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La princesa Leia en 'El retorno del Jedi'
Forjadores de mitos

Forjadores de mitos

Cómo las teorías de Joseph Campbell en ‘El héroe de las mil caras’ influyeron en ‘La Guerra de las Galaxias’

Javier Llamazares

Miércoles, 18 de enero 2017, 13:22

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Como parte del imaginario colectivo de nuestro tiempo, cada uno tenemos nuestra particular relación con la saga más exitosa de la historia del cine, "La guerra de las galaxias". Para algunos fue la fascinación del descubrimiento a finales de los setenta y en los primeros ochenta, y para otros es parte de una herencia recibida y acrecentada por la pasión, casi devoción, de generaciones anteriores.

Pero esa fijación en la memoria compartida, capaz de trascender barreras de edad, geográficas y culturales, no se debe a las muchas virtudes que puedan adornar a estas películas; más allá de lo tecnológico, del oropel hollywoodiense y de toda la mercadotecnia industrial, las verdaderas razones del éxito universal de esta historia extemporánea son puramente literarias: el secreto está en su armazón, en la construcción de un relato que explota los cánones de la narratología, y se amolda a la perfección a la manera en que los humanos nos contamos historias desde el principio de los tiempos.

La propia fórmula con la que arranca la película busca una conexión emocional directa con los cuentos tradicionales: "Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana"; el exotismo de cambiar "un reino" por "una galaxia" introduce un leve cambio de escenario, pero en el fondo sólo refrenda la llamada a una estructura clásica y absolutamente reconocible para cualquier espectador.

Que el propio George Lucas es consciente de esa universalidad lo demuestra la escena de "El retorno del Jedi" en la que C3PO y R2D2 narran a los ewoks las hazañas de Luke, Han y Leia de una manera muy similar a cómo podrían haber narrado en la antigua Grecia las aventuras de Ulises. No entendemos el idioma, pero instintivamente sabemos qué están contando.

Mitos universales

Cuando Luis Alberto de Cuenca afirmaba en 2012 que ""La Guerra de las Galaxias" es una síntesis admirable de todas las materias mitológicas", lo que hacía es refrendar el hecho de que George Lucas construye una nueva mitología, masivamente aceptada por el público, cuando las sociedades modernas ya carecían de mitos. Y lo hace basándose en las tesis defendidas por el antropólogo Joseph Campbell en su célebre obra "El héroe de las mil caras".

Cuando Campbell iniciaba sus investigaciones, probablemente partía de las ideas de Adolph Bastian, quien a finales del XIX ya sostenía que todos los mitos universales estaban construidos con las mismas "ideas elementales". El psicólogo Carl Jung precisaría aún más, y las llamaría "arquetipos", asegurando que formaban parte de un subconsciente colectivo que permitía que cualquier ser humano, con independencia de su cultura y época, pudiera identificar ciertos patrones o figuras básicos: el héroe, el mentor, las pruebas Arnald van Gennep, por su parte, indagaría con idéntico espíritu en los ritos de paso rituales de distintas culturas.

A mediados del siglo XX Joseph Campbell retomaría esa línea de investigación, estudiando sociedades de todo el planeta y todas las épocas, hasta concluir que bajo las religiones y los mitos subyace una estructura común, una especie de esquema colectivo a la hora de narrar historias épicas, compartido por todas las culturas humanas. A ese patrón narrativo lo llamó "Monomito" con un guiño a James Joyce, de quien lo tomó prestado, aunque es más conocido como "el periplo" o "el viaje del héroe".

Los estadios

Campbell estableció diecisiete fases en la aventura del héroe, aunque no necesariamente tienen que aparecer todas en cada relato, y pueden surgir variaciones de personajes, pero el esquema básico siempre aparece; la trama parte de lo conocido a lo desconocido, en un viaje circular, pues retorna a lo conocido.

Veamos cómo estos estadios pueden identificarse fácilmente en la trilogía, que parte de un mundo ordinario, como es la vida rutinaria del joven Luke en Tatooine. Los siguientes pasos se engloban en tres grandes fases. La primera es la partida, con los siguientes estadios:

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