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La despensa de los menús navideños

La despensa de los menús navideños

Los mayoristas de Mercasantander redoblan sus esfuerzos para que no falte ningún producto en las celebraciones de los hogares cántabros

Daniel Martínez

Santander

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Sábado, 16 de diciembre 2017, 17:42

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Mercasantander. El gran centro logístico de alimentación de la capital es, de una manera o de otra, el origen de la mayor parte de los productos que acaban en los estómagos de los cántabros. Porque las 52 empresas mayoristas de frutas, hortalizas, pescados, mariscos y carnes asentadas en sus instalaciones de Peñacastillo sobre una superficie equivalente a 27 campos de fútbol son las encargadas de suministrar a pequeñas tiendas de barrio, restaurantes, hospitales, comedores escolares, mercados de abastos y hasta conventos de toda la región.

Si cualquier día del año –nunca cierra– la actividad que generan los 850 trabajadores, compradores y usuarios que de media pasan por allí cada jornada ya es frenética, en Navidad se multiplica. Y eso que, al contrario que en Mercabilbao o Mercaolid (sus homólogos de Vizcaya, y Valladolid), diciembre no es el pico de la temporada. «El momento de mayor actividad es el verano. El motivo es muy sencillo, debido al turismo, es cuando más personas hay en la región», señala su director gerente, Juan José Fernández. Esa es una de las causas. La otra, que el motor de Mercasantander es desde 1968 el sector de las frutas y verduras, que en estas fechas no sufren un incremento en su demanda.

Y es que entre enero y diciembre pasan por este centro 16.000 toneladas de fruta, 7.300 de hortalizas y otros 6.700 de patatas. Natalia Collar, responsable de estadística, lo traduce a camiones para que sea más fácil entender su dimensión: 6.550 vehículos de descarga de género y más de 88.500 que se encargan de recogerlo y llevarlo a las tiendas o establecimientos hosteleros de Cantabria.

Cada año pasan por el centro 95.000 vehículos sólo para el transporte de frutas y hortalizas

Los productos vienen de todo el planeta. Cuando todavía no ha salido el sol se venden y a primera hora están en los expositores. Tomates, pimientos y patatas –por supuesto mucho pescado, aunque otra gran parte se vende a minoristas directamente en las lonjas– de la región, frutas, verduras y carnes de todo el país –Valencia, Cataluña, La Rioja y Castilla y León son los principales mercados internos– y una amplia gama de productos frescos que llegan a través del mar o del aire del extranjero, alrededor del 10%. «Incluso algunos mayoristas se están especializando en alimentos exóticos para vender a personas inmigrantes que viven aquí. Importan de África, de Sudamérica...», detalla Fernández, que está convencido de que, si continúan adaptándose a las demandas de los consumidores, el modelo de mercado central tiene «mucho futuro».

El comprador tiene acceso en un espacio muy pequeño a muchos proveedores con productos muy parecidos. Eso garantiza que se cree una competencia casi perfecta que hace que los precios sean muy competitivos. Esa es una de las claves de Mercasantander. La otra, la garantía de calidad, porque el comprador «sabe que aquí todo es fresco».

Fernando Barandica presume del producto estrella de la Navidad.
Fernando Barandica presume del producto estrella de la Navidad. DP

Fernando Barandica | Pescados y mariscos Barandica

«El langostino es el rey de cualquier cena de Nochebuena»

«El langostino es el rey de cualquier cena de Nochebuena». Fernando Barandica, de Pescados Barandica, lo dice tan convencido que es difícil llevarle la contraria. Después están las gambas, las cigalas, los santiaguiños… pero nada parecido. Por lo menos en el ámbito de los productos congelados, que «no tienen nada que envidiar a los frescos». En lo relativo a los mariscos, afirma que hace mucho que los clientes se dieron cuenta de las ventajas de comprar productos como los que ofrece su empresa desde 1981. La primera es la calidad, ya que «estos se congelan en el mismo momento que son capturados, mientras que el fresco tarda bastante tiempo, hasta que llega al puerto, y en ese tránsito pierde propiedades».

El precio también es menor, porque se han empaquetado en una época del año en la que la demanda es menor. Y luego está el aspecto ‘logístico’. Todo lo que sobre en la cena del 24 de diciembre se puede aprovechar para la de Nochevieja. Y si el cliente se ha pasado a la hora de hacer la compra durante todo el año, porque se conservan perfectamente hasta 18 meses.

