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Un conductor se apea de su coche en medio del atasco que el lunes pasado paralizó durante dos horas el tráfico de la A-67 entre Torrelavega y Santander.

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Un conductor se apea de su coche en medio del atasco que el lunes pasado paralizó durante dos horas el tráfico de la A-67 entre Torrelavega y Santander. María Sainz, conductora atrapada

¿Se puede evitar el colapso de la A-67?

Las dos obras proyectadas por Fomento en los accesos a Santander y Torrelavega, el impulso al transporte público y la reducción del límite de velocidad para evitar accidentes como el del pasado lunes son algunas de las alternativas que expone el ingeniero de la UC Borja Alonso

Mariña Álvarez

Santander

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Martes, 12 de diciembre 2017, 07:11

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Lunes 4 de diciembre, 7.30 de la mañana. Miles de coches se dirigen a la capital cántabra por la A-67 cuando, de pronto, un accidente entre dos camiones y seis turismos colapsa los tres carriles a la altura de Bezana. La autovía queda cortada al tráfico en sentido Santander. Pero los vehículos siguen accediendo a través de las entradas a la A-67 desde pueblos dormitorio en los que residen muchos de los que trabajan en la ciudad. Es hora punta. El tapón va creciendo, primero con colas de cinco kilómetros, seis, siete... y al rato, la caravana llega ya hasta Torrelavega, por mucho que los conductores intentaran escaparse por carreteras nacionales que acabaron bloqueándose también. La situación empeoró cuando, una hora después, otro accidente a la altura de Polanco saturaba también el sentido opuesto. La A-67 se convirtió, durante dos horas, en una auténtica ratonera.

Si el tramo de la A-67 entre Santander y Torrelavega soporta un tráfico medio diario de 60.000 vehículos, según datos de las estaciones de conteo que maneja el Ministerio de Fomento, con puntos a lo largo de su trazado que rebasan esta cifra (a la altura de Puente Arce, por ejemplo, es de 62.000), es de prever que el atasco de ese lunes, que se produjo en hora punta, haya afectado a miles de conductores y que buena parte de ellos hayan llegado tarde a trabajar -los que más, dos horas-. Hasta se tuvieron que retrasar algunas votaciones en el Parlamento de Cantabria porque varios diputados estaban atrapados en el colapso.

Hace años que se buscan soluciones para aliviar el tráfico y evitar las retenciones que se suelen formar en los puntos más conflictivos del tramo de la A-67 entre Santander y Torrelavega. «Pero lo que ocurrió la semana pasada fue una circunstancia excepcional: dos accidentes en apenas una hora, con uno de ellos que llegó a cortar por completo un sentido», explicaBorja Alonso Oreña, profesor del departamento de Transportes y Tecnología de Proyectos y Procesos de la Escuela de Caminos de la Universidad de Cantabria. Al margen de la excepcionalidad de la causa del atasco del pasado lunes, este experto indica que la autovía A-67 presenta «problemas endémicos». «Se diseñó hace muchos años y ya no tiene capacidad para tanto tráfico como soporta en la actualidad».

Alonso Oreña considera que las dos obras que impulsa el Ministerio de Fomento en esta autovía, el ramal de Barreda y el nuevo acceso al Puerto de Santander, solucionarán dos de los principales problemas del tramo: los continuos atascos en el nudo de Torrelavega y la congestión del enlace con la S-10. «El tramo de la A-67 entre Torrelavega y Santander presenta tres problemas diferentes», explica el experto. El primero, en el nudo de Torrelavega , donde enlazan las dos autovías de Cantabria: la A-67 y la A-8: «La variante que proyecta Fomento contribuirá a descongestionar las colas que se forman sobre todo en verano». Se trata de un ramal de continuidad entre Barreda y Sierrapando, con un presupuesto de licitación de 165,2 millones de euros y que podría entrar en funcionamiento a lo largo de 2020.

En cuanto al acceso a Santander, el segundo gran escollo a salvar: «Presenta mucho tráfico de vehículos hacia los polígonos, de residentes en otros municipios que acuden a diario a la capital, sobre todo a partir de Bezana». El ingeniero de la UC piensa que el acceso al Puerto desde la A-67 que se proyecta en Nueva Montaña y Raos, donde ahora son frecuentes los atascos, contribuirá a aliviar el tráfico hacia la capital. Este acceso, que cuenta con un presupuesto de 31 millones de euros, se realizará mediante una gran glorieta elevada para facilitar el movimiento del tráfico pesado hacia el Puerto por la parte superior y aligerar el resto del tránsito hacia el centro de la ciudad por la inferior.

Y en cuanto al resto del tramo, el que Alonso Oreña denomina «tronco», otras medidas que se pueden impulsar para mejorar la situación pasan por fomentar el transporte público, más que por pensar en aumentar la propia capacidad de la autovía. «El tramo intermedio presenta un problema, que no tiene capacidad suficiente, que se ha quedado pequeño para las necesidades actuales», comenta el profesor. Como medidas favorables, alude a otro proyecto del Ministerio de Fomento, el Plan de Cercanías de Cantabria presentado por el ministro De la Serna precisamente aquel lunes del colapso, que pretende que el viaje en tren desde Torrelavega a Santander se reduzca a quince minutos. Este plan prevé una inversión de 530 millones de euros en cinco años para renovar y modernizar el servicio ferroviario, con nuevos trenes, mejora de las estaciones y aumento de las circulaciones entre Santander y Torrelavega.

Al impulso del tren, el experto añade el aumento de frecuencias de la red regional de autobuses y una tercera, cuyos beneficios también defiende Alonso Oreña, sería la reducción de los límites de velocidad. Porque «pese a lo que algunos pueden creer, bajar la velocidad permite manejar mayor cantidad de tráfico». La prueba está en Saltacaballo, donde la Jefatura de Tráfico de Cantabria decidió reducir a 80 km/h el límite máximo entre Castro Urdiales y Vizcaya. La decisión, muy discutida por los propios usuarios de la vía, ha conseguido neutralizar uno de los puntos negros de la región. Y a menos accidentes, menos congestiones como la de febrero de este año.

Con todas estas medidas saldría una rentable ecuación: «Con un 10% de coches que puedas disminuir, igual se solventa la congestión en un 30%».

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