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mada martínez
Viernes, 9 de diciembre 2016, 23:15
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Desde se abrieron las puertas hoy a las 12.00 horas, los pasillos de la XIII Feria del Producto de Cantabria que organiza El Diario Montañés con el patrocinio de la Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación y de la Odeca, han estado muy poblados de asistentes dispuestos a contemplar la mejor selección de materias primas y elaboraciones de Cantabria y, por supuesto, a comprar productos con los que surtir su despensa, especialmente de cara a las inminentes fiestas navideñas.
Desde la organización de la feria se prevén batir todos los récords de ediciones anteriores tanto en cifra asistentes como de volumen económico de ventas. Además, se mantiene por parte de los organizadores la oferta de que por cada 30 euros de compra se pueda acceder a un regalo sorpresa.
La feria permanecerá abierta hoy sábado hasta las 21.00 horas. Mañana, domingo, último día, el horario de mañana será de 12 a 15 horas y de 17 a 21 horas.
Entre papel de estraza, lechugas frescas, brillante laterío y el runrún de las neveras funcionando a todo gas se está desarrollando esta XIII Feria del Producto en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Santander. A primera hora de la tarde del viernes se inauguró y los 95 expositores levantaron la persiana para darse a conocer. La apertura fue más multitudinaria que en ediciones anteriores: un público familiar, fiel a la feria, y que, además, la aprovecha para componer el grueso de su menú navideño. Y este sábado también ha sido numeroso el público que se ha decidido a visitar, probar, degustar y comprar en esta feria tan cántabra. Este año la organización quiere superar los más de 20.000 asistentes contabilizados en 2015.
A la inauguración del viernes asistió una generosa representación del Gobierno de Cantabria (que patrocina la cita), del Ayuntamiento de Santander y de instituciones vinculadas al sector. El presidente Revilla dio un largo paseo por la zona de exposición, y adquirió una surtida selección de productos. El presidente no se cansó de alabar la excepcionalidad de las manufacturas cántabras. Tras comprarse un hermoso tarro de miel ambarina, tributó una de sus frases al público que le acompañaba en procesión, en especial a su hija Jana: «Esto en Dubái seguro que no lo hay».
Revilla defendió la feria como una «alternativa» para los productores que la administración debe apoyar. «Conseguir transformar la producción agraria, y darle un valor añadido en una economía que va a mantener a la gente en las zonas rurales, es algo por lo que hay que apostar».
Miguel Ángel Revilla también ratificó el compromiso del Gobierno regional con la industria agroalimentaria, que supone una parte importante del PIB autonómico 1.700 millones el año pasado, recordó el presidente y que emplea a 6.500 personas. «En el presupuesto de este año hay una cantidad importante para seguir apoyando este sector».
El consejero de Medio Rural, Pesca y Alimentación, Jesús Oria, avaló esta apuesta. «Si nuestros presupuestos son aprobados la línea de apoyo a esta industria se va a incrementar, a duplicar.» Oria insistió en que el Ejecutivo quiere apoyar a las grandes y medianas empresas, pero también a las de pequeño tamaño, tan importantes para fijar la población rural. «Además, muchas están en manos de mujeres. Y ya sabemos que si una mujer se queda [en el ámbito rural] se queda toda la familia.» El sector agroalimentario, recordó el consejero, permite dar salida a las materias primas con más fundamento de Cantabria: leche o carnes que se transforman en manufacturas de alta calidad. Oria se declaró forofo de los quesos, de los derivados de la pesca y de los vinos y sidras de la tierra. De hecho, celebró la recuperación de las vides y las tierras de cultivo con este fin. «Cantabria ha recuperado esta producción».
Foco de atracción triple
La alcaldesa de Santander, Gema Igual, también se mostró convencida del éxito de una convocatoria que el Ayuntamiento apoya cediendo un escenario de 2.500 metros cuadrados. «La Feria del Producto se ha convertido en un foco de atracción turística, empresarial y gastronómica», aseguró.
A la calidad y variedad de los productos presentados, Igual añadió otros alicientes: el afianzamiento de la feria, que cumple trece ediciónes; la coincidencia del puente; el clima soleado y la proximidad de las Navidades. Y otra bola extra de importancia: «En la Feria, tras el escaparate, está el empresario o una persona involucrada en el proceso que te va a dar información de primera mano».
La alcaldesa acompañó a Revilla en su recorrido por la zona de exposición. En el trayecto probaron anchoas, taquitos de queso, se interesaron por los caricos, las mermeladas, o el novedoso vinagre de Liébana. Revilla, incluso se puso a atender en un par de puestos, se hizo un montón de fotos, firmó la cinta inaugural y convenció a un grupo de valencianos de que la anchoa del Cantábrico es única. Un niño le reconoció como el presidente de Cabárceno, otros como tertuliano televisivo. Revilla declaró ante los medios que, siempre que puede, trata de apoyar con su presencia esta feria y las que se celebran en los pueblos.
Más calidad que cantidad
A la inauguración también asistió Fernando Mier, director de la Oficina de Calidad Alimentaria (Odeca). Mier considera que ha sido un año positivo para el sector agroalimentario y apostó por competir con un dorsal cualitativo: «Debemos trabajar más en calidad que en cantidad». La calidad de los productos regionales se traduce, por el momento, en cuatro denominaciones de origen protegidas (Queso Picón Bejes-Tresviso, Quesucos y Miel de Liébana, y Queso de nata de Cantabria); cuatro indicaciones geográficas protegidas (carne de Cantabria, sobao pasiego, vino Costa de Cantabria, y vino de la Tierra de Liébana); la protección en trámite de la Miel de Campoo-Los Valles; la de Agricultura Ecológica, y las certificaciones de Calidad Controlada.
Además de los productores, la Oficina tiene controlados a 1.100 elaboradores, que son los proveedores que aportan su grano de arena a la manufactura final . Y este dato es importante, porqueel trabajo de la Odeca, recalcó Mier, tiene que poner el punto de mira en el consumidor. ¿Cómo se consigue esto? Avalando la trazabilidad del producto que se pone sobre la mesa.
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