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Las tumbas se llenan de flores frescas cuando llega el día de Todos los Santos. Javier Cotera
Tradición y negocio por Todos los Santos

Tradición y negocio por Todos los Santos

Las floristerías denuncian la desigual competencia de las grandes superficies, con flores de poca calidad, pero baratas

JOSÉ AHUMADA

SANTANDER.

Miércoles, 1 de noviembre 2017, 08:02

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Es víspera de Todos los Santos y como el aparcamiento de Ciriego ya está abarrotado algunos visitantes optan por dejar los coches como pueden por los arcenes. «Pues no hay tanta gente: el sábado sí que hubo, por la mañana y por la tarde, y el domingo por la mañana. Se notan las vacaciones de los niños, porque están viniendo de forma más escalonada». Lo dice María Bolado, directora del cementerio, en una oficina sorprendentemente vacía de público. «Esto tan pronto está así como lleno», advierte al periodista.

Ciriego está hoy, paradójicamente, lleno de vida. Hay mucho trajín de gente que llega cargada de flores; muchos llevan también una bolsa con la bayeta y la botella de agua: aprovechan la visita para darle un repaso a la lápida del pariente. Los restos de esa labor, flores secas y otras de plástico ya viejas, llenan un container colocado entre los columbarios.

En estos días, el cementerio muestra su mejor aspecto. Su directora explica que todo el personal está centrado en las tareas de limpieza y que, como cada año, se contratan trabajadores de Ampros para segar el recinto y adornar las glorietas.

Ya fuera, se ve cola en la Floristería Miméndez. «Te atiendo en dos minutos -se disculpa Gema Pablo Miméndez-; ahora viene todo el mundo». Todos los Santos es una fecha de mucho negocio para las floristerías. «No sé calcular, pero se vende un setenta o un ochenta por ciento más; estos días traemos tres veces más mercancía». Hay ramos desde doce euros hasta lo que se quiera; las rosas cuestan 4,50 euros y los claveles, el producto estrella, están a un euro.

«Este año se notan las vacaciones de los niños porque la gente viene de forma más escalonada»

María Bolado, Directora de Ciriego

La florista se lamenta del intrusismo en el sector. «Hay gente que se dedica a vender fruta todo el año y cuando llegan estas fechas se ponen a vender flores. Otro vende alfombras y, ahora, centros de flores artificiales. Intentan hacer su agosto y nos fastidian».

Intrusismo

Según José Manuel López, responsable de la floristería Peñas Blancas y presidente de la Asociación de Empresarios Floristas de Cantabria, ese pequeño vendedor oportunista no supone tanta amenaza para el sector como las grandes superficies. Denuncia que siempre que llegan fechas de mucho negocio, como Todos los Santos -calcula que se hace el 15% de las ventas del año-, San Valentín o la principal, el Día de la Madre, sucede lo mismo. «Las grandes superficies ven que en este sector hay fechas interesantes y ofrecen productos gancho, con los que no se pretende ganar dinero, ya que incluso se vende a pérdida, pero sirven para que se vaya al centro comercial y se encuentre una oferta interesante». El presidente de los floristas -hay cerca de un centenar de establecimientos de este tipo en la región-, reconoce estar «muy cansado de esta guerra». Dice que en las grandes superficies se ofrece un producto de poca calidad, tratado de cualquier manera y a un precio muy barato. A veces, dice, llegan a colocar las flores al lado de alimentos perecederos, sin garantizar unas medidas de sanidad que las autoridades deberían vigilar.

«Durante estos días traemos tres veces más mercancía; se vende un 70 o un 80 por ciento más»

Gema Pablo Miméndez, Floristería Miméndez

Justifica el alza de precios de las flores por la época del año. «El Día de la Madre, el más importante para nosotros, son más baratas». Ahora hay muchas de importación. «Durante esta semana llegan camiones de flores de Holanda y, de Sudamérica, mercancía de Colombia, Ecuador y Honduras. Hace diez años no había productores en África, pero ahora, con la globalización, los grandes apellidos europeos se han trasladado a Kenia y a las Islas Mauricio. Marruecos también se ha convertido en un importante productor».

De vuelta a la ciudad, el redactor se desvía un momento para echar un vistazo en un centro comercial de la zona de El Alisal. Efectivamente, a la entrada, y sobre palés, ve una amplia oferta de flores. Los ramos más baratos son los de lilium oriental, a 4,90 euros.

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