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El compinche de Sahagún, tirado en el suelo antes de ser detenido, vigilado por un agente. DM

El atracador de Cangas de Onís, un viejo conocido de El Dueso

En 1989 protagonizó un sonado intento de fuga del penal de Santoña junto a otros dos reclusos

C. DE LA P.

SANTANDER.

Jueves, 2 de noviembre 2017, 07:11

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Juan Carlos Sahagún Gobantes, el asaltante que se suicidó en Cangas de Onís con un tiro en la sien tras retener a tres rehenes en una sucursal bancaria, era un viejo conocido de la prisión de El Dueso, en Santoña, de donde intentó fugarse en mayo de 1989 junto a otros dos reclusos.

Sahagún tenía entonces 30 años y un amplio historial delictivo, principalmente por robos y atracos. Encadenaba condena tras condena, lo que le llevó a pasar buena parte de su vida de prisión en prisión. Pero fue en El Dueso donde protagonizó un sonoro intento de fuga.

El 13 de mayo de 1989, los funcionarios del penal santoñés, un edificio construido en 1907, advirtieron tras el habitual recuento del mediodía que faltaban tres internos. La prisión albergaba entonces 679 presos, pero habían desaparecido tres. Se trataba de Alfonso Palomares Rodríguez, de 34 años, de Ciudad Real, que ya había quebrantado dos permisos; José Vicente Olmo Izquierdo, de 29 años, de Madrid, y Juan Carlos Sahagún Gobantes, de 30 años, de Miranda de Ebro (Burgos). Cumplían altas condenas; los dos primeros por homicidio y el tercero por atracos.

LAS CLAVES

  • Héroe En 1970, con 12 años, salvó a dos hermanos de morir ahogados en el río, en Miranda de Ebro

  • Villano Algo se torció en su vida. Apodado ‘El Rife’, comenzó a delinquir. Tenía 50 antecedentes

  • Desenlace El último atraco, el 51, le salió mal a Sahagún, que tras verse acorralado se disparó un tiro en la sien

Las crónicas periodísticas de entonces relatan que el hecho de que a lo largo de la pared del recinto penitenciario no se descubrieran huellas y la evidencia de que ningún coche había sido robado en la zona a partir del sábado, cuando se advirtió la falta de los tres reclusos, hicieron pensar a la dirección del penal y a la Guardia Civil que los fugados no habían abandonado la prisión. Durante tres días, 150 funcionarios y guardias civiles rastrearon con ayuda de perros el interior y exterior del penal sin éxito.

Finalmente, al filo de la una de la madrugada del día 17 los tres reclusos fueron localizados por funcionarios en el falso techo de escayola del edificio de tratamiento. Por si estuvieran armados, requirieron inmediatamente el auxilio de la Guardia Civil, que procedió a la detención de los internos, quienes, carentes de víveres y con la moral minada, se entregaron sin ofrecer resistencia, sabedores de que, desechada la hipótesis de la evasión, su búsqueda no había cesado en ningún momento. Una vez detenidos, los tres reclusos fueron ubicados en celdas de aislamiento y posteriormente trasladados.

De héroe a villano

No era la primera vez que Juan Carlos Sahagún protagonizaba una noticia. Años antes, en el verano de 1970, cuanto tenía 12 años y vivía en Miranda de Ebro, se convirtió en un héroe tras salvar a dos hermanos de morir ahogados en el río. El muchacho «se lanzó al agua ante la pasividad de otras personas mayores que contemplaban la escena. Por el esfuerzo realizado estuvo a punto de perecer él mismo ahogado».

La hazaña le valió ser elegido como uno de los 16 niños de la edición de 1970 de la Operación Plus Ultra, un programa de la época franquista que anualmente premiaba a un selecto grupo de niños «exponentes del valor y de la abnegación infantil». Junto con el resto de premiados recorrió varias capitales europeas, fue recibido por el Papa en el Vaticano y también tuvo una audiencia con la reina Fabiola de Bélgica por expreso deseo de la monarca.

Pero algo se torció en la vida de Sahagún con la llegada a la edad adulta. Fue por entonces cuando sus vecinos comenzaron a conocerle por su apodo de delincuente, 'El Rife', y por sus constantes entradas y salidas de la cárcel. En su expediente judicial le constan 50 antecedentes, casi siempre por atracos. Uno de los últimos tuvo lugar en 2011 cuando con otro cómplice asaltó el Centro Sanitario San Juan de Dios de Palencia. Huyeron con el botín pero fueron detenidos a los pocos días. A Sahagún le condenaron a tres años y medio de cárcel. El atraco número 51 le salió fatal. Acorralado se pegó un tiro. Su compinche se entregó y fue detenido.

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