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Pilar Chato
Jueves, 7 de abril 2016, 12:37
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La IV edición de Master Chef tendrá sabores cántabros. El castreño David González Fernández es uno de los quince concursantes, elegidos entre 20.000 aspirantes. En la gala de este miércoles, en la que los últimos 30 candidatos debían quedarse en quince, David hizo gala de una permanente sonrisa, que fue destacada por el propio jurado, y de un gran nerviosismo que logró 'desquiciar' al mismisimo Jordi Cruz.
Durante el programa, y en su perfil de la web del concurso, explicó que uno de sus sueños es recorrer el mundo trabajando de cocinero, viajando en su furgoneta con un perro. Fue su hermana la que le apuntó al programa si bien ayer estaba acompañado de su padre y de un primo. De hecho el jurado le dio la palabra a su padre para terminar de convencerse y éste aseguró que esa permanente alegría era una seña de indentidad de David.
Para convencer a Jordi Cruz, Samantha Vallejo Nájera y Pepe Rodríguez cocinó unos sacos de queso manchego con carabineros con una base de piña y mango. Reconoció que nunca antes había utilizado carabineros pero que al verlos me hizo ilusión. Está bien cocinado, sí, pero no para volverse loco, le dijo Cruz. Sin embargo el debate con los otros dos jurados terminó con la entrega del delantal que le daba a David derecho a quedarse en el concurso.
David estudia Actividades Físicas y del Deporte en León y no descarta en el futuro dedicarse a trabajar con niños, personas mayores o discapacitados. Su afición a la cocina comenzó cuando se fue a estudiar y tuvo que empezar a hacer la comida para sí mismo y para sus compañeros de piso. Entre sus aficiones destacan el bodyboard, los viajes y la cocina.
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