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Ganadería sacrificará otras cinco reses por el caso de las 'vacas locas'

Los veterinarios actuarán en las cabezas de ganado de la misma explotación que son de edad similar a la que dio el positivo, así como en sus descendientes

Jesús Lastra

Sábado, 20 de mayo 2017, 08:11

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El Gobierno de Cantabria procederá la próxima semana al sacrificio de cinco vacas en Camargo después de que aflorara un positivo en las pruebas de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), conocida como enfermedad de las vacas locas, en una explotación ganadera del municipio.

Las medidas adicionales, que desde la Consejería de Medio Rural definen como "habituales y sujetas a los protocolos establecidos por el Ministerio de Agricultura" en estos casos, afectarán a la "cohorte" del ejemplar que obligó a declarar un foco de EEB el pasado nueve de mayo, una hembra de raza mestiza nacida en febrero de 2002. En concreto, según explicó ayer el titular de la Consejería, Jesús Oria, se intervendrá sobre las reses de la granja que tengan la misma edad que la vaca muerta con una diferencia de hasta dos años, así como sobre su descendencia. Posteriormente, los animales serán examinados para comprobar si tenían o no encefalopatía espongiforme, un mal que causó auténtica psicosis en Europa en la década de los años noventa del pasado siglo, especialmente en Gran Bretaña, país que albergó la epidemia más severa y donde se registraron las imágenes más impactantes, con montañas de ganado muerto ante el temor al contagio humano por consumo de carne contaminada.

Sin embargo, esos tiempos quedan muy atrás y hoy en día el mal de las vacas locas está "bajo control", según admiten desde el sector, y los casos con positivos suelen ser minoritarios.

Como ejemplo, el último episodio en Cantabria databa de 2007, mientras que en el presente ejercicio solo han florecido dos focos en territorio nacional: éste de Camargo, en una granja con 90 vacas, según Oria, y otro en Salamanca, hecho público en marzo por la propia Organización Mundial de Salud Animal (OIE).

"Absoluta tranquilidad"

A la par que el Ejecutivo guarda celosamente el nombre de la ganadería afectada en el valle de Camargo casi nadie conocía la noticia hasta haberla visto publicada en los medios de comunicación, el titular de Medio Rural abundó en su mensaje de "absoluta tranquilidad" hacia los consumidores y la población en general porque esta detección demuestra que "los controles funcionan".

No solo eso. Oria reiteró que este caso de la enfermedad de las vacas locas se detectó en "una prueba ordinaria" realizada en un animal muerto de más de 48 meses de edad, en concreto en uno nacido en 2002, por lo que "era muy mayor". En este punto, recordó el precedente de marzo en Castilla y León, pero incidió en que España "está calificada de riesgo insignificante a nivel europeo" en lo que se refiere a esta patología, por lo que el descubrimiento de algún positivo "entra dentro de lo habitual".

Sentada esta premisa, el consejero ahondó en su argumentario. "No hay peligro alguno para los consumidores" porque en los mataderos se sigue aplicando la eliminación de los llamados materiales específicos de riesgo, fundamentalmente el cerebro y la médula espinal, que se retiran en todos los animales que se sacrifican a partir del año de edad. Además de eliminar esas partes del ganado, "se analizan absolutamente todos" los cadáveres y sólo son aptos para consumo los ejemplares que han pasado "todos los controles".

De hecho, el foco de Camargo se halló tras el examen rutinario al animal finado tal y como dicta la normativa vigente. El diagnostico inicial se efectuó en el Servicio de Laboratorio y Control de la Dirección General de Ganadería y la confirmación llegó del Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid), centro de referencia en España.

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