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SANE

El salmón pasa revista en Puente Viesgo

Los técnicos realizan desde el domingo el seguimiento del remonte de los peces con un conteo

álvaro machín

Puente Viesgo

Miércoles, 15 de noviembre 2017, 17:11

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Unen las remangas -como redeños- bajo el agua y avanzan, juntos, hasta arrinconar a los peces. Que no les quede más remedio que colarse dentro. No es fácil. Son escurridizos. Ayer tarde, al tercer intento, salió el único salmón que había quedado en el capturadero tras cerrar las compuertas.

«Mira, ahí hay uno», le decía un padre a su niña mientras señalaba desde el borde del río. Entre los que se juntaron allí y los que había sobre el puente, unas cuarenta personas. La operación es curiosa y atrae público. Pero no duró mucho. «Casualidad. Es la vez que hemos venido a trabajar que menos peces han salido. Ha habido días de treinta salmones y 170 truchas de una vez...». De eso va, precisamente. Los técnicos del Gobierno cuentan ejemplares. Los cuentan y los revisan para hacer el seguimiento del remonte y calcular los índices de abundancia en los cauces ahora que estos peces andan inmersos en su increíble viaje de vuelta río arriba. Desde el domingo hasta ayer tarde han repetido dos veces al día. Por ahora han contado 81 salmones y 482 truchas.

Hasta ahora los índices de abundancia son más bajos que los del pasado año, pero los técnicos aseguran que las cifras «no son preocupantes»

La estructura que hay en Puente Viesgo bajo el puente de madera es una herramienta de trabajo. Para entenderse, es una piscina con dos compuertas. Las cierran y capturan -la infraestructura se llama capturadero- los salmones y las truchas que quedan dentro. Los revisan, hacen anotaciones y los liberan río arriba para que prosigan su viaje. Es más que contar, en realidad. Es un estudio genérico del remonte de los peces que permite, después, tomar decisiones a los que gestionan. Cuántos son, qué porcentaje procede de la repoblación y cuál de la reproducción salvaje... Y también «si son machos o hembras, si tienen algún parásito, si su estado de salud en general es bueno y los años de invierno que han pasado en el mar». Lo explica Enrique Merino, técnico de la Sección de Recursos Piscícolas. Ayer coordinaba la maniobra junto a otras siete personas.

«Realmente este conteo nos permite obtener índices de abundancia para compararlos con los del año anterior». Cotejan datos en etapas con caudales similares «e intentando que el resto de variables sean homogéneas para poder comparar». Aunque asegura que «los datos de este año no son malos», por ahora, las cantidades están por debajo. «Hay algo más de la mitad de los que había, pero es que el año pasado fue bastante bueno. No son cifras preocupantes las de este año». En concreto, y teniendo en cuenta que las comparaciones están condicionadas por muchos factores, el balance de 2016 fue de 313 salmones contados en doce pescas (ahora llevan seis).

«Los conteos que hacemos aquí nos aportan los datos que luego tenemos de cara a la gestión»

enrique merino, sección de recursos piscícolas

«Tres truchas», decía uno de los guardas tras uno de los intentos y con los peces agitándose en la cesta y boqueando antes de volver al agua un poco más arriba, ya libres de nuevo. En cuanto a los salmones -ayer tarde contaron un salmón y catorce truchas-, «hay un pequeño porcentaje que seleccionamos y los llevamos como reproductores al Centro Ictiológico de Arredondo». «Son -explicaba Merino- los padres de los que luego utilizaremos para repoblar». En concreto, allí irán unas seis parejas.

Plazos y peligros

Estos conteos (que también se realizan en la presa de Batuerto, en el Asón) continuarán «hasta que el nivel del río 'marque'». O sea, hasta que, pasado el efecto de las crecidas por las lluvias de estos días, descienda hasta estabilizarse. Los guardas seguirán, entonces, pendientes del caudal. El riesgo de otra época sin lluvia, con altas temperaturas y viento sur, es una opción que, visto lo visto, no se puede descartar.

«Tenemos que estar vigilantes, pero que suban es inevitable porque van a reproducirse a la cabecera de los ríos. Si no les dejamos, no llegarán a los frezaderos (lugares donde acuden a desovar) que son más propicios. Los que desovan aguas abajo lo hacen en frezaderos con un índice de mortalidad mayor. No podemos impedirles que suban de manera natural porque haya un tramo de río que pueda secarse. En ese caso, hay que tomar medidas para sacar a los salmones de las pozas en las que se queden y llevarlos más arriba».

Sane
Imagen principal - El salmón pasa revista en Puente Viesgo
Imagen secundaria 1 - El salmón pasa revista en Puente Viesgo
Imagen secundaria 2 - El salmón pasa revista en Puente Viesgo

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