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José Mujica, rodeado de jóvenes esta mañana en una abarrotada sala en el IES Alisal.
Revilla se trae a Cantabria al "anti-Trump"

Revilla se trae a Cantabria al "anti-Trump"

nacho gonzález ucelay

Jueves, 10 de noviembre 2016, 12:37

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El expresidente de Uruguay José Mujica llegó ayer a Cantabria en una visita semiprivada que efectuará hasta el domingo por invitación del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, que de esta manera va a ver cumplido «uno de mis grandísimos sueños», cual era, tal y como lo ha confesado él mismo en las redes sociales, compartir tiempo libre con el exmandatario uruguayo.

Según ha podido saber este periódico, Mujica aprovechará su estancia en Cantabria para conocer algunos de sus rincones característicos el Parque de la Naturaleza de Cabárceno o la Cueva de El Soplao aunque también tiene previsto girar una visita al Instituto de El Alisal (en Santander) y dejarse ver en algún acto público.

Todo ello acompañado por el presidente Revilla, que ayer por la mañana fue a recogerle a Madrid, donde ambos se tomaron una fotografía que el jefe del Ejecutivo cántabro colgaría después en internet con su correspondiente leyenda: Ya estoy con él, el anti-Trump. Nos vamos para Cantabria.

Dicho y hecho, Mujica y Revilla llegaron a Santander a media tarde para emprender juntos un viaje surgido del deseo del segundo de conocer personalmente al primero, al que ya en su día le hizo llegar algunos de sus libros a través de la embajada española en Montevideo, y del interés del primero por ahondar en sus propias raíces familiares, que él cree, aunque no está seguro, que parten de Cantabria.

"Socorro"

De guerrillero pasado, Pepe Mujica, un líder ciertamente carismático que todavía conserva en su piel las hondas cicatrices de los seis balazos que recibió en la clandestinidad, fue el 40º presidente de Uruguay, cargo que ejerció entre 2010 y 2015 haciendo una ejemplarizante demostración de humildad.

Mujica, que destinó el 90% de su sueldo a proyectos de ayuda contra la pobreza, declinó trasladarse a vivir al Palacio Presidencial de Suárez para seguir residiendo con austeridad en una humilde chacra construida a las afueras de Montevideo y renunció al coche oficial para seguir desplazándose por la ciudad en su vehículo particular, un Volkswagen Escarabajo de 1987.

Por ese carácter puritano, quizá, la voz del expresidente uruguayo ha sonado estridente en el tercer Encuentro Mundial de los Movimientos Populares que estos días se está celebrando en Roma, Italia, ciudad de la que llegó ayer a Madrid para venir a Cantabria a descansar y a la que Mujica regaló sus impresiones respecto al nombramiento de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América. «Hay una palabra que lo dice todo: ¡Socorro!», exclamó el uruguayo, para quien la imagen del magnate «es tan grotesca que uno siente hasta una suave afinidad con la señora Clinton, que es una mujer bastante conservadora».

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