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Javier Cotera
El estado de la 'piel' del Centro Botín «pone en riesgo la seguridad» de las personas, según un informe

El estado de la 'piel' del Centro Botín «pone en riesgo la seguridad» de las personas, según un informe

La Fundación lo desmiente y asegura que «ni se ha desprendido ninguna de las piezas ni entra dentro de las previsiones que esto pueda llegar a suceder»

Guillermo Balbona

Santander

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Lunes, 18 de diciembre 2017, 07:14

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La singularidad de la piel de cerámica, esa envolvente configurada por más de 270.000 piezas que cubre el edificio, es una de las señas de identidad arquitectónicas del Centro Botín. Pero su peculiaridad, carácter pionero en muchos aspectos técnicos y originalidad también se traducen en una delicada y sensible estructura. Un informe al que ha tenido acceso este periódico apunta «el avance del deterioro de la cerámica en su cohesión mecánica» y advierte de que se puede producir «el desprendimiento de la misma de forma impredecible». De acuerdo con las conclusiones de las inspecciones técnicas, «el estado actual de la cerámica y las actuaciones llevadas a cabo ponen en riesgo la seguridad de las personas que transitan por el muelle de Albareda y a los usuarios del edificio».

Por su parte, la Fundación Botín desmiente que exista riesgo alguno, niega que se hayan producido desprendimientos y destaca la labor de mantenimiento, seguimiento y estudio continuo del edificio construido durante cinco años sobre el muelle de Albareda. Asimismo, subraya que la envolvente de cerámica responde a un sistema «muy innovador al que ya estaba previsto tener que dar un seguimiento muy cercano para comprobar su funcionamiento».

La estética de la infraestructura de arte y cultura, levantada por la institución santanderina, ha sido alabada por publicaciones especializadas y ha sido incluida ya en estudios y monografías sobre el arquitecto genovés. Durante el proceso de construcción, la envolvente ha conllevado numerosos planteamientos y decisiones derivados de lo novedoso de la instalación y de los retos derivados de las piezas y su encaje sobre la cubierta de ambos volúmenes del Centro Botín. Esta piel, junto al pachinko, conforman los dos ejes singulares de la ambiciosa construcción diseñada por el premio Pritzker.

DM

El informe, del que tiene constancia este periódico, ha sido elaborado por la empresa Disset. En él se describen las incidencias en la envolvente cerámica desde la finalización de las obras de edificación (el Centro Botín fue inaugurado en junio, hace ahora seis meses). La durabilidad, funcionalidad, seguridad y estética son los objetivos primordiales de cualquier actuación sobre la envolvente según los procedimientos establecidos en un manual de uso y mantenimiento de la superficie.

El informe alude a la realización de «actuaciones» sobre la envolvente cerámica que «no respetan ni siguen las instrucciones definidas en ese manual, lo que pone en riesgo su seguridad y durabilidad». Asimismo, entre las notificaciones apuntadas se constata que, tras diferentes inspecciones, existe «un proceso degenerativo progresivo en la cerámica fabricada para la obra que afecta a una cantidad importante de piezas cerámicas». Tras el análisis en el edificio, el informe estima que hay unas 39.000 cerámicas «fisuradas, situadas principalmente en cubierta y fachadas verticales, que presentan síntomas de este proceso de degeneración». No obstante llama la atención que, junto al paso del tiempo y sus efectos, el informe también hace hincapié en esas actuaciones técnicas que al no seguir los parámetros rigurosos, acentúan el deterioro.

En este sentido el informe notifica el desprendimiento de tres piezas de cerámica en estos meses, da cuenta del riesgo existente «al no seguir los protocolos de actuación definidos para la envolvente», denuncia el empleo de «sistemas incorrectos de anclaje aplicados por personal no cualificado», y advierte de ese avance del deterioro de la cerámica en su cohesión mecánica y el consiguiente desprendimiento de forma impredecible.

La Fundación destaca que, desde que se abrió el Centro en junio, e incluso antes de la apertura, se está haciendo «un estudio exhaustivo y pormenorizado del comportamiento de las piezas cerámicas». Como parte de ese seguimiento se han venido sustituyendo algunas de las piezas, que no llegan al 0,2% de las 270.000 que forman la envolvente, que habían sufrido un deterioro. Y desde la institución se precisa que las piezas «están atornilladas y ni se ha desprendido ninguna ni entra dentro de las previsiones que esto pueda llegar a suceder». Finalmente, se señala que este estudio y seguimiento «darán las pautas de las acciones y el tipo de mantenimiento que sean necesarios a futuro».

La firma Disset se ha encargado de producir y suministrar los materiales de la envolvente a excepción de la propia cerámica esmaltada del edificio que fue fabricada por la firma Cerámica Cumella, la cual trabaja para proyectos por todo el mundo. Durante los meses de uso y mantenimiento, apunta además, se han catalogado «diferentes tipos de fisuras». En esas casi cuarenta mil piezas se detectó una «patología visible en forma de fisura principalmente localizadas en la cubierta, curva superior y fachadas verticales». Las cerámicas fisuradas son, según el informe, «lineales, en estrella, circulares y múltiple». Y de igual modo se detectaron piezas rotas desprendidas de la fijación en la cubierta y que presentaban «una amplia mancha oscura en el interior de la cerámica conocida como un defecto de fabricación».

Y el informe denuncia con insistencia esas intervenciones «sustituyendo elementos originales por otros que no cumplen los requisitos de calidad y seguridad de anclaje determinados en el sistema de la envolvente cerámica». Lo cual se suma a ese «proceso de degradación» de la cerámica que conlleva un riesgo de desprendimiento de «impredecible pronóstico», que puede afectar «a cualquier pieza de la fachada por lo que se deberían de tomar las medidas oportunas para proteger y garantizar la seguridad de las personas».

«El mayor reto»

Perfeccionista, meticuloso, Renzo Piano siempre subrayó que «el mayor reto fue la piel de cerámica». De la «delicada piel» de la infraestructura ya reveló este periódico el pasado mes de octubre que se habían detectado varias decenas de piezas mal ajustadas o defectuosas, lo que derivó en su retirada. La mayor parte se ubicaban en la fachada principal del volumen Oeste. Y tras las primeras semanas de actividad del Centro se procedió a la retirada de piezas que presentaban distintas irregularidades. La envolvente que cubre el edificio desde el vientre hasta el techo, inspirada en texturas del mundo natural, está integrada por piezas cerámicas circulares y curvas de 156 milímetros de diámetro y acabado reflectante que el arquitecto genovés definió en su día como «algo semejante a las células de la piel humana, una especie de poros por donde la piel respira».

Como curiosidad, los aparejos de los pescadores que frecuentan el muelle llegaron a causar desperfectos en la cerámica del revestimiento en una veintena de piezas previsiblemente afectadas por los golpes de la plomada de las cañas.

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