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Operarios contratados por la empresa terminaron este martes las labores de limpieza.

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Operarios contratados por la empresa terminaron este martes las labores de limpieza. Antonio 'Sane'

La organización del 'Delirium' tarda ocho días en limpiar la campa del festival

Cantabria ·

La zona de Ajo recupera su aspecto, hasta este martes cubierta por los restos de la basura generada en el espectáculo musical

CRISTINA NORIEGA

Bareyo

Miércoles, 23 de agosto 2017, 07:06

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Ocho días después, el cabo Quintres de Ajo (Bareyo) ha quedado limpio. Tras la resaca producida por los casi 10.000 asistentes que participaron en el acontecimiento de música electrónica, 'Delirium Festival' celebrado los días 12 y 13, el recinto quedó en un estado lamentable tras la recogida de los escenarios y de las tiendas de campaña.

El lugar «daba miedo de la basura que había», señaló gráficamente el alcalde de Bareyo, José de la Hoz, para definir el aspecto que ofrecía la campa. Afortunadamente, desde ayer la zona del cabo vuelve a tener su aspecto inicial. Sin restos de basura.

Seis operarios contratados por la empresa promotora del festival, Great Concert, han estado desde el martes, día 15, recogiendo la basura localizada en todos los terrenos. Como no iniciaron su labor hasta dos días después de la celebración del festival el Ayuntamiento de Bareyo tuvo que ponerse manos a la obra por la demora con el fin de recoger los restos de basura más importantes y así evitar que el viento pudiera desplazarlos hasta el mar.

Ocho días han tardado los contratados por la empresa organizadora en completar la labor de limpieza antes de dejar la campa como antes; cinco de esas jornadas estuvieron centradas en el espacio del camping, al parecer el lugar más destrozado. Los trabajadores tuvieron que hacer uso de máquinas para retirar todos los restos. En cambio, en los demás prados que se utilizaron como aparcamiento, tardaron un día y medio en cada uno.

Los operarios hicieron uso de la técnica de franjas y rastrillos para recoger los vasos de plásticos rotos, latas y demás desperdicios teniendo en cuenta la dirección y fuerza del viento, que en ocasiones dificultó las labores pues les obligaba a modificar el sentido de la recogida de la basura para evitar que arrastrara los montones que iban haciendo.

Estos trabajos han sido supervisados por los responsables de medio ambiente del ayuntamiento. El sábado acudieron a la zona y constataron que aún seguía habiendo una cantidad importante de basura sobre la hierba. Este martes, cuando volvieron para comprobar la marcha de esos trabajos de limpieza, la campa presentaba otra imagen bien distinta porque estaba completamente limpia y apenas quedaba ya un trozo del último prado por recoger.

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