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La murga A. P. Lalo's estrenó el segundo pase del certamen vestida de pobres que viven debajo de un puente.
Reporteros de coplas sin censuras

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Santoña disfrutó ayer con la segunda jornada del concurso de murgas del carnaval

Ana Cobo

Domingo, 24 de enero 2016, 08:41

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santoña De las garras de sus letras no se escapa nadie. Ni los políticos, ni la farándula ni los propios vecinos. Los murguistas son la voz de la calle. El carnaval les concede, 'licencia' para cantar lo quieran, sin cortapisas, pero con mucho arte, gracia y fina ironía. Eso, nunca puede faltar. Durante un año han estado 'pegados' a la actualidad y a los cotilleos para subir al escenario los temas y personajes que más pasiones levantan, que más críticas suscitan y los que garantizan una buena carcajada. La elección del disfraz es clave en el devenir de las coplas y pasodobles que lanzan dardos sin compasión.

El segundo pase del concurso de murgas adultas de Santoña volvió anoche a dar una lección de maestría y buen hacer. El cartel prometía y las cinco agrupaciones 'envolvieron' al público con unas trabajadas representaciones.

La noche arrancó viviendo debajo de un puente. Así aparecieron en escena los A. P. Lalo's después de que el banco «se haya quedado con mi casa y también con mi dinero». Estos pobres dieron un tirón de oreja a Rajoy porque «el subsidio solo lo cobran unos pocos». Con su cara más seria, lamentaron que «mucho ayudar a los refugiados, pero el Gobierno no quiere ni oír hablar de los desahuciados». A esta murga vivir debajo del puente no le robó la alegría y en su estribillo se animaron a hacer 'puenting' para después reírse de «su mala suerte porque entre todos los condones siempre nos toca el pinchao».

Y de la miseria al show más latino del carnaval. Los ganadores de la pasada edición, Los Artistas, subieron a las tablas a darle duro con su reguetón y dispuestos a «ligarme a todas, manos a Nanda». Convertidos en los cantantes latinos tan de moda, denunciaron que «los terrenos y parajes verdes de Cantabria» se hayan teñido de «un negro cruel y ceniza» por los incendios. A ritmo de su 'papito' repasaron los mejores disfraces de los concejales para Halloween y lanzaron la pullita al Ayuntamiento por contratar en fiestas a «King África y no a los grupos del pueblo». Antes de marcharse, pidieron que se luche por el concurso de murgas «con talleres extraescolares pa' que aprendan a tocar los chavales».

Y después del concierto tocó dar puntadas y bordar con Las Costureras en su taller. Entre patrones, agujas y dedales defendieron las murgas marineras que «reflejan nuestra identidad». Se acordaron de esas madres que tantos disfraces han cosido a sus hijos para los desfiles y se rieron del puñetazo a Rajoy. Sin olvidarse de reclamar que «vuelva la draga a la bahía». Su testigo los recogieron los Galipoteros convertidos en aquellos fachas de antaño. Se plantaron en la carpa «pa' defender la honra de mi España». Sus voces sonaron duras denunciando el maltrato a la mujer para después «invocar a Franco porque sin ti ando perdido». En su popurrí rindieron un homenaje a Los Amigos de la Canción por su 25 aniversario y se acordaron de Los Bailones, «la revelación» de las pasadas fiestas.

Con Los Vividores y su parodia de Paquirrín llegó el tiempo de reír. El hijo de la Pantoja está de bolo en el pueblo por carnavales. Un personaje que dio mucho juego a estos murguista que condenaron los «atentados y las barbaries» y se mostraron «flipados» con las pasadas elecciones. Con guasa cantaron que «como siga así el carnaval durará hasta Semana Santa» y dijeron no saber si vivían en Santoña o en Hong Kong a cuenta de tanta tienda china. Y antes de que se les llevara la policía, los paquirrines se fueron de carnavales.

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