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De izquierda a derecha, Diego Ferreño, José Antonio Casado, Isidro Carrascal y José Manuel Revuelta.
La ITV del cuerpo humano

La ITV del cuerpo humano

Los investigadores analizan las patologías cardiacas, la osteoporosis, el efecto de ciertos fármacos o el desarrollo de materiales para prótesis innovadoras

José Carlos Rojo

Miércoles, 28 de diciembre 2016, 07:20

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La esperanza de vida del ser humano en el siglo XVIII apenas superaba los 30 años. Ahora en España los hombres viven una media de 81 años y las mujeres 86. "Por eso aparecen nuevas patologías que antes desconocíamos y que afectan a múltiples tejidos como los del sistema cardiovascular, porque el cuerpo de las personas jamás en la Historia se vio en la tesitura de resistir tantos años". En los inicios de su carrera profesional, hace ya casi 50 años, el exjefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del hospital Valdecilla, José Manuel Revuelta, nunca diagnosticó patologías del corazón como las de válvula mitral, válvulas reumáticas o degenerativas, o isquemias. "Todas estas afecciones que se instalan en el órgano que es nuestro motor de vida no eran apenas conocidas entonces y hoy son las más generalizadas", apunta el experto, pieza clave de un peculiar grupo de estudio que ha fundido en la Universidad de Cantabria el conocimiento médico con el ingenieril para evaluar la resistencia de los materiales biológicos a la fatiga del paso del tiempo.

¿Cuanto dura un corazón?

"Podemos medir la resistencia de las fibras musculares de la pared de un corazón, por ejemplo. Concretar cuántos años durarán sometidas a cierto trabajo. Pero también estamos aplicando todo esto para entender cuáles serán los mejores materiales para crear tejidos artificiales que sustituyan los dañados. Al final lo que somos aquí es expertos en materiales, y eso se puede aplicar también a los tejidos que conforman el cuerpo humano", completa el profesor Diego Ferreño, coordinador del estudio desde el Laboratorio de Ingeniería de los Materiales (Ladicim), en la Escuela de Caminos, dirigido por José Antonio Casado.

Sucede algo parecido con la rama ósea de la investigación, "la que se detiene a entender por qué se forma la osteoporosis y el modo en que la enfermedad va afectando a la resistencia y funcionalidad del hueso", detalla Ferreño sobre la segunda división del estudio, puesto en marcha en colaboración con los doctores José Antonio Riancho y Jesús González Macías, del Grupo de Metabolismo Óseo y Mineral.

La metodología básica resulta del análisis minucioso, a escala microscópica. Una sofisticada máquina de microtac se adentra en las paredes de un pequeño filamento de fibra de músculo de la pared cardiaca. Sobre la pantalla, el ordenador lo muestra como una amalgama caótica de colores, pero el médico sabe perfectamente identificar las condiciones reales de funcionalidad de ese músculo. "Esto es absolutamente maravilloso, estamos viendo el tejido por dentro como jamás se pudo ver", subraya Revuelta.

Fiel defensor del maridaje científico-médico, el veterano investigador, jubilado del hospital Valdecilla, justifica la necesidad casi filosófica del estudio. "Viviremos cada vez más. Probablemente en no mucho tiempo, unos cien o ciento cincuenta años, la esperanza de vida ascienda a 120 años de media. Y no querremos ser ancianos vegetales. Querremos poder hacer una vida normal, ir al supermercado y esas cosas. Por eso tendremos que cuidar la salud de nuestros tejidos, y eso pasa por entender el modo en que se estropean; y también tendremos que reforzarlos. Habrá que crear otros artificiales que sustituyan los dañados y nuestro trabajo será entender qué materiales son mejores para desempeñar esa función". "En todos mis años de carrera siempre tuve claro que el progreso en la cirugía depende directamente de los avances en la ingeniería, y el problema es que en España nos ha costado entenderlo. Ahora, afortunadamente, es diferente", confirma con esperanza Revuelta.

Pruebas con tejidos humanos

En el interior de un frigorífico guardan las muestras de tejidos biológicos. Todos donados por el Biobanco del Valdecilla, con el que se ha establecido un convenio de colaboración para el estudio, igual que con el propio hospital y con su división investigadora, el Idival. "Para la rama del estudio de las dolencias que afectan a la masa ósea, el sistema es el del trabajo con modelos animales", señala Ferreño. Se induce la enfermedad en ratas y se analizan las diferentes fases de la degeneración del hueso y el efecto de ciertos fármacos. "Lo importante de todo esto es que podría alumbrar patentes importantes", se suma al entusiasmo José Antonio Casado, director del laboratorio Ladicim. Un centro de investigación en plena Escuela de Caminos capaz de trabajar a diferentes escalas, desde la más visible, con la evaluación de calidad de las traviesas del AVE que llegará a La Meca -es el único laboratorio español acreditado para realizar esos test-, hasta la más microscópica, de las diminutas fibras musculares que conforman la pared del corazón.

"Lo que necesitamos ahora es que tanto las Administraciones como la sociedad seamos conscientes, todos, de que uno de los grandes patrimonios que tenemos en esta región es la sanidad. Nuestro deber por tanto es saber que eso es así y cuidarlo, dotarlo de medios para que sus profesionales puedan seguir trabajando a la vanguardia mundial", sentencia José Manuel Revuelta.

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