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El MAS cerrará entre enero y agosto para realizar obras de reforma. Más adelante, se ampliará.
Un nuevo MAS para Santander

Un nuevo MAS para Santander

Galeristas, artistas y coleccionistas apuntan hacia un museo dinámico, plural y abierto a otras disciplinas

Lola Gallardo

Sábado, 29 de octubre 2016, 12:28

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El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS) cerrará durante ocho meses para someterse a una reforma de sus instalaciones y la reorganización de espacios. Después llegará la ampliación, una vez se liberen los espacios de la Biblioteca Municipal y se sume el edificio de la antigua imprenta Martínez. Galeristas, artistas y coleccionistas cántabros responden a la pregunta: ¿qué museo quieren para Santander? Y la lista de peticiones es larga y variada. Un museo dinámico, abierto, plural, que cuide más a los artistas locales, que busque financiación público-privada para desarrollar proyectos de envergadura y que potencie sus colecciones históricas y regionales ante la cercana apertura del Centro Botín y de la subsede del Reina Sofía con los Archivos Lafuente.

Los galeristas reclaman un proyecto que posicione al MAS "como una institución emblemática en el panorama nacional" y que asuma un código de buenas prácticas donde se plantee "una convocatoria pública para una nueva dirección por un periodo estipulado y limitado". Consideran que la gestión actual del MAS "no sirve a la comunidad artística" y precisan de "imaginación y trabajo" para optar a convertirse en un museo con "identidad propia".

La falta de identidad del MAS es la crítica más constante de artistas y galeristas que urgen a desarrollar un proyecto museístico que le coloque entre los mejores museos de España. Los galeristas cántabros lamentan el "distanciamiento" que existe entre ellos y el museo, a la vez que aplauden "cualquier tipo de renovación". Piensan en un nuevo museo, en su renovación "es algo que venimos reclamando todos los sectores del arte en Cantabria y los galeristas, en especial", indican, pero para ello reclaman un proyecto y un código de buenas prácticas.

Concurso oposición

El Ayuntamiento de Santander convocó en 1984 el concurso oposición para dirigir el museo, plaza que quedó desierta. Entre 1983 y 1989, el museo estuvo gestionado por distintas personas. Primero fue Carmen Carrión, concejala-delegada del museo entre 1983 y 1986, y luego contratada; en 1985 el museo contó con Concepción García de la Torre como conservadora. Después fue el pintor Gonzalo Román ayudado por Juan Suengas. Y más tarde estuvo al frente Jesús Goya, como asesor de la alcaldía. En la época de Manuel Huerta como alcalde de Santander y Pedro Arce, concejal de Cultura, en 1989, el Ayuntamiento de Santander volvió a convocar el concurso-oposición, plaza que obtuvo su actual director, Salvador Carretero. Hoy, 27 años después, los galeristas de Santander recomiendan un cambio en la dirección, más dotación presupuestaria y personal cualificado, junto a una ley de transparencia.

Todo ello para asumir su condición de museo local, porque "la gestión actual del MAS no sirve a la comunidad artística de Santander; no ayuda a los artistas no ha sido nunca capaz de influir significativamente en sus carreras, ni de realizar convocatorias abiertas, encuentros, intercambios o residencias, mucho menos ayuda a los comisarios, galeristas, coleccionistas, investigadores y otros agentes de las artes plásticas". Reclaman un museo con "identidad propia, un proyecto claro y con objetivos concretos, con vocación de servicio público y en constante evaluación de su patronato y de sus dirección". Para conseguir estos objetivos, "se precisan cantidades ingentes de imaginación y trabajo, estrategias claras y gestionado por personas convencidas de su función de acompañamiento". En esta línea, insisten en que "no deja de ser sorpresivo que después de varios años la línea de trabajo del museo sea cada vez más difusa y menos comprometida con su entorno inmediato".

Un plan necesario

Los galeristas apuntan a un necesario plan "para no vivir en la permanente improvisación, a golpe de ocurrencias efectistas o copias de modelos foráneos". Una situación para la que proponen un cambio "con nuevas ideas, formas de trabajar y pensar a medio y largo plazo".

Conocer a los artistas y su trabajo, requiere de "un equipo profesional que estudie sin descanso las posibilidades que tiene a mano, del apoyo de la administración y de poner la gestión en manos de profesionales". Así, se conseguirá "atraer visitantes y tener un efecto multiplicador de la inversión pública en la ciudad".

Finalmente, señalan que las carreras de los artistas necesitan de algo más que hacer exposiciones, "necesitan repercusión, contactar con otros profesionales, que les ayuden en otras áreas geográficas y personas muy conectadas con el escena". Porque, a su juicio, "la escena hoy en día es muy cambiante y si no se está en constante reciclaje uno pierde la actualización con suma rapidez".

