, porque si no se me hubiera caído la niña directa al suelo", continúa. Para cuando escuchó el primer llanto de su hija, la joven estaba "exhausta y con mucho frío".

Desde su casa de Castañeda, donde se recupera del susto, lamenta que "no me hicieran caso". Insiste en que comunicó el antecedente de su primera hija, Catalina, nacida en 2010 "entonces llegué a Urgencias casi con la cabeza de la niña fuera", aunque "no sirvió de nada". Ahora, da gracias de que el parto no tuviera complicaciones. "No me pasó nada ni a mí ni a la niña, pero ¿y si no llega a salir bien?", se pregunta. "No lo quiero ni pensar".

"Vínculo especial"

El nacimiento de Gabriela, que pesó 3.070 gramos, ha quedado registrado el viernes, 19 de agosto, poco antes de la una de la madrugada (así consta en el informe), pero lo cierto es que la hora exacta no se sabrá nunca, "porque lo que menos se me ocurrió fue mirar el reloj", dice su madre. De lo que sí está "segura" Laura es de que no hacía "ni treinta minutos" que había salido del hospital cuando se puso de parto. Considera que "la experiencia de haberla traído al mundo sola, con su única ayuda, ha creado un vínculo con mi hija que es inexplicable".

Los familiares de Laura, aún impactados por el suceso, no ocultaron su malestar, que trasladaron al personal de Urgencias. También dejarán registrado el incidente en una hoja de reclamaciones. "Sé que no va a servir de mucho, pero creo que está bien que se sepa que estas cosas ocurren para que se tomen medidas y nadie más tenga que pasar por esto", declara la mujer.

Como en otros episodios similares, aunque este es el primero que se registra en la nueva maternidad de las Tres Torres, desde el servicio de Obstetricia y Ginecología de Valdecilla señalan que se trata de un parto precipitado. La mujer fue valorada en fase prodómica (fase inicial del trabajo de parto) y se le dieron instrucciones de cuándo regresar. Sin embargo, admiten que lo que nadie esperaba es que el parto iba a ser tan inmediato.

La Gerencia ratifica que "se siguió el protocolo", pero reconoce que, "aún así, la Medicina no es una ciencia exacta y estos casos excepcionales pueden ocurrir, incluso siguiendo las normas". Como ejemplo, apuntan que en algunas embarazadas a término es posible que la mera exploración vaginal acelere la dilatación, y eso es "imposible de predecir".

Tras recabar datos sobre lo sucedido, estima que "pequeños detalles en casos de este tipo nos ayudarán a afinar aún más el protocolo dentro del proceso de mejora continua que es y seguirá siendo el objetivo de Valdecilla". Dicho esto, desde la Dirección del hospital "nos alegramos de que tanto la madre como el bebé estén perfectamente y les pedimos disculpas por el trastorno ocasionado", concluyen.

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