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La balsa, con capacidad para 64.000 metros cúbicos. Al fondo, los trabajos para impermeabilizarla.
Cantur estima que los cañones de nieve estarán funcionando en diciembre

Cantur estima que los cañones de nieve estarán funcionando en diciembre

Condiciona los plazos para terminar la obra de Alto Campoo y llenar la balsa a la meteorología y a la licencia por parte de la Confederación Hidrográfica

Álvaro Machín

Sábado, 22 de octubre 2016, 07:33

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Los miércoles toca reunión. Seguimiento de la obra. Junto a la entrada de la estación. A eso de las diez había tanta niebla que era imposible ver desde allí dos palmos delante de las narices. Sin embargo, arriba estaba despejado y desde El Chivo la vista de la gran balsa construida en Alto Campoo para alimentar los 85 cañones de nieve artificial (más uno móvil) que incluye el proyecto era nítida. Allí se concentra la tarea. El martes empezaron a impermeabilizar un espacio en forma de alubia con capacidad para 64.000 metros cúbicos de agua. Si el tiempo sigue estable, en seis días pueden tener terminada esa parte del trabajo. Es uno de los plazos. A partir de ahí echan cuentas. ¿Entrarán en funcionamiento esta temporada? «No esta temporada, este año», augura Javier Carrión, director general de Cantur. «Calculamos que toda la obra esté terminada, dependiendo de la meteorología, para la última quincena de noviembre». La obra, porque luego, para que los cañones puedan empezar a esparcir nieve hay que tener la balsa llena. «Nos tiene que autorizar la Confederación Hidrográfica y no haremos nada hasta tener el permiso, pero la idea es que en diciembre estén en funcionamiento».

Nadie espera ya un revés en el cuarto intento. Porque las pretensiones de que la estación cántabra tenga nieve artificial se remontan casi 25 años atrás e incluyen desde la instalación de ochenta aparatos que nunca funcionaron hasta anulaciones por la vía judicial pasando por proyectos echados abajo de gobierno en gobierno. Un reguero de problemas y de euros invertidos que parece tener ya fecha de caducidad. El trabajo avanza. Una lámina textil de color blanco llama la atención sobre los taludes del enorme agujero, que ya cuenta con su drenaje. Sobre ella colocan las enormes tiras de material impermeable que se unen por soldadura térmica. En eso estaban unos. Otros, se ocupaban de rellenar de hormigón unos tubos que se colocarán a los pies de estas alfombras como sujeción durante la tarea. «Aquí podemos encontrarnos con vientos de 120 kilómetros por hora», advierte sobre el terreno Roberto Cayón, responsable del área técnica de Cantur. Cuando acaben eso colocarán un cierre de madera, un cercado, y adecentarán el camino de mantenimiento que ya recorre el perímetro de toda la estructura. Desde allí mismo se ve como ya tienen ultimado el relleno para ganar anchura y evitar la inclinación en Pidruecos. Se cae tanta gente ahí que todos lo conocen como el valle de los caídos. El material extraído para la balsa se ha aprovechado para resolver un problema histórico. Con orden. Sin remover el terreno y ya. La capa superior se ha preservado y será también la capa superficial en este punto para preservar su regeneración. La misma. Para que sea verde, siguiendo las instrucciones de los técnicos del proyecto Life Econnect, con acciones en los terrenos de la estación desde el año 2013 y que va borrando las cicatrices que provoca la obra casi al tiempo que se van produciendo. De hecho, ayer mismo, una pala estaba con la hidrosiembra de los taludes de los bordes exteriores de la balsa.

También desde allí se ven las jirafas. Así llaman a los cañones de alta presión. «Lanzas». Son los que funcionan mejor con temperaturas más bajas y muchos ya están prácticamente colocados. «El material viene de Bolzano, en Italia», señala Cayón al referirse a las piezas de estos artefactos que están junto al telesilla de El Chivo. La semana que viene llegarán los de baja presión, «anchos, como hélices». La instalación está lista, sólo hay que colocarlos. «Echan nieve hasta a cincuenta metros a su alrededor». Estarán en la parte baja de la estación.

Es la cuenta atrás. «Se ha acelerado mucho. Hay que tener en cuenta que desde que pudimos retomar la obra con la autorización para cimentar la balsa han pasado dos meses y medio», destaca Carrión, que también enfatiza el plazo en el que se consiguió ese visto bueno definitivo. «Es inusual porque la autorización para una obra puede ser de año y medio y lo hemos conseguido en seis meses», insiste. El director general de Cantur saca la calculadora y el calendario. «Restauración de taludes y remates de la balsa», dos o tres semanas. La cinta de la zona de debutantes una especie de cinta transportadora que va incluida en el proyecto, quince días. El relleno del valle de los caídos está «a punto» y los cañones que faltan llegan «la semana que viene». Segunda quincena de noviembre. «Y a partir de ahí la empresa recoge y nosotros tenemos que llenar la balsa. A 22,5 litros por segundo, que es la cantidad que se ha fijado, entre 30 y 32 días a partir de que nos den la autorización para empezar, un trámite que intentaremos acelerar al máximo». Para ver echar nieve a los cañones 25 años después.

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