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El director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, en rueda de prensa.
Zugaza: «Vuelvo a casa, con los míos y a una institución que quiero mucho»

Zugaza: «Vuelvo a casa, con los míos y a una institución que quiero mucho»

El director del Prado hace un balance muy positivo de sus 15 años al frente de la pinacoteca madrileña y anuncia que en el Bellas Artes de Bilbao quiere "experimentar" y "trabajar con los artistas"

Álvaro Soto

Jueves, 1 de diciembre 2016, 13:18

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El director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, ha justificado su decisión de abandonar la pinacoteca madrileña para pasar a dirigir en el 2017 el Museo de Bellas Artes de Bilbao en motivos personales. Me hacía muchísima ilusión volver a Bilbao, a mi casa, con los míos, a una institución que quiero mucho y que está en mi formación como profesional, ha afirmado Zugaza este jueves en una conferencia de prensa en Madrid.

Zugaza ha explicado cómo ha sido el proceso de este cambio. Las instituciones vascas se pusieron en contacto conmigo hace un año, ya que se jubilaba el director del Bellas Artes, Javier Viar. Me interesé en ayudarles en ese relevo, pero no comprometí mi decisión de aceptar el cargo de nuevo director hasta que no hubiera estabilidad política tanto en España como en el País Vasco. La decisión la he tomado hace poco, ha apuntado.

Cuando comencé mis conversaciones con las instituciones vascas, ha proseguido Zugaza, se lo comuniqué al Patronato del Prado. Las instituciones vascas han esperado un año, y les agradezco la espera. Nadie me intentó convencer de que me quedara en el Prado porque sabían lo importante que era para mí volver a casa. Si hubiera dicho en falso que me iba, me hubiera llevado una decepción, ha ironizado.

Sin dar plazos concretos, ha subrayado que su salida del Prado coincidirá con el nombramiento del nuevo director. No va a haber vacío de poder, ha remarcado. Zugaza dice que el Prado conoce su propuesta sobre la persona que le debe sustituir, pero asume que será el Patronato el que libremente tenga que tomar una decisión. Eso sí, ha señalado que el Prado debe tener un director de gran altura intelectual y con visión ambiciosa.

«Turbulenta» llegada en 2001

Mirando hacia atrás, el todavía director de la pinacoteca madrileña se muestra muy contento de lo vivido. Recuerda que su llegada en 2001 fue turbulenta y ejemplifica el difícil momento en que se encontraba entonces el museo con una anécdota. Dos personas me entregaron dos organigramas del Prado, y no coincidían, ha bromeado. Zugaza se felicita de que en estos tres lustros el museo madrileño haya llevado a cabo reformas estructurales que le hayan permitido pegar el salto.

Y cita el éxito de la ampliación, las exposiciones, la apertura los siete días de la semana o la inmersión de la pinacoteca en internet. Ahora ya no solo tenemos que hacernos cargo de nuestros visitantes físicos, sino de la gente que nos visita virtualmente. Destaca, además, que desde 1995 el museo ha permanecido ajeno a los vaivenes de la política. Despolitizar el Prado ha permitido que se profesionalice la institución, ha certificado, antes de pedir un nuevo pacto en el mismo sentido que incluya a los nuevos partidos.

Pero también ha habido momentos difíciles, como el fichaje de Gabriele Finaldi, uno de los puntales de Zugaza. Cuando quise traerlo, me dijeron que no se podía fichar a un extranjero. Pero posteriormente el Prado entendió que había que hacerlo. En ese momento, Zugaza planteó por primera vez su dimisión, pero no fue la única ocasión. Yo he estado siempre dimitiendo, ha corroborado.

Su último hito ha sido la ampliación del Salón de Reinos, anunciada la semana pasada y que llevarán a cabo los arquitectos Norman Foster y Carlos Rubio. Me quedo tranquilo con la unanimidad que ha habido sobre este proyecto, ha declarado.

«Local y global»

En cuanto al futuro, Zugaza no esconde su ilusión por aterrizar en el Bellas Artes de Bilbao, una institución que, asevera, es local pero trabaja en un escenario global. Primero quiere conocer la situación real del museo para después poder empezar a experimentar. Existe un tejido artístico en Bilbao y en todo el País Vasco muy importante. Me motiva mucho volver a trabajar con artistas vascos, que tienen un nivel muy alto, ha destacado.

Zugaza ha recordado la exposición de 2001 Gaur, hemen, orain, la última que él desarrolló en el Bellas Artes en su primera etapa como director, y se ha ufanado de que una parte de aquellos 22 artistas vascos que en ella participaron sean ahora cotizadas estrellas. En cualquier caso, no se marca plazos. Mi cerebro funciona con proyectos, ha dicho.

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