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El director Antonio Chavarrias posa durante la prensentación de 'El elegido'.
Objetivo: matar a Trotski

Objetivo: matar a Trotski

El director Antonio Chavarrías convierte el asesinato del revolucionario en un thriller histórico en 'El elegido'

Álvaro Soto

Miércoles, 31 de agosto 2016, 00:03

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La propaganda estalinista acusó a Trotski de ser el Judas del comunismo. Acusado de desviacionista por intentar democratizar la anquilosada estructura política de la Unión Soviética, la suerte de Lev Davídovich Bronstein, León Trotski (Yanovka, Ucrania, 1879-Coyoacán, México, 21 de agosto de 1940), estaba echada desde que Stalin accedió al poder. La ejecución de su sentencia de muerte solo era cuestión de tiempo, y de encontrar a la persona encargada de liquidarlo. La misión recayó en el comunista español Ramón Mercader.

Atractivo, culto, políglota, Mercader fue 'El elegido'. Así precisamente se titula la nueva película de Antonio Chavarrías, una producción internacional que se estrena este viernes y que busca acercarse a uno de los hechos que marcaron el siglo XX, el asesinato de Trotski. Sin renunciar al rigor histórico, con pequeñas licencias solo para recrear los momentos menos conocidos de la trama, la cinta funciona como un thriller coral con el actor mexicano Alfonso Herrera (Ramón Mercader) como centro del argumento y el exilio español en México como envoltorio necesario para entender el desarrollo del guión.

«Es una película para todos los públicos, pero con un discurso adulto», explica el responsable del largometraje, Antonio Chavarrías, que vuelve a ponerse detrás de las cámaras tras 'Dictado' (2012). El también director de 'Las vidas de Celia' o 'Volverás' recuerda que, frente a los numerosos filmes que han explorado la Guerra Civil, muy pocas cintas se han acercado al asesinato de Trotski pese al papel central que jugó un español, Mercader.

«Durante mucho tiempo sufrimos una dictadura que oscurecía las partes de la Historia que no le gustaban. Y Trotski, además de enemigo de Stalin, era un antifascista y también la inspiración de grupos opositores españoles que se definían como trotskistas. Por eso, el poder no tuvo ningún interés en traducir los libros que hablaban del revolucionario o de darle publicidad. Son lagunas que hemos sufrido», cuenta Chavarrías.

El reparto, que reúne a actores de muy diferentes procedencias, es uno de los puntos fuertes de la cinta. Además de Herrera, sobresalen Hannah Murray, en el papel de novia de Mercader, los británicos Henry Goodman y Julian Sands o el mexicano Emilio Echevarría. «Rodar fue mucho más fácil de lo que yo esperaba. Una vez que nos sentamos a ensayar, vimos que lo importante es que cada uno aportase su verdad para darle una identidad a la película. Cada personaje y cada escuela enriquecen la cinta», destaca el director.

La cuota española la llena plenamente la actriz Elvira Mínguez, que da vida a uno de los protagonistas más interesantes y complejos de la película, la ambiciosa y manipuladora Caridad del Río, madre de Ramón Mercader, que no duda en ofrecer el sacrificio de su hijo al altar de la «causa», como ella misma define al comunismo. Aunque en realidad, la única causa verdadera de la madre de Ramón Mercader es ella misma. «Mi personaje es tan grande que merece otra película», subraya Mínguez.

Una mujer, Caridad del Río, que se casó con un rico burgués catalán, se enamoró de un piloto de avión francés, conoció el manicomio, la droga y la violencia y disfrutó de una vida sexual transgresora para la época (incluyendo rumores de incesto con su hijo Ramón, como esboza la película), hasta que encontró en el comunismo, entendido como la dictadura del miedo y el dominio de los demás, la respuesta a todas sus dudas existenciales.

«Tengo 51 años, soy madre también y he escuchado muchas mentiras en relación a lo que una madre es capaz de hacer por sus hijos. Yo tenía ganas de meterme en la piel de una madre que es egoísta y que odia, pero que se atrevió a vivir de manera coherente, como era ella», destaca Elvira Mínguez.

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