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Desfile del Día de Cantabria en la Feria de Gastronomía y Folclore de las casas regionales.
Un cántabro que no quería ser alcalde fundó Fasa Renault y cambió la ciudad
Valladolid

Un cántabro que no quería ser alcalde fundó Fasa Renault y cambió la ciudad

La gastronomía de Cantabria aporta al centro su principal financiación en los nueve días de folclore y de venta de productos en la feria de las casas

J. Martínez Teja

Sábado, 4 de marzo 2017, 07:49

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El agosto de las casas regionales llega en septiembre, allá por las fiestas de la patrona, la Virgen de San Lorenzo, cuando se celebra la feria en la que el folclore y la gastronomía cobran el principal protagonismo, todos los centros lucen sus mejores galas y ofrecen los platos y recetas típicas de sus comunidades durante nueve días de celebraciones. Cantabria tiene una dura competencia, porque entre la veintena de sociedades representadas en Valladolid hay algunas tan consolidadas como la gallega, la andaluza o la asturiana, y están también casi todas las de Castilla y León, además de la catalana, la extremeña, la castellanomanchega o la valenciana, pero los cántabros manejan bien la situación y consiguen que su caseta sea de las más visitadas año tras año y una de las que mayores beneficios económicos proporciona, quizá porque la oferta presentada es imbatible: sardinas, rabas, anchoas de Santoña, queso de La Cavada, membrillo, bonito de Santander, cecina, quesadas, sobaos, pantorrillas y orujo de Potes, entre otros productos contundentes. Los jóvenes son quienes se encargan de la tarea más dura, la atención de la barra, pero el resto ayuda todo lo que puede porque el dinero que se recauda es la principal fuente de ingresos de la Casa de Cantabria de Valladolid.

Casa de Cantabria en Valladolid

  • Los datos

  • Fundación

  • Septiembre de 1976.

  • Dirección

  • Paseo de Zorrilla, 137, bajo. 47008 Valladolid.

  • Presidenta

  • María Teresa Herrero Abascal.

  • Número de Socios

  • 180.Cántabros en Valladolid

  • Instalaciones y actividades

  • Local en propiedad de 320 metros cuadrados con biblioteca, salón de actos, oficinas, bar para los socios y cocina. Organizan una Semana Cultural con charlas y conferencias, cursos de ordenadores, de memoria y de zumba, celebran la Bien Aparecida, una misa por los difuntos, las marzas y un certamen de villancicos. Participan en la Feria de Casas Regionales con productos de Cantabria, tienen un equipo de fútbol federado, el grupo de teatro Talía, la coral Tres Mares, integrada por veinte personas, y editan dos veces al año El Cuévano, un boletín en el que resumen sus actividades.

  • Teléfono

  • 983 234 854.

  • Correo electrónico

  • casacantabriavalla@casacantabriavalla.es

Cantabria recuerda cómo Miguel Delibes estuvo durante muchos veranos de su juventud en Molledo, pueblo que ha dado su nombre a una calle y ha colocado una placa en la casa donde vivió en agradecimiento al creador de El Camino, una novela que rinde homenaje al valle de Iguña y a sus gentes. Permanece viva también la memoria de José María de Cossío, quien pasó sus últimos años en la casona de Tudanca y es autor de la monumental obra Los toros o Estudio sobre escritores montañeses. Son dos ejemplos, sobre todo el de Cossío, de grandes personajes nacidos en Valladolid con una fuerte vinculación con Cantabria. Pero, por el lado contrario, es obligado citar a Santiago López González, fundador de Fasa Renault en Valladolid, dirigente de la empresa y alcalde en los años sesenta, a quien se considera una figura clave en el desarrollo, la modernización y la expansión de la ciudad.

Aunque fue nombrado por el franquismo, "por dos veces quiso cesar como alcalde se escribía en El Norte de Castilla, del que Delibes fue director, pero ni sus superiores jerárquicos ni la mayoría de los ciudadanos le dejaron; los primeros se lo ordenaron y los segundos se lo rogaron, y no le quedó más remedio que seguir en el cargo". López González en Valladolid se le llamaba simplemente don Santiago nació en la localidad de Pesquera en 1918, fue el impulsor de la reforma del Paseo de Zorrilla, donde hoy se ubica la Casa de Cantabria, y aunque era tan vallisoletano como montañés, ya que en la capital castellana vivió desde muy joven a los diecisiete años era pinche en un taller de metalurgia nunca olvidó su tierra de origen. Pesquera le nombró Hijo Predilecto "por el gran cariño que profesaba al pueblo" y muchos cántabros encontraron trabajo en Fasa Renault gracias a su mediación, principalmente de las zonas de Reinosa y Val de San Vicente.

