La limitación de las parcelas para la marmita desata la polémica en Castro

Tras el «éxito» de la medida adoptada por la Concejalía de Festejos durante la pasada edición, que limitó las inscripciones al comprobar que en ediciones anteriores se apuntaban 300 cuadrillas pero solo presentaban el plato de marmita algo más de la mitad, este año se ha decidido mantener dichas restricciones, de tal forma que el concurso se celebrará en la zona del puerto: Plaza del Ayuntamiento, aledaños, dársena y hasta la estatua de las Rederas. En la explanada de San Guillén y en el rompeolas no se pintarán parcelas, «por lo que queda totalmente prohibido situarse en esa zona o en cualquier otra que no esté marcada como parcela para el evento», se dice desde la concejalía.

Tras quedarse sin sitio para poder participar en el certamen, una vecina afectada ha promovido una recogida de firmas a través de internet para que el Ayuntamiento amplíe el número de parcelas. Por el momento lleva unos 300 apoyos, pero el equipo de gobierno y las peñas organizadores ya han dejado claro que este año no se pintará ninguna parcela más, como ya se hiciera el pasado año cuando también hubo gente que se quedó sin su espacio.

«Muchos somos los que llevamos todo el año esperando a que llegue el 15 de agosto, una fecha que, como pone en las bases del concurso, pretende fomentar la cultura popular y la gastronomía local en un ambiente lúdico que aspira a conjugar la fiesta con el respeto al entorno, al medio ambiente y a la convivencia ciudadana», señala la promotora de la recogida de firmas, Gala González, al tiempo que reconoce que se llevó una amarga «sorpresa» cuando vio que ya no podía inscribirse para participar en dicho concurso «aún más sabiendo que muchas de estas parcelas serán desaprovechadas, no para participar en el concurso sino para que algunas cuadrillas tengan más espacio».

Ante este hecho y sabiendo que hasta dentro de un año este día no se va a repetir, los firmantes piden al Ayuntamiento de Castro que amplíe el número de parcelas a 50 más para que aquellos que no han podido coger parcela aún puedan participar en esta edición. «Hagamos de este día la fiesta que ha sido siempre: ¡Un día en el que reunirnos todos, pasarlo bien y comer mejor!».

A pesar de esta petición las peñas tienen claro que «sería una falta de respeto ampliar el número de parcelas este año, si en la edición pasada no se hizo cuando también hubo gente que se quedó si ellas», señala Aitor Liendo, de la Peña Los Jaulas.

Posible ampliación

Liendo, que lamenta que Castro vuelva a ser noticia por cosas tan desagradables como esta, asegura que, en función de cómo transcurra este año el concurso, estudiarán la posibilidad de pintar 10 o 20 parcelas más, pero el año que viene y con la aprobación del nuevo concejal de Festejos. «Dependerá del comportamiento de la gente», apunta.

Pero si hay algo que le preocupa a este castreño y al resto de organizadores del evento, es que se revendan parcelas. «Si yo revendo una parcela y hay algún problema, la multa la tendré que pagar yo. Y si esa parcela consigue un premio, tendrá que recogerlo el titular de la misma», advierte, aunque reconoce que es «muy difícil» controlar eso, «porque hay formas de evitar que sepamos que se ha revendido».

«Es una vergüenza que se haga negocio con una fiesta popular del pueblo», lamenta Liendo.