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El cuerpo sin vida del buceador, este sábado en la playa de Portio
Dos buceadores sexagenarios mueren ahogados en las costas de Suances y Liencres

Dos buceadores sexagenarios mueren ahogados en las costas de Suances y Liencres

Enrique Munárriz

Sábado, 15 de abril 2017, 14:40

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Agentes de la Guardia Civil y efectivos del 112 rescataron ayer los cuerpos sin vida de dos buceadores en la ensenada de la Cabrera (Suances) y en la playa de Portio (Liencres) que fallecieron mientras se encontraban practicando pesca submarina en dos zonas que se consideran «muy sencillas» y sin grandes corrientes, según los expertos consultados. Una jornada trágica para los amantes de este deporte que quedaron «conmocionados» al conocer la noticia y para los vecinos de ambas localidades.

La señal de alarma se dio a las 11.30 de la mañana cuando los servicios de emergencias recibieron una llamada alertando de la tardanza en la salida de Adrián Gómez Canal, un hombre de 62 años que practicaba pesca submarina deportiva. Este vecino de Tagle se había metido al mar «con equipo de buceo» a primera hora de la mañana para coger centollos en la ensenada de la Cabrera, un lugar que conocía como «la palma de la mano y en el que practicaba habitualmente», según explicaron a este periódico fuentes de su entorno y amigos personales, que le definieron como una persona «muy conocida y querida en su pueblo y también en Suances».

Inmediatamente, los servicios de emergencias salieron a buscarle por tierra, mar y aire. Hasta el lugar se movilizó a Salvamento Marítimo, que envió una embarcación de Cruz Roja, al equipo de Apoyo Psicosocial de esta última entidad, sanitarios del 061, Policía Local, Guardia Civil, un técnico de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, y al equipo de rescate aerotransportado del Ejecutivo.

Fue este último el que localizó minutos antes de las 13.00 horas desde el aire el cuerpo del fallecido, que fue rescatado por una embarcación de Cruz Roja. Una vez en la lancha se le trasladó al puerto de la localidad, donde quedó bajo la custodia de miembros de la Guardia Civil. Tanto los efectivos de Cruz Roja, en el trayecto, como el equipo médico del helicóptero del Gobierno, que tomó tierra en el puerto de Suances, realizaron labores de reanimación, sin que fuese posible salvar su vida.

La noticia del fallecimiento sorprendió a toda la villa porque la víctima era una persona «muy conocida» y «un aficionado que asiduamente practicaba pesca submarina por esa zona», según confirmaron desde el Ayuntamiento de Suances.

Quienes han coincidido con él haciendo submarinismo dicen que «era de los que tenía escamas de ir al mar». A sus 62 años, Adrián se había jubilado anticipadamente. Antes había trabajado en empresas del metal vinculadas a Solvay. «Había estado muchas veces exactamente donde hoy, no sabemos qué ha podido pasarle», explican sus allegados, quienes le definen como «buena gente» y «una persona muy activa». La víctima tiene dos hijos adultos, un hombre y una mujer, y también era un «gran aficionado a la caza del zorro».

Investigación abierta

Pero el azar quiso que el mar se cobrase unas horas más tarde una nueva víctima en las mismas circunstancias. Alrededor de las cuatro, un grupo de personas que se encontraba paseando por la playa de Portio, en Liencres, se topó con el cuerpo de otro buceador muerto flotando en el agua. En ese mismo instante dieron aviso de lo sucedido al Centro de Gestión de Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria.

Hasta el lugar se movilizaron sanitarios del 061, efectivos de la Policía Local y miembros de la Guardia Civil. Estos últimos se hicieron cargo de la custodia del cadáver. Se trata de un hombre, cuyo identidad no ha trascendido, de 65 años y vecino de Santander.

El hombre llevaba un traje de buceo puesto y una chapa colgada al cuello con su señas de identidad. Además, la policía encontró su coche aparcado al lado de la playa con toda la documentación. Según fuentes de la investigación, los agentes tardaron en confirmar la identidad de la víctima porque no se había denunciado su desaparición y, cuando fueron a su domicilio, no había nadie en casa. Además, se da la circunstancia de que la edad que llevaba grabada en su chapa no coincidía con los documentos oficiales.

A falta de la autopsia definitiva, la policía trabaja con dos hipótesis en ambos casos: un fallo en el material de los equipos de buceo o un fallo cardiaco, según fuentes de la investigación. Desde el club de buceo Cantabria Abisal, Raúl Galonce, explica que las dos zonas donde se han producido los trágicos desenlaces «son muy simples y sencillas, en las que empieza todo el mundo cuando se pone a hacer buceo o pesca submarina». Tanto la de Portio como la ensenada de Cabrera tienen acceso por la playa, «por lo que los buceadores entran gradualmente y no tiene cambios bruscos de presión como cuando saltas de un acantilado», resalta el experto.

Galonce explica que son «zonas de principiantes» y que él mismo se inició precisamente en Portio en el mundo del buceo. Además pone el énfasis en que allí «no hay grandes corrientes que hayan podido afectarles». Desde su experiencia recalca que lo «más común en este tipo de situaciones es por el síncope de los siete metros», como consecuencia de la disminución de oxígeno en los tejidos. Cuando se sufre normalmente se pierde la consciencia. Pasados unos segundos, el propio cuerpo reanuda el acto respiratorio y el buceador se despierta sin secuelas en la gran mayoría de los casos. El problema real está en los segundos posteriores. Si las vías respiratorias del buceador están sumergidas cuando el organismo se recupera, el afectado se puede ahogar.

Este trágico suceso se produce en plena Semana Santa, tan sólo unos días después de que Protección Civil lanzase una campaña pidiendo a los ciudadanos que extremasen las medidas de seguridad.

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