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¿Quién es el Esteru?

¿Quién es el Esteru?

A Papá Noel le ha salido un competidor cántabro: hay quien defiende que es una leyenda y otros que se trata de una invención moderna, pero lo cierto es que este leñador que vive en las montañas está presente cada vez con más frecuencia en la Navidad de los niños de Cantabria

Marta San Miguel

Sábado, 24 de diciembre 2016, 07:55

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La fe en los relatos nos hace aceptar que tres hombres vestidos de reyes reparten regalos el 5 de enero. Otra forma de fe, la religiosa, ha tenido que tragar con la llegada de un tipo barrigón vestido de rojo que viaja con paquetes en un carro tirado por renos, previa escala en una marca de refrescos. ¿Se cree en Papá Noel o se asume su existencia? En ese hueco entre la religión y el oportunismo comercial está emergiendo en Cantabria una leyenda, inventada como todas, en la que un leñador que vive en las montañas de Comillas lleva sus regalos a los niños cántabros. Se llama Esteru. Es un hombre grueso, de sonrisa amable y barbudo, y de un tiempo a esta parte está reivindicando su propio relato navideño.

Le ponen la coletilla del 'Santa Claus cántabro' y su presencia recuerda muy de cerca a la del olentzero vasco o el apalpador gallego. Estos son carboneros, el de Cantabria es leñador, y durante las fiestas deja su hacha y baja de las montañas para repartir regalos entre los niños acompañado por su 'burru', un bastón y vestido como lo haría cualquier pastor de las ilustraciones de cuentos tradicionales cántabros. Las imágenes de los tres personajes se parecen, y no sólo en la forma sino en el fondo: todos apelan a la cercanía autóctona frente a una forma de factoría cultural transoceánica, en un momento en que la sociedad de consumo ha desvirtuado el mito de la religión hasta convertirlo en un señuelo. ¿Pero quién es este leñador, de dónde sale? Y sobre todo, ¿por qué no se conoce como a otros personajes que sí forman parte de la tradición cántabra, como las anjanas o el ojáncano? La respuesta pasa por la actualidad de su narración.

Pedro Madrazo, gerente de ADIC, autor del libro 'Cantabria, tradiciones y leyendas ilustradas', se cuestiona la creencia en el Esteru y lo diferencia claramente respecto a otros seres mitológicos que, a su juicio, sí proceden del acervo cultural: "Está bien para que exista una tradición en Cantabria en el tema de los regalos. Si creas un personaje nuevo y explicas que el objetivo es que el niño cántabro se identifique con un leñador de aquí en vez de con alguien que nos ha llegado por la tele, puede que cuaje en la sociedad o puede que no, pero no podemos considerarle un elemento de la tradición cántabra habitual porque no lo es", afirma. Según Madrazo, "el Esteru lo inventó un hombre de Comillas". Pero ese hombre, que se llama Milianu Rodríguez Pérez, lo niega. Más bien, dice, él sólo ha sido la voz que ha recuperado una historia con pocos ecos hasta ahora. "La historia del Esteru la conocí gracias a Manuel Díaz Bracho, un vecino del Valle de Ruiseñada ya fallecido y al que su gusto por la tradición oral le llevó a transcribir un realto que le contaron a su vez dos vecinos, llamados Uca y Juanito". Lo reseña en esas páginas manuscritas, dice. Y añade: "Me parecía bonito fomentar en las fiestas de Navidad la cultura y la tradición de Cantabria y que no se olvidara una historia así". Así que, con esa finalidad, "en torno al año 2000 comenzamos a reivindicar la figura del Esteru dándolo a conocer por Internet a través de un foro sobre tradiciones cántabras". Y ahí empezaron a surgir más testimonios: "Gente de Udías y de Llanes también lo conocían, habían oído la historia que antes estaba más extendido pero que se había olvidado casi por completo". Milianu, que pertenece a la asociación cultural L'Escanillu de Comillas, cita la memoria colectiva como única fuente para sostener la narrativa del Esteru, unida a los papeles de Díaz Bracho: "Que yo sepa, no se ha hecho trabajo de campo", sostiene.

El vínculo entre la tradición cántabra y la Navidad está presente sólo en la figura de las anjanas. Lo narró Manuel Llano en uno de sus cuentos. En él, recoge la letra de una copla que le trasladó un vecino según la cual las anjanas ayudaban a los reyes magos para que trajeran zapatos y ropa a los niños pobres cada cuatro años. La leyenda está por escrito pero, como apunta Pedro Madrazo desde ADIC, pudo ser "una licencia literaria" que se tomó el autor. Por encima de toda fantasía, se impone una cuestión: ¿qué le confiere credibilidad al relato para pasar o no a la historia y aceptarla como propia, para asumirla como algo nuestro y reconocerla?

Tradición, invención o cultura popular, lo que ya es un hecho es que esos pasos iniciales dado por el Esteru son ahora zancadas. Las manifestaciones alrededor de la figura del leñador navideño, desconocido hasta la fecha, son cada vez más habituales y Milianu Rodríguez Pérez pone como ejemplo la publicación del libro 'El Esteru y las bellotas mágicas', de Sergio Tejón y Marcos Manjón, que cuenta la historia cómo el leñador deja estos frutos junto a los regalos para repoblar los bosques de Cantabria. No muy lejos, en Comillas, la Casa de la Juventud es la que se encarga este año de elaborar la carroza del Esteru, que sale a desfilar por la villa la noche de Reyes, o bien la implicación de los más pequeños pasa por los colegios de la zona donde las actividades escolares le contemplan. El colegio José Escandón de Soto de la Marina dedicó en 2014 la obra de teatro de Navidad a la leyenda del Esteru. Como explica el director del centro, Nahúm Cobo, "la idea era usar una historia de la tradición cántabra y darle un carácter no religioso a la actuación de Navidad para atender al diversidad. La gran mayoría de los niños lo recibió con sorpresa y les llamaba la atención, les gustó".

En Laredo, el Esteru ha entrado de lleno de la mano de la Asociación Cultural Filatélica y de Coleccionismo San Roque, que incluso ha puesto en circulación cartas y matasellos con la figura del personaje para que los críos escriban su carta con destino a las 'Montañas de Cantabria'. Lo hicieron por primera vez en 2015, y este año han repartido las cartas entre cuatro colegios pejinos. También han instalado un buzón en la Casa de Cultura de Laredo, donde han puesto a disposición de los vecinos más cartas. "Estos personajes son una costumbre reciente que se quiere arraigar", dice el responsable del sello filatélico, Constantino Ruiz: "Yo no entro en si la leyenda del Esteru de Comillas es verdad o mentira, porque Papá Noel también es una invención. De lo que se trata es de favorecer la cultura popular cántabra, y a los niños de Laredo les está gustado y nos estamos planteando hablar con más ayuntamientos para el próximo año". En dichas misivas se explica quién es el Esteru y se ofrece la opción de pedir los regalos a un tipo de aquí, a un leñador con barba y papos gruesos, la misma cara que tiene el olentzero, el apalpador y otros tantos que están surgiendo quién sabe si como respuesta o reacción a algo más poderoso que una costumbre.

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