En Barandica reconocen que esos mismos argumentos, que son aplicables para los pescados, no acaban de calar. «Fuera de los mariscos lo que más tirón tiene en estas fechas es la merluza, pero sí que es verdad que nos lo piden mucho menos», confirma el responsable de la empresa, una de las que ocupa más metros cuadrados en el recinto de Mercasantander. Trabajan a gran actividad durante todo el año, pero en estas fechas sobremanera:«No sólo es que haya más demanda, el problema es que está mucho más concentrada».

Gema Combarro muestra las uvas de Vinalopó, «las mejores para Nochevieja».
Gema Combarro muestra las uvas de Vinalopó, «las mejores para Nochevieja».

Gema Combarro | Frutas y verduras Combarro

«Ahora se puede encontrar cualquier fruta hasta en diciembre»

Cuando en 1925 el abuelo de Gema Combarro fundó una empresa dedicada a importar a Santander plátanos desde Canarias no podía ni imaginarse que casi un siglo después, en plena Navidad, en los hogares cántabros se servirían productos de verano como las fresas y los mangos. Probablemente, ni siquiera conocía la palabra ‘kiwi’. «Ahora se puede encontrar cualquier fruta hasta en diciembre. Cuando un producto se deja de dar en el hemisferio norte tiramos de teléfono y lo traemos del otro lado del ecuador», señala su nieta, que junto a sus hermanos regenta la empresa familiar desde Mercasantander.

Su módulo demuestra que el que no come ‘verde’ es porque no quiere. No será por variedad. Un ejemplo: en los expositores hay hasta 40 tipos distintos de manzanas. Reinetas, golden, razas mixtas, riojanas, de Soria, de Lérida... Y eso que, al contrario que muchos de sus compañeros, el pico de ventas del sector no se concentra en Navidad: «Hay una variedad para cada cliente porque es lo que nos exigen. La tienda de barrio necesita una naranja que pueda competir en precio. En cambio, en un restaurante les sale más rentable comprar una un poco más cara pero que tenga más rendimiento».

Pero si hay una fruta obligada estos días es la uva. La gorda de mesa, es italiana y la tienen desde hace semanas. En cambio, la de las campanadas es la española, «más curiosa», que acaba de llegar. Combarro aprovecha la ocasión para tirar para casa:«Al alérgico, diabético o al que no quiera engordar con el turrón le recomiendo las cerezas. Es el mejor colofón para una buena cena de Navidad».

José Gutiérrez, entre los lechazos llegados de Zamora de madrugada.
José Gutiérrez, entre los lechazos llegados de Zamora de madrugada.

José Gutiérrez | Carnes Copaga

«Apostamos por la calidad. Todos nuestros lechazos son castellanos»

Si vas a celebrar la Nochebuena en Cantabria, el plato principal de tu menú es el lechazo y has pedido al vendedor de confianza una pieza de la máxima calidad, es muy probable que la carne que metas al horno haya pasado por las manos de José Gutiérrez. «Seguramente muchos otros mayoristas lo tengan más barato, pero nosotros hemos apostado por la calidad. Todos los que salen de nuestras instalaciones son nacidos, criados y sacrificados en Castilla y León y tienen entre 28 y 31 días», señala el gerente de la empresa Copaga. No es lo habitual. Por el incremento de los precios en los momentos de máxima demanda, muchos mayoristas optan por traer animales de Italia, Francia y Grecia.

«Durante el viaje no se alimentan con leche materna, que es lo da el color blanco y la textura adecuada. Además, están sometidos a un estrés que después se traduce en la peor calidad de la carne. Los matan en Castilla y ya dicen que son castellanos. Pero no. La diferencia es evidente», explica Gutiérrez. Desde ahora y hasta finales de mes venderá más de 8.500 corderos de leche a restaurantes y minoristas de la región, un tercio de todos los que mueve a lo largo del año. El dato –y la cantidad de camiones procedentes de los mataderos de Zamora y Valladolid que llegan cada mañana a eso de las 00.00 horas a sus instalaciones de Mercasantander– no deja lugar a dudas de que «si hay una carne tradicional en Navidad para los cántabros esa es la de lechazo». «Vendemos solomillo de vacuno, redondo, pavo, perdices, capones... Pero no tiene nada que ver», confirma el responsable de Copaga.

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