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Los médicos creen que el modelo de Atención Primaria está «agotado» y urgen soluciones

Los médicos creen que el modelo de Atención Primaria está «agotado» y urgen soluciones

La alta demanda sanitaria en los meses más duros del invierno acentúa el problema de la falta de profesionales y deja en evidencia «las carencias de la cenicienta de la sanidad»

Ana Rosa García

Santander

Domingo, 21 de enero 2018, 12:59

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El abanico de infecciones respiratorias, con la gripe como protagonista principal, ha llenado las Urgencias, los hospitales, y también ha disparado la presión asistencial en los centros de salud, especialmente en aquellos con la plantilla ‘coja’. El aumento de la demanda en los meses más duros del invierno no solo ha acentuado el problema de la falta de médicos de familia, con un efecto rebote en los servicios de urgencias (si el paciente no consigue cita previa rápido, busca una respuesta ‘de urgencia’), sino que deja en evidencia «las carencias» que arrastra «la cenicienta» del sistema sanitario, que es como se autodenomina la Atención Primaria.

Entre el colectivo médico se multiplican las voces que urgen una decisión política que ponga remedio a un modelo que está «agotado». Prácticamente en todos los centros reina la autocobertura (profesionales haciendo su trabajo y parte del de algún compañero ausente por vacaciones o baja). El déficit se hizo más evidente si cabe en las fiestas navideñas, cuando no se encontraron sustitutos para cubrir el 100% de los Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) –y eso que los médicos titulares vieron denegadas en bloque las libranzas–. El ejemplo más insólito fue que el propio gerente de Atención Primaria, Alejandro Rojo, realizó por iniciativa propia la guardia de Nochevieja en Santoña. Él mismo reconocía el «sobreesfuerzo» que estaban haciendo los profesionales.

Ahora, los facultativos denuncian que las situaciones de sobrecarga no solo se han agravado durante las Navidades sino que venían de antes y se mantienen después del paréntesis vacacional. El último caso que ha trascendido –resuelto esta misma semana– ha sido el de la comarca del Alto Asón, donde cuatro médicos han realizado el trabajo de seis durante casi dos meses, una vez que dos interinos tomaran posesión de las plazas ganadas en las oposiciones de Asturias. En Santander no cuesta encontrar facultativos que admitan que están «trabajando por dos». Y los pediatras, por su parte, ya dijeron ‘basta’ a la Consejería este otoño y forzaron una mejora de sus condiciones laborales bajo la amenaza de una huelga. ¿Cómo se ha llegado a este punto? ¿Atención Primaria necesita un cambio? ¿Cuáles son sus carencias? ¿Y las soluciones?

El Diario Montañés ha trasladado el debate al sector, desde la propia consejera de Sanidad, María Luisa Real, al Colegio de Médicos, pasando por la sociedad científica que agrupa a los profesionales de Atención Primaria (Semergen) y los sindicatos. El resultado son visiones contrapuestas de una misma realidad, la de la Administración frente al resto.

En precario y sin recambio

La consejera, médico de familia también, defiende que «la Atención Primaria es un elemento clave del sistema sanitario, donde se resuelven la gran mayoría de los problemas de salud de los ciudadanos, con seguridad y calidad». Y alaba que está a cargo de «profesionales altamente cualificados y comprometidos con sus pacientes» –actualmente suman 643–. Ella admite que «dada la escasez de médicos en todo el país, en caso de ausencia de la plantilla habitual, en ocasiones resulta imposible la sustitución», aunque asegura que «cuando esto ocurre es porque no hay ningún médico disponible» en la lista de contratación. Respecto al impacto en la saturación de las urgencias, juzga que «es inevitable que en los picos de mayor demanda se generen demoras en la atención».

