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'Blood, Stop, Space, Gold' aborda la apariencia y el tacto

'Blood, Stop, Space, Gold' aborda la apariencia y el tacto

La nueva exposición de la galería santanderina Josédelafuente, que se inaugura hoy, reúne las obras de Ana Adam, Nona Inescu, Emilio Rojas y Larisa Sitar, comisariada por Diana Marincu

Guillermo Balbona

Santander

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Viernes, 8 de junio 2018, 10:33

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'Blood, Stop, Space, Gold' es el epígrafe de la nueva propuesta colectiva e internacional de la galería santanderina Josédelafuente. Un microcosmos integrado por cuatro discursos artísticos que se inaugura hoy, día 8, a las 20 horas, comisariado por Diana Marincu, en el que participan Ana Adam, Nona Inescu, Emilio Rojas y Larisa Sitar. Esta cita se prolongará durante el presente verano, mientras la galería participa en diversas ferias, caso de Artesantander en julio.

Al estar inmerso en un incesante proceso de negociación y de construcción, «el cuerpo es visto hoy en día como algo que necesita ser permanentemente inventado y reinventado a través de estrategias de autoproyección, identificación, rechazo, adaptación, empatía, en una materia plural y fluida». La muestra 'Sangre, parada, espacio, oro' aborda las problemáticas de «la encarnación, la apariencia y el tacto» a través de otros tantos discursos artísticos.

Una parte de estos puntos de vista e inquietudes también hace referencia a un juego permanente de roles sexuales y de género, así como a la dicotomía privada y pública en relación con este tema, según la comisaria. Hoy, más que nunca, el poder de la interacción humana crea una 'crisis de contacto', como argumenta Inescu. «Como miembros de esta sociedad, quizás la tarea más difícil a la que nos enfrentamos diariamente es la de tocarnos, ya sea contacto físico, moral, emocional o imaginario». En su video, 'Dónde comienza el contacto, somos', la artista Nona Inescu reflexiona sobre la intimidad y la sensualidad. «El cuerpo humano se puede expandir infinitamente, borrando las fronteras del individuo y el entorno a través del tacto».

Ana Adam, por su parte, emplea el dibujo como una herramienta de empoderamiento, «una alquimia diaria» capaz de inmortalizar lo casi invisible, la energía y la estela de las acciones, resumidas en su credo: Soy a la vez personaje y creadora». El impulso de reaccionar e interactuar también está presente en su instalación de jabones, a modo de «vehículos para descubrir mensajes internos, pero también para eliminar la carga emocional».

Y la fragmentación del yo se refleja en las historias plurales que se desarrollan en los collages digitales de Larisa Sitar, «en los que el archivo se convierte en una fuente abierta sobre las relaciones humanas y las interacciones que se desarrollan en una historia ficticia». Finalmente, Emilio Rojas invoca la frontera como una herramienta crítica, a través de la que se exploran cuestiones como la explotación o la neocolonización. El contacto y el tacto rara vez son simétricos y las experiencias duales de tocar y ser tocados revelan diferentes aspectos de la exposición y la ocultación.

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