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Carmen González Echegaray Celedonio Martínez
conocimiento, rigor y esfuerzo

conocimiento, rigor y esfuerzo

Aurelio González Riancho

Martes, 23 de enero 2018, 07:18

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Apenas hemos comenzado el que han declarado el Año del Patrimonio y nuestra pérdida es ya irreparable. María del Carmen González Echegaray nos ha dejado para siempre. Ha sido una vida llena de logros y merecidos reconocimientos. Fue, sin duda, una trazadora de senderos, pues abrió caminos entonces pedregosos para una mujer, una historiadora de las de verdad, infatigable investigadora, valiente, rigurosa, concienzuda y tenaz, pero fue, sobre todo, una persona generosa, sencilla y humilde, cualidades estas difícilmente reconocibles en personalidades tan extraordinarias

El número 11 de la calle de Gómez Oreña fue testigo de sus primeros andares. Eran los años 20 del siglo pasado, sus padres: Carmen Echegaray Abascal, sobrina del historiador vasco Carmelo de Echegaray Costa, y Joaquín González Domenech, cónsul de la República Argentina, amarraron firmes y profundos los cimientos de su educación para que crecieran en el amor al conocimiento, la historia, el patrimonio y las tradiciones, pero todo ello sustentado en una condición esencial que orientase todo este bagaje: ser buenas personas.

Carlos, el mayor, fue historiador, bibliógrafo y africanista prestigioso, Rafael, el segundo, ejerció como marino y abogado, enamorado del mar del que fue su historiador, Joaquín, es considerado uno de los grandes de la historia, de la arqueología y eminente biblista del último siglo.

Carmen, la hija pequeña, ha sido la gran erudita de la heráldica de Cantabria. Autora de obras imprescindibles en el conocimiento de nuestras raíces, de la estructura social a lo largo de los siglos, de sus sagas familiares y genealogías, claves esenciales que ayudan a conocer mejor cómo somos y saber de dónde venimos. Sus estudios son referencia insustituible para cuantos se aproximan al conocimiento de la historia de Cantabria y que la posicionan como una de nuestros más eminentes historiadores.

No tuvo ocasión de licenciarse en universidad alguna, pero se forjó sólidamente en el estudio de la Historia, su gran vocación personal y devoción familiar, a base de esfuerzo personal, tesón e inteligencia, y demostró ser uno de las personalidades más reconocidas de la disciplina, y ocupa, por derecho propio, el privilegiado lugar que la sociedad dedica a quienes más generosamente y fielmente han contribuido a engrandecerla. Es ejemplo de superación, en lucha por conseguir ser respetada por sus logros intelectuales, más allá de titulaciones, en aquel mundo de hombres donde por el hecho de ser mujer era razón de más para desconfiar, si no menospreciar, sus méritos.

Nombrar a María del Carmen González Echegaray es hablar de sabiduría, de generosidad para su conocimiento, de rigor en el estudio, de esfuerzo, de amabilidad, cariño y entrega a los demás. Había nacido, como muchas mujeres de su tiempo, destinada para ser esposa y madre, y lo fue, pero sin abandonar la llama de su verdadera vocación. Solo cabe admirar su firme voluntad, su energía, su humildad, etc… todo su conocimiento y sus logros alcanzados se asientan en sus cualidades humanas, heredadas, compartidas y fortalecidas día a día, lo que la llevó convertirse en una de las más ilustres personalidades de Cantabria.

María del Carmen, investigó y publicó sobre genealogía y heráldica, considerada por todos como la gran experta en esta rama, su trayectoria es continuadora de Escagedo Salmón en etnografía, arte, costumbres y tradiciones. Otro tanto escribió de muchos lugares de Cantabria y de la historia de Santander, de las iglesias de Santa Lucía, la Compañía, el convento de la Santa Cruz y el de la Bien Aparecida, de grandes personajes como el héroe Pedro Velarde, del virrey Revillagigedo o Andrés Díaz de Venero y Leyva, y de pueblos o zonas de Cantabria como de Santillana del Mar, Peña Castillo, Camargo, Limpias, Colindres o Toranzo. También investigó sobre la emigración Cántabra hacia América de lo cual dejó un librito esencial, ‘De Santander a San Luis de Potosí’. Nos regaló el diccionario de apellidos para consulta de estudiosos, aficionados y de cualquier persona deseosa por conocer su ascendencia. Habló de rutas jacobeas en la región y muchos otros temas que no caben en este breve escrito. Participó en debates locales con rigurosos y, algunas veces, críticos escritos en prensa, en coherencia con su férrea voluntad en defensa del patrimonio.

Pero, quizás, el trabajo por el que será recordada para siempre será sus ‘Escudos de Cantabria’, monumental obra en siete tomos que aporta una pormenorizada relación de los cientos, sino miles, de escudos heráldicos diseminados por toda la provincia, identificados e interpretados con relación a las historias de los lugares. Desde 1969 hasta 2009 ha tardado más de 30 años en culminar esta obra y se despide de esta vida con la dulce tranquilidad anunciada por el gran Leonardo Da Vinci, en correspondencia a una vida bien aprovechada. Desde 1969 formó parte del Centro de Estudios Montañeses, donde siempre será recordada con cariño y gratitud. Fue miembro de la Real Academia de la Historia, del Instituto de Genealogía y Heráldica del CSIF y de otras reconocidas instituciones. Recibió numerosos reconocimientos como el Magister Senior Honoris Causa de Unate junto al Secretario General de Naciones Unidas Javier Pérez de Cuellar, el Premio Plaza Porticada o la Estela de Oro de la Sociedad Cántabra de Escritores.

Sus amigos y todos los amigos de la historia y del saber en general, estamos de luto. Las únicas palabras que brotan de nuestra tristeza son de gratitud hacia María del Carmen por todo lo que ha entregado. Su persona y sus obras son merecedoras de ser mantenidas en la memoria de nuestra sociedad. Para ello proponemos que se destine en algún lugar emblemático un blasón dedicado a su nombre, como ejemplo para todos y homenaje a su figura, en el nombre de una sociedad agradecida.

  • También suscriben este artículo. Domingo de la Lastra, Eloy Velázquez, Rosa Coterillo, Ramón Bohígas, Manuel García Alonso Ignacio G.-Riancho, Esperanza Botella, Javier Marcos, Miguel de la Fuente, Orestes Cendrero, M.J.G. Acebo, Luis Villegas, Virgilio F.-Acebo, Juan Carlos Zubieta, Lino Mantecón, Manuel L.-Calderón.

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