El precio de una consulta de Primaria ronda los 60 euros

Cerca de 60 euros es el precio de una consulta de Atención Primaria, «aunque como es gratis, el paciente no lo valora», critica el Sindicato Médico. «Puedes pedir una cita y no acudir y no pasa nada».¿Cambiaría el escenario si hubiera copago? «Es la gran pregunta», responde Santiago Raba. «Y los médicos de familia cada vez están más divididos. Antes la inmensa mayoría se posicionaba en contra, ahora las tornas están cambiando. Nosotros rechazamos el copago en Primaria. Ahora bien, sí pensamos que se debería facturar a aquellos que acuden a un servicio de urgencias hospitalario por su cuenta sin haber sido derivados por su médico de familia, SUAP o 061. Es un abuso que está poniendo en riesgo la vida de quien sí está allí por una urgencia real».

Desde el Colegio de Médicos se apunta que «las carencias que tiene Atención Primaria no son por falta de médicos, sino por la relación contractual que existe, es decir, por no ofrecerles contratos más estables. Si fuera así, no tendríamos fugas de profesionales a otras comunidades o países». Así lo refleja la última encuesta sobre su situación laboral, realizada desde la Organización Médico Colegial, que cifra en un 50% los contratos precarios. En este argumento coincide de lleno el Sindicato Médico, que sostiene que «no estamos sabiendo retener a los profesionales que formamos en España, líder mundial en número de facultades de medicina en relación a su población». Y aporta un dato que lo ratifica: «En diez años hemos pasado de formar a 4.000 médicos al año a 7.000, pero esos 3.000 de más se acaban marchando». Y a cambio, lamenta el vicepresidente del sindicato, Santiago Raba, «Sanidad plantea como solución (que tampoco funciona) aumentar y agilizar la convalidación de especialidades a médicos extranjeros, de países latinoamericanos mayoritariamente, formados en sistemas no tan exigentes como el nuestro, pero dispuestos a trabajar en las condiciones precarias que aquí se les ofrecen».

Con esos mimbres, su visión de futuro no puede ser optimista. «La Atención Primaria está en una situación crítica, lo que costó casi 30 años levantar se ha ido viniendo abajo progresivamente en los últimos años por falta de medios». A su juicio, «la situación requiere adaptarse a las necesidades que van surgiendo, porque tenemos un modelo de éxito que está desapareciendo por falta de medios». Un modelo que, en opinión de Guillermo Pombo, presidente de Semergen, «está agotado porque no hay recambio generacional». Quienes en su día se decantaron por la medicina de familia son conscientes de que «la Atención Primaria no es un destino profesional tan atractivo como el hospital, por las condiciones de trabajo (sueldos más bajos que otras especialidades) y porque la sociedad, aunque aprecia a los equipos de los centros de salud, no les da tanto prestigio».

Para empezar a paliar ese déficit de profesionales, el gerente Alejandro Rojo aboga por «incrementar las plazas de formación MIR de medicina de familia y pediatría». Mientras tanto, Pombo pone de manifiesto que «el abuso de la autocobertura está dando lugar a un trasfondo de mal ambiente. Se nos pide hacer más en el mismo tiempo, y si los resultados son satisfactorios es gracias al gran esfuerzo de la plantilla». El primer paso para reconducir la situación –«no para salir, sino para vivir con ella», aclara– tiene que venir de la mano de «una política adecuada de recursos humanos, que es un fallo que tiene el Servicio Cántabro de Salud de ahora y de mucho antes».

Autogestión

En la misma línea, el Colegio de Médicos aboga por una reorganización del sistema: «No se puede generalizar la atención sanitaria para todo el servicio. Hay que dar autogestión a los centros de salud, pues las características de la población son diferentes y sus necesidades varían». Insiste en que «hay que potenciar más la Atención Primaria, mimarla, ya que es la clave de la sanidad y a su vez la puerta de entrada para evitar las largas listas de espera». Y para ello, el Sindicato Médico matiza que «se necesita inversión. Siempre se ha fijado como objetivo que se dedique un 25% del presupuesto de Sanidad. Cantabria está en un 16%. Nuestros políticos solo entienden un modelo centro-hospitalario. En Cantabria, la Sanidad es Valdecilla y el resto no existe».

Los más veteranos del gremio recuerdan que «al inicio de todas las legislaturas se habla de potenciar la Atención Primaria», pero «más bien parece que hay un plan para desmantelarla», dice uno que se confiesa ‘quemado’ y prefiere no firmar la crítica.

