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Pedro A. Terán, al frente del coro y orquesta, en uno de los ensayos generales. Celedonio Martínez

'Silencios y excusas', entre bambalinas

Los directores de escena, músicos, miembros del coro y las diseñadoras de vestuario y escenografía explican el trabajo «ilusionante» que realizan en esta obra

ROSA M. RUIZ

Viernes, 23 de febrero 2018, 07:34

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Porque aman la música, porque quieren reivindicar el talento de Cantabria, porque no saben decir que no a un reto... No les faltan porqués al más de centenar de personas que mañana, sábado, pondrá en escena la primera ópera cántabra 'Silencios y excusas' en el Palacio de Festivales. Otro de los porqués, tal vez el más importante, es la amistad que les une a Pedro A. Terán, músico polifacético y profesor de percusión, música de cámara e improvisación en el Conservatorio Jesús de Monasterio y autor de la partitura. Una relación que ha hecho que un buen número de instrumentistas de la región, contagiados por la pasión del autor, hayan sacrificado sus horas libres para ensayar la obra. También hay amigos cantantes que han formado un coro ex profeso para la representación y llevado hasta él a otras voces experimentadas; una joven diseñadora que ha echado el resto para que el escenario acompañe la historia que se representa; una mezzosoprano cántabra con una gran trayectoria a sus espaldas que no ha dudado en sumarse al proyecto y convencer a otros tres cantantes que, como ella, pondrán voz a la partitura... o un incondicional Antonio Ruiz del Olmo, profesor de piano que, desde su papel de gerente y coordinador del espectáculo, ha conseguido liar a otros tantos colegas y conocidos para que se involucren en este proyecto tan ilusionante. Porque entusiasmo, ánimo y confianza son las sensaciones que se viven estos días en los ensayos generales que se están llevando a cabo en la sala Argenta.

El resultado de todo este trabajo que se inició «en serio» hace más de un año -porque el compositor y el libretista David Ayala llevan mucho más tiempo trabajando en la obra-, se materializará en la hora y cuarenta minutos que dura la representación, pero son muchísimas más las que hay detrás y las que se han invertido hasta llegar hasta aquí. Además de los músicos o cantantes que dan vida la obra, entre bastidores un gran número de profesionales cántabros que comparten la expectación con los artistas.

Dos de ellos son Carlos Peguero y Martín Antolinez, directores del Estudio de Actores del Café de las Artes Teatro, que se han hecho cargo de la dirección de escena. A ellos, según cuentan, les reclutaron Terán y Ruiz del Olmo. «Nos expusieron el proyecto y la posibilidad de trabajar en algo tan grande, en un sitio también grande y con gente profesional al cien por cien hizo que no dudáramos en tirarnos a la piscina», explican.

La ilusión, el ánimo y la confianza se respiran estos días en los últimos ensayos

Entraron en la obra hace nueve meses y aunque al principio les parecía algo «idílico» cuando comprobaron que «120 personas, con una gran trayectoria profesional a sus espaldas y de Cantabria se habían unido para tirar con pasión del mismo carro, supimos que esto iba muy muy en serio».

Su cometido, según describen, ha sido el trabajar con los cantantes y el coro para que sepan como transmitir la historia además de con su voz, con sus gestos. También les han mostrado como «habitar el espacio en el que se desarrolla». Durante los ensayos, que se han llevado a cabo desde entonces en el Café de las Artes con los figurantes y en el conservatorio Jesús de Monasterio con coro y cantantes, «hemos preparado corporal y expresivamente a todos los que actúan.

Los músicos, en un momento del ensayo.
Los músicos, en un momento del ensayo. Celedonio Martínez

El marco en el que se desarrolla la obra ha sido elaborado por el equipo técnico del Palacio de Festivales según los diseños de Amaia Terán. Esta joven diseñadora conoce bien a Pedro A. Terán. Es su prima y ya ha trabajado con él en otras composiciones del músico.

Desde el principio tuvo claro que sus bocetos iban a estar al servicio de la partitura y finalmente ha diseñado cuatro escenografías diferentes. «Bastante limpias, con estructuras sencillas para centrar la atención en la trama y la música que es lo más atractivo del espectáculo». Para ello juega mucho con los acabados, las tablas y la iluminación. Uno de los escenarios llevará a los protagonistas hasta la Grúa de Piedra. También juega con el agua y con diferentes imágenes que se proyectarán durante la obra.