La Casa de Santander

Los cántabros en Valladolid son de procedencia muy diversa, pero uno de los primeros núcleos o gremios bien definidos fue el de los ganaderos llegados entre los años cuarenta y cincuenta, quienes establecieron vaquerías en la provincia por causas varias, no siempre económicas. Es el caso de María Teresa Herrero Abascal, actual presidenta de la Casa de Cantabria, oriunda de Asón de Arredondo, cuya familia disfrutaba de una sólida posición en el pueblo, pero por razones políticas en plena posguerra se vieron obligados a marcharse en el año 46, lo vendieron todo y compraron una extensa finca en Valladolid. Allí vivieron y trabajaron hasta que les fueron expropiados los terrenos, situados en lo que hoy es la zona universitaria, aunque los pagaron bien. Muchas estabulaciones ganaderas de vacas de leche fueron propiedad de cántabros. Posteriormente, vinieron los ingenieros y obreros de cadena a Fasa Renault, empleados de Renfe y del Banco Santander, funcionarios y profesionales de distintos oficios.

La habilidad de López González para conseguir que Fasa Renault se estableciera en Valladolid, venciendo la dura competencia de otros lugares, propició al tiempo una mayor presencia cántabra, hasta entonces no especialmente numerosa, y con ella la fundación de la sociedad que primero fue Casa de Santander, según recuerda María Teresa Herrero, "porque se constituyó en el verano del setenta y seis, bastante antes de la creación de la autonomía, cuando aquí se hablaba oco de los cántabros y mucho de los santanderinos y montañeses, que era como se nos conocía". El bar La Cañada, en la Subida Fuente el Sol, fue uno de los lugares de reunión, "allí se hablaba de nuestras cosas y se cantaban canciones de la tierra", hasta que decidieron organizarse, eligiendo como primer presidente a Isidoro Celis, que era arquitecto del Ayuntamiento de Valladolid. Conocieron varias sedes, una de ellas en la Avenida de Soria, la siguiente en la Carretera de Rueda, ya con el nombre de Casa de Cantabria, para quedarse finalmente en el Paseo de Zorrilla, en un local que adquirieron en propiedad con la ayuda y el crédito del Gobierno de Cantabria. Los cántabros en Valladolid tienen a gala que en la remodelación de lo que originariamente era un taller de confecciones no entró nadie ajeno a la sociedad, ni un albañil ni un fontanero ni un carpintero ni un pintor. Todo lo hicieron ellos mismos.

Por Cantabria

La Botella Blancao cuando la leche se vendía a jarreo

  • Anecdotario

  • La leche se vendía a jarreo hasta no hace tanto, y a todo el mundo le parecía bien. En Ramales había una central lechera, La Botella Blanca, cuyo responsable fue uno de los fundadores de Lauki, en Valladolid, a mediados de los años cincuenta, cuando ya habían llegado a la provincia ganaderos de Cantabria. Como era normal entonces, la leche se recogía en las vaquerías tras el ordeño a mano, se metía en ollas o en garrafas y se repartía a jarreo por las casas, es decir, en jarras o cántaros. La venta directa del ganadero al consumidor fue prohibida posteriomente por motivos higiénicos, pero la práctica estuvo extendida en aquellas comarcas en las que existían explotaciones lecheras. En Valladolid fue común durante muchos años y María Teresa Herrero la repartió en alguna ocasión.

Entre los centros regionales de su tamaño, y de cualquier comunidad, pocas sedes pueden compararse en excelencia a la construida por los montañeses que, como en el caso de la de los residentes en Barcelona, han visto cómo el paso de los años multiplicaba su valor, dada la importancia que ha adquirido el Paseo de Zorrilla. María Teresa Herrero lo tiene claro. "Hay dos aspectos irrenunciables de nuestro funcionamiento de cara al futuro: el presidente siempre debe ser cántabro y si, por alguna razón, la Casa se disuelve, la propiedad debe pasar a Cantabria. Esto es algo que me quita el sueño, aunque está contemplado en nuestros estatutos. Un local como el nuestro, tan amplio, de más de trescientos metros cuadrados, y en esta zona, es muy apetecible". Ella, vallisoletana de nacimiento casi por accidente, se alterna últimamente en el cargo con Manuel González, y entre ambos, la colaboración de un secretario cuasi perpetuo, Juanjo Isart, y el resto de la directiva, llevan adelante con éxito la Casa de Cantabria, que programa cada año un amplio y variado número de actividades.

El centro de Valladolid camina con buen ritmo, sin grandes problemas por delante. "Todo es mejorable señala María Teresa, quien pasa parte de los veranos en su casa de Hoz de Anero pero la verdad es que estamos satisfechos de cómo nos van las cosas. En tanto el Gobierno de Cantabria nos siga considerando embajadores, no falte la ayuda y nuestro ánimo continúe dispuesto, no tememos al porvenir". Mientras, las marzas cántabras tomarán próximamente las calles del casco antiguo, al tiempo que se imparten cursos, se organizan conferencias, se baila, se estudia y se prepara la revista El Cuévano para que dé cuenta exacta de cuanto hacen los montañeses aquí.

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