El sindicato CSIF también urge «un cambio de modelo porque el actual está absolutamente agotado» y apunta que «el evidente déficit de profesionales, causado por la falta de previsión tanto de gobiernos centrales como autonómicos, no puede justificar todos los problemas existentes». Margarita Ferreras, presidenta del sector de sanidad de esta organización, considera que «se hace obligatorio descentralizar la gestión de los centros de salud dando más participación a los profesionales para aumentar su capacidad de resolución». Opina que «es el momento de que los políticos lleguen a pactos, a nivel nacional y regional, donde se aparquen los intereses partidistas para establecer un nuevo modelo que perdure en el tiempo, que aborde temas relativos a planes de recursos humanos, diseño del mapa sanitario y profesionalización de la gestión sanitaria». Respecto a estos últimos puntos, Ferreras se muestra contundente: «La actual Gerencia de Atención Primaria gestiona el día a día de manera caótica y con opacidad, sin que exista un proyecto ni a medio ni a largo plazo. Todo esto está provocando en los profesionales una sobrecarga asistencial, llevándolos a una gran desmotivación». Se insiste también en que a veces los gestores sanitarios deberían tomar medidas para evitar problemas mayores aunque no sean populares y tengan un coste electoral. Yeso incluye, por ejemplo, la posibilidad de cerrar algún consultorio cuando hay ausencia de profesionales, como deja caer el Sindicato Médico.

«Se trata de concentrar a los profesionales en los centros de salud de cabecera. No tiene sentido que éstos funcionen con la mitad de médicos, teniendo que atender cupos de 3.000 pacientes cada uno y mantener a un compañero a 15 kilómetros más allá en un consultorio con un cupo de 400 pacientes solo para tener contento al alcalde de turno», expone Raba.

Más criba y autocuidado

Entre sus propuestas para reflotar la Atención Primaria figuran «desterrar la frase ‘vengo de urgencia’ de los centros de salud, salvo para aquellas situaciones de auténtica emergencia, porque esto ha derivado en una situación de abuso». Para ello, plantea instaurar un doble sistema de triaje o criba de esas ‘urgencias’ (primero del área administrativa y después de enfermería). A su vez, el Colegio de Médicos propone que «se dé autoridad (y se respalde) a los profesionales» y se «creen sanciones por el mal uso del sistema sanitario». Los profesionales argumentan que «la gente va al médico por todo y quiere inmediatez», cuando hay consultas que serían prescindibles si se fomentara el autocuidado». Por eso, apuestan por informar a los pacientes de que síntomas banales (catarros, gripe...) se pueden tratar por uno mismo con medicamentos «que deberían poderse adquirir sin receta», evitando así el paso por la consulta, como sugiere el Sindicato Médico.

Recaptar a los profesionales que han emigrado, convocar ofertas de empleo frecuentes y que se resuelvan sin las demoras que acostumbra la Administración, e implantar la especialidad de Enfermería de Atención Primaria son otras de las propuestas que demanda el sector. Asimismo, reivindica que se «flexibilicen» las agendas de los médicos, que ahora establecen 10 minutos fijos por paciente y están «colapsadas por la sobrecarga»; «que sea el profesional quien la adapte a su cupo» y que se establezca «un máximo de consultas diarias», para evitar que un médico de familia o un pediatra llegue a ver «a 50 pacientes al día», cuando lo recomendable serían 30.

La consejera es consciente de que «el profesional necesita disponer de una mejor gestión de su tiempo», de ahí que «este sea el objetivo del desarrollo del programa de las agendas de calidad». María Luisa Real defiende la necesidad de «adaptar nuestro excelente sistema sanitario, que está centrado en la resolución de procesos agudos, cuando la gran mayoría de los problemas de salud que presentan nuestros ciudadanos corresponden a personas mayores, con problemas crónicos y en muchas ocasiones en situación de fragilidad sanitaria». Por eso, apuesta por «reorientar el sistema y poner el foco de la atención en las personas con patologías crónicas, objetivos de la estrategia de la cronicidad, donde la Atención Primaria tiene que jugar un papel cada vez más relevante».

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