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Dos turistas observan uno de los seis barcos nuevos que se ofertan en el Salón Naútico.
Laredo, escaparate del mundo náutico

Laredo, escaparate del mundo náutico

La villa es el lugar perfecto de exhibición, compra y venta de los barcos nuevos y usados en Cantabria

karen márquez

Domingo, 24 de julio 2016, 08:25

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El continuo silencio en altamar es un privilegio de quienes se atreven a invertir en algo más que un viaje de verano, un barco. Desembolsar una buena suma de euros para adquirir un yate, un bote o cualquier embarcación fue casi un reto en España después de la crisis, sobre todo en el Norte. Sin embargo, parece que el país empieza a recuperarse aunque lentamente de la resaca del 2007.

Uno de los sitios baluarte de la compra-venta de navíos es el Salón Naútico de Cantabria, que desarrolla su quinta edición en Laredo y permite a los vendedores de toda España exponer sus navíos en busca de quienes se atrevan a vivir una nueva experiencia como marineros.

Rafael Martorra es uno de ellos. Argumenta que vende su barco porque ahora «estoy haciendo un tipo de pesca diferente». «Lo he disfrutado durante quince años, practicando pesca de altura y ahora quiero hacer algo más costero, para lo que necesito un barco de menor eslora, con la borda potente, un poco más ágil». No obstante, explica también que lo ofrece porque durante los buenos tiempos pudo mantenerlo pero que hoy cuesta «mucho dinero».

El hombre confiesa que es la primera vez que participa en el Salón y lo hace de la mano de Yates y Costas, una empresa intermediaria. «¿Opciones de venta? Más que amarrado en el puerto», asegura Martorra, que añade que se animó a participar porque el salón «está creciendo y hay que apoyarlo y traer su barco es una clara forma de hacerlo».

La teoría es apoyada por Jaime Piris, administrador de Yates y Costas que admite que «aunque desde el 2007 las ventas de barcos bajaron hasta en un 40% , ahora se están recuperando un poco, casi un 5% por encima respecto a los peores momentos». El mercado de segunda mano es el que más se mueve, precisa Piris, porque «existen embarcaciones de 30 años por ejemplo que se pueden comprar por 3.000 euros». Aunque si se habla de los barcos nuevos, allí sí que continúa existiendo un retroceso en ventas por la crisis y porque también se cobran impuestos muy altos.

Y es que adquirir un barco no es nada barato. El comprador debe tener en cuenta que existen una serie de impuestos y tasas (de matriculación, estancias, señalización e inspecciones) que se encuentran detalladas en la opción de tributación de la página de Fomento.

Para Jaime Piris, de Yates y Costas, que expone seis embarcaciones nuevas de última generación en la marina seca y seis de segunda mano en un pantalán en el puerto, otra de las razones de estar un poco «retrasados» en el mercado de las ventas náuticas responde a que «en el Norte el cliente o usuario de los barcos es el propio habitante local, mientras que en el Mediterráneo es más el turista». Con la explotación de Laredo como destino de compra-venta, se acercarán más clientes extranjeros asegura Piris.

A Koldo Ruiz le interesa mucho vender también vender su barco. No desaprovecha la oportunidad de invitar a los usuarios del Salón a mirar las características de su nave. Él es un ofertante particular que busca cambiar su Monika III por uno más grande. «No se puede tener dos a la vez. Lo ofrezco en 28.000 euros. Cuando venda éste empezaré a mirar el nuevo».

Para Marco Savedo, vecino de Castro, ese aún es un precio un poco alto. Todos los años asiste al salón porque le gusta ver «como ha evolucionado la náutica». Su mujer le sugiere que se compre un barco porque siempre ha trabajado en ese terreno, él tiene ganas pero dice que todavía hay que esperar.

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