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Cristina Lobato trabaja en la ludoteca del centro de Nueva Montaña, al que ya han llegado muchos juguetes. Si uno se fija encontrará a 'Mister Potato'. Javier Cotera
La mudanza de 'Mister Potato'

La mudanza de 'Mister Potato'

Tres centros cívicos de Santander recogen juguetes hasta el viernes. Su destino serán las familias más desfavorecidas

Álvaro Machín

Santander

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Miércoles, 13 de diciembre 2017

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Puede que se llamara Mario. Tal vez Martina. O Antonio. El caso es que un día, hace ya años, abrió un paquete envuelto y allí estaba. Le hizo ilusión y durante unos días se hartó de ponerle narizotas y ojos saltones. Luego le posó encima de la cómoda y ahí se quedó unos meses. Viéndole jugar con otras cosas hasta que pasó al fondo de uno de los cajones del armario para hacer sitio. Y fue cada vez más al fondo. Ahora, Mister Potato ha hecho la maleta. Ha dejado el cajón y está posado sobre una de las cuarenta cajas de cartón que hay en un cuarto del Centro cívico de Nueva Montaña.

Mario, Martina o Antonio hicieron limpieza y pensaron que su juguete podría volver a ilusionar, a estar dentro de un paquete, envuelto. Potato se muda. A una casa, a una guardería, a la sala de juegos de un colegio... No importa dónde, pero habrá otro niño seguro. Uno que puede que no tuviera muchos paquetes envueltos esta Navidad. De eso va la recogida que hacen en Santander todos los años y a la que pueden llegar más Potatos hasta este viernes. Si cada juguete tiene una historia para un niño, estas cajas huelen a magia.

Lo primero son los datos. Se recogen en los centros cívicos de Numancia, en el Callealtero y en el de Nueva Montaña, de 09.00 a 20.00 horas, de lunes a viernes. Piden juguetes «nuevos o seminuevos». Usados, no importa. Pero en buen estado. Y la gente suele entenderlo, aunque a veces toque llevar a un punto limpio lo que llevaron los que confunden la solidaridad con un vertedero. Cuando acaben -y los tengan clasificados por edades- serán entregados a varias asociaciones de la ciudad, que se ocuparán de repartirlos también entre hogares o instituciones santanderinas. Se mudarán, pero no irán muy lejos.

TODO SUMA

  • -Los datos Centros cívicos de Numancia, Calle Alta y Nueva Montaña, de 09.00 a 20.00 horas, de lunes a viernes.

  • - Contactar El reparto lo coordinarán varias asociaciones, pero las familias que quieran solicitar juguetes pueden llamar al 942 200834 (preguntar por Leonor).

«Los traen las familias y también suele colaborar alguna empresa. A veces vienen con los propios niños y lo entregan ellos», cuenta Cristina Lobato, monitora en la ludoteca de Nueva Montaña. Dice que los abuelos siempre les cuentan de quién eran los juguetes. «Que los tenían guardados de los hijos y que los nietos ya se han hecho mayores y ya no van tanto a casa». Recuerda a un crío, «muy chiquitín», que venía repitiendo que se los tenían que dar a otro niño. O a una señora mayor que trajo juguetes recién comprados. Nuevos. «Nos dijo que no tenía hijos, ni nietos. Nadie en casa, pero que quería ayudar». A Cristina le sale una sonrisa para enmarcar cuando cuenta que hace como diez años les trajeron una muñeca casi tan alta como ella. «Por entonces recogíamos en La gota de leche y la pusimos allí en la puerta. Era como la reina de la exposición».

Lo recuerda justo después de que entren en el cuarto con cuatro cajas más. «¿Cómo va este año?», le preguntan. Ella dice que siempre se anima la última semana. Que en las casas «hacen limpieza en el puente» y los llevan estos días. El año pasado, en total, más de 4.000 juguetes. Peluches, triciclos, dragones, un camión de bomberos, cocinitas, muñecos de Action Man... Justo lo que hay en la sala de Nueva Montaña. Libros sobre una mesa, un castillo... De un envoltorio de plástico verde sobresale el manillar de una bicicleta. Hay una guitarra parecida a la de Rodolfo Chikilicuatre, una caja de clicks de Playmobil vestidos de futbolistas y un todoterreno de los Action Man rodando por el suelo que hace que a uno le entren ganas de volver a tener diez años.

Y sí, sobre una caja de cartón, hay uno. «A mí de pequeña me encantaba. El de plástico duro, porque ahora es distinto. Cada vez que veo que le traen, me gusta», dice Cristina. Está posado y sonriente, con la maleta lista porque 'Mister Potato' sabe que se va de mudanza. Uno le mira y parece que el muñeco lo sabe. Que volverá a ilusionar a un niño esta Navidad.

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