Un reto con sello cántabro

El consejero de Cultura, Francisco Fernández Mañanes; el director de la Sociedad Regional de Educación, Cultura y Deporte, Ángel López Cobo; el director de la Sociedad Año Jubilar Lebaniego, Manuel Bahillo; el compositor de la ópera, Pedro Terán; y el escritor de la ópera; David Ayala presentaron ayer el espectáculo. Se trata, según el consejero, de un «desafío», al ser una ópera contemporánea y un «reto» en estos momentos, cuando las programaciones se acomodan a títulos más tradicionales. Un trabajo que, según destacó, se ha logrado «a base de urdir o coser las voluntades de muchas personas». Asimismo, manifestó el apoyo del Gobierno de Cantabria a la producción «manufacturada íntegramente» en esta región.

Otro de los nombres que están detrás de esta ópera es el de Encarna Ruigómez Trueba. Ella se ha encargado de la imagen y vestuario de todos los que aparecen en el escenario. Hay que recordar que la obra es una historia contemporánea. Un relato de un amor y desamor ambientado en una zona de copas y en otros puntos de una ciudad que claramente es Santander. Así que Ruigómez ha decidido vestirlos a todos «como viste la gente normal». Y para ello no ha dudado en poner al tenor vaqueros y playeras. «He tratado de llevar la calle al escenario. Por un lado y con ayuda de Textil Santanderina visto al coro como a cualquier viandante que nos encontramos normalmente en Santander y a los cantantes solistas igual, aunque con un aire más 'chic'», reconoce.

Ficha

  • Título ’Silencios y excusas’

  • Autores Pedro A. Terán (compositor) y David Ayala (libretista)

  • Músicos Orquesta y Coro ‘Silencios y Excusas’

  • Solistas Marina Pardo (mezzosoprano), Lucía Tavira (soprano), Vicenç Esteve (tenor) y Hugo Oliveira (bajo)

La diseñadora que en la actualidad trabaja como 'personal shopper' con empresarios de toda España, asegura que se metió en el proyecto de cabeza, «porque durante mi infancia me acostumbré a dormir con la maravillosa música de piano que me llegaba de casa de Antonio Ruiz del Olmo y quería devolvérselo de alguna forma». Pero tras meses de trabajo es una de las más entusiastas con la iniciativa. «Estoy enamorada de esta ópera y no puedo disfrutar más con la implicación de toda esta gente joven que es capaz de comprometerse en cosas que no son ni compradas ni traídas de fuera».

Como ha tenido la posibilidad de participar en varios ensayos y ha escuchado la obra varias veces asegura que el público que vaya mañana a la sala Argenta va a ser testigo «de algo muy diferente y muy nuevo. Algo que va a sorprender hasta a la gente que está acostumbrada a la ópera». También destaca que «Pedro A. Terán ha sabido convertir la historia personal de un amigo en una obra maravillosa».

En escena

La orquesta está formada por 58 músicos profesionales de la región de los tres conservatorios y de la Banda Municipal de Santander. Dos de ellos son el pianista Emilio Otero y el fagotista Fernado Aja, ambos profesores del Conservatorio Ataúlfo Argenta. Su amistad con el autor y la convicción de que se trata de una obra con muchas posibilidades les ha llevado a participar en 'Silencios y excusas' desde hace más de un año y seguir al principio un ensayo semanal que luego se convirtió en dos y a diario en las últimas semanas. Ambos destacan la actualidad de la composición y confían en la trascendencia de esta obra que demuestra que los músicos cántabros pueden hacer cosas grandes.

Una opinión que comparten dos de los miembros del coro, Rubén Camargo y Gerardo Carbajo. Para ambos es la primera vez que participan en una ópera, aunque, sobre todo el segundo, han pasado por varios coros de la región. En el escenario defenderán un personaje «complicado» porque representan de la voz de la conciencia de los protagonistas.

El coro acompaña a los otros cuatros solistas, la mezzo cántabra Marina Pardo y Lucía Tavira (soprano), Vicenç Esteve (tenor) y Hugo Oliveira (bajo). «Creo que la obra va a gustar mucho porque es una historia actual y la música muy efectista. Además de un compositor español y cántabro. ¿Qué más se puede pedir?» pregunta Lucía Tavira.

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