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Javier Rosendo

Los excursionistas atrapados en el Saja iban sin la ropa y el calzado adecuados

«Saben del grave riesgo que han corrido y que han hecho correr a sus rescatadores», asegura el alcalde de Cabezón de la Sal

NACHO GONZÁLEZ UCELAY

SANTANDER.

Lunes, 26 de marzo 2018, 07:12

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El grupo de excursionistas catalanes que el sábado tuvo que ser rescatado por los servicios de emergencias al quedar atrapado en medio de un temporal cuando hacía una ruta por el Saja no estaba preparado para efectuar el trayecto que había programado en las condiciones climatológicas en que lo hizo.

Desconociendo que existía una alerta naranja activada por nieve (la cota estaba en 700/800 metros) e ignorando los partes meteorológicos, que advertían del temporal, la expedición, formada por tres monitores de entre 19 y 21 años de edad y once adolescentes quinceañeros, se adentró en un monte situado a mil metros de altitud sin la vestimenta, el calzado y los materiales adecuados a la situación.

Llegada de la periferia de Barcelona justo el día anterior, el viernes, la expedición tenía previsto realizar a lo largo de toda esta semana el camino de Santo Toribio de Liébana pernoctando en sus propias tiendas de campaña.

«La niebla hacía imposible el vuelo del helicóptero, así que optamos por la evacuación terrestre»

Javier Gómez | Técnico de Protección Civil

Con este propósito, el grupo emprendió el sábado la primera etapa, que, conforme al plan organizado, debía discurrir entre las localidades de Bárcena de Pie de Concha y Bárcena Mayor a través de la pista forestal de Ovios, en el Moral, ruta que uno de los monitores había realizado en verano.

Los chicos salieron a eso de las diez de la mañana. Pero no llegaron. Ocho horas después de su partida, a las seis de la tarde aproximadamente, el servicio de emergencias 112 Cantabria recibía una llamada de socorro de los expedicionarios, que se dijeron atrapados en medio de un temporal de nieve.

El rescate

«Les pregunté dónde estaban, cuántos eran y cómo se encontraban», recuerda Javier Gómez, técnico de rescate de la Dirección General de Protección Civil.

Luego de valorar con su equipo las condiciones meteorológicas y de descartar un rescate vía aérea «porque la niebla hacía imposible el vuelo del helicóptero en ese lugar», los especialistas se decantaron por coordinar una intervención terrestre que, dadas las circunstancias, no escatimó en medios.

«No parece que tengan los materiales idóneos para poder continuar haciendo el Camino»

Víctor Manuel Reinoso Alcalde de Cabezón de la Sal

«Movilizamos al equipo de rescate, que acudió con dos vehículos, avisamos a la Guardería de Montes, que desplazó a la zona otros tres, y contactamos con la Guardia Civil, que envió cuatro o cinco patrullas de los alrededores».

Además, «mantuvimos prevenidos al Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (Greim) y al Parque de Bomberos de Valdáliga», que no tuvieron que intervenir.

Conscientes, ellos sí, de las dificultades que iban a encontrarse hasta llegar a la posición de los chicos, los rescatadores se adentraron en la montaña por dos caras diferentes, por Las Fraguas y por Ucieda, sorteando en el camino varios neveros que dificultaron el paso de los vehículos y obligaron a continuar la operación a pie, a tres grados bajo cero y en medio de la ventisca.

«Coincidimos arriba con dos guardias civiles que ya iban andando», dice el técnico de Protección Civil. Ellos, los agentes, que iban acompañados por un guarda forestal, fueron los primeros en tomar contacto con los catorce excursionistas. «Luego llegamos el médico y yo», recuerda Gómez.

El rescatador, que nunca perdió el contacto telefónico con los chicos, les encontró en buen estado. «Estaban resguardados en sus tiendas de campaña». Muertos de frío. «Algunos presentaban síntomas leves de hipotermia pero en general todos estaban bien».

Así que, sin pérdida de tiempo, «les metimos en los vehículos que habían logrado llegar hasta arriba (los todoterreno desplazados por la Guardería de Montes) y les trasladamos hasta el resto de las dotaciones, que esperaban algo más abajo porque la nieve les había impedido continuar el camino».

La evacuación

Dado que ninguno de los chicos tenía un cuadro clínico alarmante -«mucho frío y mucha angustia»-, los rescatadores optaron por prescindir de las ambulancias solicitadas y evacuar al grupo completo en los vehículos oficiales movilizados por Guardia Civil, Protección Civil y el servicio de Guardería de Montes, que a las diez y veinte de la noche llegaban al centro de salud de Cabezón de la Sal.

Sin vestimentas impermeables y la mayoría de ellos en playeras, los chicos, a los que sus rescatadores habían prestado mantas térmicas e incluso sus propias chaquetas, entraron por el acceso de urgencias, donde hacía un rato les esperaba el personal médico.

«Todos estábamos prevenidos», asegura el alcalde de la localidad, Víctor Manuel Reinoso.

«A mí me telefonearon del 112 para decirme lo que estaba pasando y pedirme que, en lo posible, intentáramos coordinar la llegada y estancia de los chavales».

Dicho y hecho, Reinoso comenzó a moverse para encontrar un lugar en el que los expedicionarios pudieran cenar y pernoctar porque «los pobres se habían dejado arriba todas sus cosas».

Con la colaboración de un restaurante, que les sirvió algo de comer, y con la cooperación de Cruz Roja, que prestó el material necesario para que el grupo pudiera descansar en una dependencia del pabellón municipal, el alcalde hizo de la del sábado una noche más llevadera para los excursionistas, que ayer se planteaban la posibilidad de abortar su aventura y emprender su viaje de regreso a Barcelona.

«No sé muy bien lo que harán, pero esta mañana hemos subido a coger sus pertenencias y, la verdad, no parece que tengan los materiales idóneos para poder continuar», dice Reinoso, que asegura que los chicos han escarmentado de esta: «Saben del grave riesgo que han corrido y del riesgo que han hecho correr a sus rescatadores».

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