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Grupo de Alcohólicos Anónimos en Cantabria. Daniel Pedriza
«El alcoholismo es una enfermedad incurable, pero hay esperanza»

«El alcoholismo es una enfermedad incurable, pero hay esperanza»

Acohólicos Anónimos celebra el 83 aniversario de su fundación. En Cantabria lleva 44 años con su programa de ayuda a través de charlas en grupo para no recaer

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Lunes, 18 de junio 2018, 18:52

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«El alcoholismo es una enfermedad progresiva, incurable y con un desenlace fatal. Es lo primero que debe asimilar un miembro de la comunidad de Alcohólicos Anónimos para encauzar sus vidas». Lo cuenta Esteban M., miembro de la organización desde hace 23 años, cuando decidió poner fin a su vida como alcohólico. Desde entonces no ha vuelto a beber «ni una gota», sin embargo «nunca puedes bajar la guardia. Nuestro reto es mantenernos abstemios 24 horas. Cada día es una batalla a ganar».

Para no olvidarlo y ayudar a otros en su misma situación, Esteban ofrece charlas para transmitir «un mensaje de esperanza, que es posible salir con ayuda».

Alcohólicos Anónimos celebra este año el 83 aniversario de su fundación. La comunidad surgió de una forma muy curiosa, literalmente a raíz de una «conversación entre borrachos». Fue en el año 1935, en EE.UU., cuando un hombre de negocios de Nueva York, Bill W., no conseguía dejar la bebida y estableció contacto con el doctor Bob S., también alcohólico. Tras mantener largas charlas durante las cuales sorprendentemente no bebían, cayeron en la cuenta de que su capacidad de permanecer sobrios estaba relacionada con el estímulo de ayudar a otro en su misma situación.

La capacidad de mantenerse sobrios está relacionada con el estímulo de ayudar a otros

En España hay 588 grupos de A. A. cuya estructura es flexible: «No se pasa lista, cada uno es bienvenido cuando quiera asistir», explicaron. La comunidad se basa en un modelo de autoayuda entre los propios afectados por el problema y 12 pasos que tiene que cumplir y que recuerdan al comienzo de cada sesión.

Protagonistas

-Esteban M. (Alcohólicos Anónimos): «El reto es permanecer sobrio 24 horas»

«En cualquier momento se puede recaer en el alcohol». Por eso Esteban habla de que su reto es diario: «Permanecer sobrio las próximas 24 horas». Así lleva más de veinte años, pero no quiere olvidar las consecuencias que tuvo y asiste a las reuniones de A. A. para no bajar la guardia.

-Flori E. (Familiar afectado): «Tapar el problema no sirve de nada»

Esposa de un alcohólico, relata que «la angustia con la que vives es de 24 horas. Se sufre mucho». Hasta que la terapia para familiares de Al-Anon le hizo entender que «no hay que avergonzarse» y aprendió a diferenciar que «él no eres tú» y que «taparlo no sirve de nada».

-Mª Luis Bustillo (Médico de Adicciones): «Los jóvenes buscan el atracón de alcohol»

El patrón de alcohólico ha variado a jóvenes de edad temprana que no beben entre semana, pero el fin de semana se dan un atracón de alcohol buscando intoxicarse, lo que causa graves daños neurológicos. Los grupos de autoayuda combinado con terapia es el tándem perfecto.

La Comunidad de Alcohólicos Anónimos en Santander cumple 44 años desde que se organizó en Cantabria. En concreto en Cantabria se han constituido comunidades en 12 municipios. Las reuniones son diarias, aunque cada uno acude cuando lo cree oportuno. El grupo no tiene adherencia a ninguna religión, ideología política o secta. Además, colabora con el Centro de Reinserción Social, Instituciones Penitenciarias, la sección de Psiquiatría de Valdecilla y la unidad de Enfermería.

Nuevos patrones

«Asistir a las charlas de grupo combinado con ayuda terapéutica de profesionales es el tándem perfecto para vencer una adicción», aseguró la médico de adicciones y especializada en alcoholismo Mª Luisa Celorrio Bustillo, que participó en la charla informativa que A. A. ofreció recientemente en el Ayuntamiento de Valdáliga, en la que algunos miembros relataron su experiencia en primera persona para ayudar a otros.

La experta cántabra, que lleva 25 años trabajando en el área y que ha participado en los grupos de trabajo del Plan Nacional de Drogas, explicó que el patrón ha cambiado. «Hemos pasado de un bebedor de sobremesas que lo convertía en hábito a jóvenes que no beben entre semana, pero que el fin de semana buscan darse un atracón de alcohol y otras sustancias para llegar a la intoxicación. Este estado les provoca una pérdida de control que asocian a ocio y diversión». Pero esta diversión «no es inocua» y pasará una factura demasiado alta, alertó la médico. «El alcohol no es una droga menor y su principal problema es que afecta al desarrollo del cerebro. Por eso, los padres deben estar atentos a posibles cambios de conducta y pedir ayuda profesional».

La edad media de inicio en el alcohol es 13,8 años. Hay 1.552.000 personas con problemas, el 8% de las que consumen esta droga ocasionalmente acaba con problemas de alcoholismo, según datos facilitados por el Plan Nacional de Drogas.

Los familiares

La angustia que sienten los familiares y amigos de los enfermos de alcoholismo es como una cadena perpetua. «Vives con temor y ansiedad día y noche. No puedes dormir porque ¿quién sabe en qué condiciones y cuándo aparecerá?», explicó Flori E., esposa de un miembro de A. A. «He sentido mucha vergüenza. Bodas, bautizos y otros eventos en los que mi marido no sabía comportarse, hasta que una vez no pude más, me levanté y me fui».

Esta mujer encontró las claves para dar un nuevo enfoque a su vida y a cómo afrontar el problema en la asociación Al-Anon, dedicada al apoyo de familiares de bebedores con problemas de alcoholismo desde 1951. Se estima que cada alcohólico afecta a la vida de al menos cuatro personas.

«Empecé a acudir a las charlas y aprendí a discernir que lo que él hiciera no lo hacía yo. Cada uno es responsables de sus actos y tapar el problema no sirve de nada, lo empeora», aseguró Flori. «Es una enfermedad familiar que se contagia y hace la vida ingobernable. Yo estaba muy mal, psíquica y físicamente. Compartir mi problema con el grupo de apoyo y escuchar otras vivencias de más esposas o madres fue el primer paso para salir adelante hacia la recuperación de mi marido».

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