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Jacinto Garduño y José Luis, dos vecinos de Castro no empadronados, caminan por el paseo marítimo junto a sus tres amigos Miguel Toral, Miguel Camacho y Adolfo Díez.
¿Cuánta gente vive en Castro?

¿Cuánta gente vive en Castro?

Ciudadanos Cantabria reabre el viejo debate sobre la diferencia entre población censada (33.000) y habitantes reales (dicen que el doble) y calcula que el Ayuntamiento deja de ingresar cinco millones de euros cada año por culpa de este desfase

Abel Verano

Domingo, 29 de mayo 2016, 08:11

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Alrededor de la mitad de los vecinos de Castro Urdiales, vizcaínos en su gran mayoría, no están censados en el municipio porque creen que las condiciones fiscales y sanitarias del País Vasco, así como la calidad de los servicios que se prestan allí a los ciudadanos, "son mejores" que las que se ofrecen en Cantabria. Este viejo desfase entre población real y registrada vuelve ahora a la actualidad con la denuncia pública del partido Ciudadanos Cantabria, que tacha de "absoluto fracaso" la campaña que emprendió en diciembre el Ayuntamiento para fomentar el empadronamiento y reclama un "estudio serio" por parte de la Universidad de Cantabria que analice los motivos por los que tanta gente evita inscribirse en el municipio en el que vive.

Ciudadanos cuantifica este problema: el representante del partido en Castro, Carlos Toral, asegura que las arcas municipales pierden alrededor de cinco millones de euros anuales en transferencias de la Administración por la falta de empadronamiento de una gran parte de los residentes de la ciudad. "Todos sabemos que de casi 56.000 personas residiendo y a pesar de ser de obligado cumplimiento por Ley, solo hay empadronados unos 33.000 vecinos, remarcó Carlos Toral.

¿Por qué no se empadronan?

En la campaña que emprendió el Ayuntamiento de Castro Urdiales para fomentar el empadronamiento se ofrecían una serie de ventajas fiscales como optar a bonificaciones en el IBI y otros impuestos; descuentos en actividades educativas, culturales y deportivas; acceso a la tarjeta de la Ordenanza Castreña de Aparcamiento (OCA)... El objetivo: recibir más dinero del Estado. A más empadronados, mayor ayuda económica y más servicios.

El pago del IBI es una de las principales inquietudes de los no empadronados en Castro, ya que consideran que los importes que asumen cada año por sus inmuebles "son demasiado altos" si se comparan con los de Vizcaya.

Pero si hay una razón de peso, junto a otras, por las que la mayoría no se deciden a censarse en el municipio castreño, son los "deficitarios" servicios sanitarios.

José Luis y Jacinto, dos amigos de Vizcaya, llevan quince y diez años, respectivamente, viviendo en Castro y no tienen pensado empadronarse "hasta que, por lo menos, se firme un convenio entre comunidades para que nos puedan atender en el Hospital de Cruces". Los dos recuerdan algún caso en el que el hospital vizcaíno no quiso atender a vecinos de Castro y tienen muy claro que el Hospital de Laredo "no reúne las condiciones necesarias para asistir a tanta gente". De hecho, dicen que "cuando vas allí te remiten enseguida al Hospital de Valdecilla". Conclusión, que prefieren seguir censados en el País Vasco "por la cercanía de los centros sanitarios, además de las mejores condiciones fiscales".

Javier Berecibar, un vecino del barrio castreño de Cotolino desde hace ya quince años, estuvo un tiempo empadronado en Castro pero decidió darse de alta en el censo del País Vasco por un problema de salud. "Aquí (en Cantabria) me daban un plazo de tres meses para que me atendiera el especialista y al entender que era un tema bastante serio, me empadroné en Vizcaya, donde me asistieron enseguida". Este agente comercial, que reconoce que su mujer sigue censada en Castro, también dice que en el País Vasco hay "más ventajas sanitarias y fiscales".

Foráneos con segunda vivienda en Castro

Entre los no censados los hay que vienen a Castro los fines de semana o en periodo vacaciones por tener una segunda vivienda en tierras cántabras. Es el caso de Antonio Fernández, quien tiene muy claro que "si el Hospital de Laredo estuviera en Castro, un porcentaje muy alto de vecinos se empadronaría aquí". "El asunto de los médicos le echa a la gente para atrás", apunta.

Este vecino, ya jubilado, es de los que cree que la presión fiscal en Castro es muy alta. "Pago 400 euros de IBI aquí, cuando en Portugalete pagaría 116".

Los que sí se han censado

El caso de Estíbaliz, otra vecina de Cotolino, es distinto. Hace quince años decidió empadronarse en Castro porque le interesaba a la hora de desgravar con su hipoteca, además de tener algunos servicios como la tarjeta de la OCA (Ordenanza Castreña de Aparcamiento) o el médico. "Para exigir al Ayuntamiento hay que estar empadronado. Si vives aquí y no están censado no puedes reclamar servicios. Las ayudas del Estado dependen del número de empadronados".

Estíbaliz defiende la campaña del Ayuntamiento en favor del empadronamiento y destaca las ventajas que aporta tanto al ciudadano como al propio municipio. "Me parece buena idea. El Ayuntamiento siempre alega que la falta de servicios se debe a la falta de dinero. Aunque lo de este Ayuntamiento es otro cantar, porque pago una barbaridad de IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y no recibo absolutamente nada".

"Se crean diferencias"

Javier Virto, exconcejal del Ayuntamiento de Castro, es otro vecino procedente del País Vasco que decidió establecer su residencia en Castro, hace ya quince años, "porque nos gustaba la ciudad". Acompañado de su mujer, que sigue trabajando en Vizcaya, decidió buscar trabajo en la zona y fue entonces cuando creó su propia empresa de construcción. Posteriormente, dio el salto a la política, "haciendo un ejercicio de responsabilidad", bajo las siglas del Partido Regionalista de Cantabria (PRC), formación que abandonó tras ocho años de militancia. Virto es de los que anima a los vecinos a que se empadronen "por las bonificaciones en el IBI que ofrece el Ayuntamiento así como otros impuestos municipales".

Entre los 31.837 censados que tiene registrados el Ayuntamiento de Castro, hay algunos que no están de acuerdo con la campaña para fomentar el empadronamiento. Es el caso de oserra Brizuela, un castreño de 69 años, nacido en la calle Ardigales y dedicado a la hostelería durante muchos años, que entiende que lo que se hace es "crear diferencias".

Brizuela critica que se ponga en marcha esta iniciativa cuando el Ayuntamiento no aplica "ningún tipo de rebaja o descuento a jubilados y personas con discapacidad", como es su caso. Por otro lado, reconoce que se han perdido empadronamientos en los últimos años "porque algunas empresas se han marchado de aquí y nos perjudica bastante". No obstante, cree que la solución "no es abrir la puerta a nuevos empadronados". "Los sueldos de aquí no son iguales que los del País Vasco", añade.

Por contra, su hijo José Ignacio cree que es bueno que aumente el número de empadronados en el municipio para, entre otras cosas, "que los censados no tengamos que soportar los gastos que generan los servicios". Además, es consciente de que aumentando el número de empadronados, "el Estado aportará más dinero al Ayuntamiento".

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