"Hemos llamado a la puerta del Gobierno regional, sin respuesta"

  • desde dentro

  • Miriam Díaz, concejala de Cultura de Santander, reconoce que se han dado grandes pasos en la modernización y renovación del MAS, pero todavía hay que afrontar nuevos retos. El primero es reforzar y consolidar el Consejo Asesor con nuevos artistas, coleccionistas, comisarios y galeristas. Reconoce que la realidad presupuestaria a veces choca con la realidad de las exposiciones y, por eso, en varias ocasiones «hemos llamado a la puerta del Gobierno regional, pero no hemos obtenido respuesta». Y es que está convencida de que el único museo público de arte contemporáneo de Cantabria debe contar con apoyo de la administración regional. El futuro también le imagina con un permanente diálogo con las nuevas realidades Centro Botín y sede asociada del Reina Sofía y con nuevos convenios para, por ejemplo, coproducir exposiciones con museos cercanos como el de Bellas Artes de Bilbao. Otro gran reto es llegar al mayor número de público posible y para ello seguirán apostando por los artistas cántabros y creadores emergentes.

Jaime Sordo es coleccionista de arte, pero también forma parte de la Comisión Asesora del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander (MAS). Desde dentro, reconoce que sus necesidades son evidentes: falta de espacio para almacén y restauración de obras, no tiene biblioteca y se echan en falta exposiciones, actividades conjuntas con Artesantander, un curso en la Magdalena, la edición de la revista Trasdós o un catálogo con los fondos del museo. ¿La culpa? La escasez de recursos humanos y económicos. Por eso, "hay que pensar en patrocinios", dice.

Todo para imaginar un museo "querido por los ciudadanos, con una programación ágil y más oferta expositiva. De no ser así, acabará canibalizado por el Centro Botín, la sede del Reina Sofía y el Anillo Cultural". Por último, reclama que sean los propios profesionales del arte contemporáneo de Cantabria los que gestionen y decidan qué necesita Santander para impulsar este sector.

Propuestas variopintas

Entre los artistas hay diferentes propuestas para el MAS: desde potenciar a los artistas locales hasta sustituir fotografías por cuadros o buscar una identidad propia y ser más dinámico y abierto a los jóvenes.

Roberto Orallo propone "un proyecto que tenga continuidad, sin un final. Un espacio único de aceleración de ideas que invite a sumergirse en experiencias en las que la ciencia, el arte, la razón y emoción, lenguajes y tecnología, allí donde la cultura y la sociedad se entremezclan, pensando siempre en los creativos". En la misma línea, Pedro Calderón propone un "espacio grande" para los artistas locales. Reconoce que hoy no es un espacio muy atractivo y se muestra "hermético" al ciudadano. Propone organizar los espacios cronológicamente y una mayor difusión a nivel de calle mostrar el contenido en otros espacios de Santander y Cantabria. Y sugiere que se organicen más propuestas artísticas: danza, graffiti y teatro para acompañar a las ya clásicas (pintura, escultura e instalaciones). Y por último, plantea implicar a espacios culturales de la región, "que aporten su granito de arena", dice.

El ilustrador José Ramón Sánchez aclara antes de empezar que es un enamorado del MAS, un lugar donde se siente cómodo, "como en casa". Y es que tiene un fuerte vínculo con el museo santanderino donde ha expuesto cinco veces. La primera con 18 años y la última con 78. Él tiene claro lo que quiere del museo: más dibujos y cuadros y menos fotografías. Y razona su comentario: el dibujo es un arte superior a la fotografía, aunque reconoce que todos los museos del mundo adolecen de este mal. El pintor Eduardo Gruber también apunta al problema de identidad del MAS. "Le ha perseguido la ambigüedad, con dos percepciones: la histórica y la contemporánea". Por eso, entiende que ahora es el momento de "encontrar la personalidad que lo defina y que el futuro visitante tenga claro la propuesta a la que se enfrenta". Nacho Zubelzu apuesta por un museo "dinámico y plural, abierto a nuevas propuestas de los artistas de Cantabria". Plantea un museo orientado a los niños y jóvenes con salas didácticas e interactivas y sugiere que para impulsar el arte en Santander hace falta un gran evento artístico que reúna a artistas de gran nivel internacional, "un gran festival de arte", dice.

La pintora Arancha Goyeneche propone optimizar los recursos y tender a un modelo de financiación público-privada para llevar a cabo proyectos de más envergadura. Además, plantea colaborar con otros museos y reorganizar sus fondos, así como abrirse al exterior y dotar al MAS de una biblioteca.

Desde Torrelavega, Antonio Castillo, de la galería Espacio Garcilaso, sugiere que igual que en Bilbao, el MAS debe potenciar sus colecciones históricas y fondos regionales y dejar al Centro Botín ser el referente en arte de vanguardia y contemporáneo. Reconoce que los visitantes de los museos del siglo XXI buscan cada vez más "una experiencia integral y lúdica" y considera que Cantabria debería dotarse de una Facultad de Bellas Artes.

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