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La Plaza de Cañadío de Santander presentaba a las siete de la mañana de ayer este deplorable estado.
Noche vieja, alegre y sucia

Noche vieja, alegre y sucia

La fiesta de Año Nuevo, multitudinaria y con el alcohol como protagonista, no dejó incidentes de relevancia

nacho gonzález ucelay

Domingo, 1 de enero 2017, 09:26

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Cantabria se adentró en el año 2017 al paso festivo de una celebración multitudinaria la más multitudinaria que recuerdan los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que discurrió entre la medianoche y el mediodía sin que por fortuna se produjeran incidencias de especial relevancia. «Mucho alcohol», como siempre, «mucha pelea», ninguna grave, «y mucha gente», más que nunca, que volvió a convertir las principales zonas de ocio y esparcimiento en auténticos estercoleros para pesadumbre del vecindario.

Botellas, vasos y otros envases, algunos de ellos aún por la mitad, preservativos, compresas, excrementos, orines, vómitos... Todavía entrada la mañana de ayer se veían en las calles de Santander los restos de los restos del festejo. Y todavía a esa hora se oían las quejas de los vecinos. «¡Qué cerdos!».

A lo lejos, indiferente, un grupo de chavales que habían salido a saludar al nuevo año en corbata enfilaban el camino de vuelta a casa sin ella escenificando el final de una noche por lo demás sosegada.

Según indicaron fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, la Nochevieja no dejó incidentes graves. «Ha habido muchas peleas, pero ninguna de importancia. Han sido pequeños roces entre jóvenes de distintos grupos, o del mismo grupo o incluso entre amigos». La mayoría de ellos al caer la mañana «a esa hora no hemos parado» y a las puertas de los locales que cerraron más tarde en las zonas de Santa Lucía y Cañadío.

Por allí se movió el grueso del gentío que salió a recibir el nuevo año. «Mucha gente, pero muchísima», recalcaba ayer la Policía Nacional, que plegó su dispositivo sin mayores novedades.

También limpio de incidencias, el parte de la Guardia Civil deja entrever que la celebración de la Nochevieja fue igualmente serena en el resto de Cantabria, donde también los festejos arrastraron a una multitud.

Tráfico

Preocupaba, y mucho, el comportamiento de los automovilistas tras las doce campanadas. Por eso, tanto la Guardia Civil de Tráfico como la Policía Local de Santander montaron de madrugada diversos controles preventivos de drogas y alcohol que se saldaron con resultados aceptables.

La Guardia Civil de Tráfico, que no reportó ningún accidente de circulación de gravedad, desplegó un macrocontrol en la autovía A-67, Santander-Torrelavega, en dirección a la capital cántabra, mientras que la Policía Local de Santander, que tampoco observó accidentes de tráfico de importancia, montó otro en el interior del túnel del Centro Botín.

Según informaron ayer fuentes de este departamento policial, durante el dispositivo se efectuaron 46 pruebas de alcoholemia en las que se detectaron cuatro positivos. Es decir, que uno de cada once conductores interceptados iba bebido mientras conducía.

Además, un quinto conductor fue detenido más tarde en la Avenida de Los Castros por dar positivo tras cometer una infracción.

Urgencias

Las grandes borracheras y las pequeñas peleas, a lo que parece las únicas incidencias de esta Nochevieja, tornaron en madrugada «agitada» la tarde «tranquila» que había salvado el departamento de Urgencias del santanderino Hospital Valdecilla, donde el equipo de guardia también percibió un mayor ingreso de pacientes que otros años.

«Hemos atendido bastantes intoxicaciones por consumo de alcohol. No sabría decirle con exactitud cuántas, pero desde luego más que en otras Nocheviejas. Y, aunque menos, también por consumo de sustancias estupefacientes».

Del mismo modo, «también hemos atendido a diversos jóvenes que han llegado con heridas y contusiones ocasionadas en peleas, aunque en ningún caso graves», precisaban ayer fuentes de este servicio, mucho más preocupado por el ingreso de dos pacientes con sendas reacciones alérgicas al marisco. «A uno de ellos le acabamos de dar el alta médica (ayer por la tarde), pero el otro continúa ingresado porque ha entrado en muy mal estado», si bien su vida, por lo pronto, no corre peligro.

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