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MIGUEL ÁNGEL ALFONSO
Sábado, 14 de enero 2017, 08:08
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Los programas de citas en televisión ya prescinden del café para conocerse, la cena romántica o los bailes en una discoteca, para pasar directamente a los postres. El canal en abierto DKISS estrena mañana 'Desnúdame' (a partir de las 21.00 horas) un nuevo 'date show' en el que dos desconocidos se encontrarán por primera vez en la cama y desnudos (a excepción de la ropa interior). Estos 'valientes' dispondrán de 30 minutos en una sala con paredes oscuras y una pantalla, en la que proyectarán momentos de la vida de cada uno para ayudar a entablar conversación. Lo que llegue después ya dependerá de la sintonía de la pareja.
Valientes porque la cadena reconoce que ha tenido problemas a la hora de encontrar participantes que se atrevan con este experimento sociológico. Mientras en otros países como Italia o Reino Unido, donde el formato tuvo un gran éxito de audiencia, se apuntaron al 'casting' más de 4.000 personas, en España la cifra no sobrepasó las 150 (de las que fueron seleccionadas 20 parejas).
«Parece que aquí somos más pudorosos, sobre todo las mujeres, pero la gente que se ha presentado venía convencida, porque nosotros no hemos engañado a nadie. Lo primero que les pedíamos era que se desnudaran delante de nosotros. Yo, de hecho, no me atrevería a presentarme porque me muero de vergüenza», explica a este periódico la directora de 'Desnúdame', Sonia Domínguez. Ella aclara que han rechazado a «personas maleducadas y zafias, que nos pudieran dejar en ridículo», y que «no tuvieran limpio el Certificado de Antecedentes Penales». El objetivo era huir de la polémica desde el primer minuto y obtener un resultado «elegante y cuidado».
Así que los protagonistas serán gente «normal», entre los que incluso se encuentran personas a los que nunca las habían desnudado antes. Y todos tienen un punto en común: están nerviosos. Durante esta peculiar cita se les invitará a susurrarse al oído, a acariciarse y a manifestar qué es lo que más les gusta de sus compañeros de cama (la de este programa mide 1,35 x 2 metros), entre otras pruebas. Pasada media hora, cada uno de los dos apretará un pulsador con el que, mediante un 'sí' o un 'no', mostrarán su voluntad de vestirse y marcharse o, por el contrario, conocer más a su pareja.
Sábanas limpias
En este sentido destaca el papel de Pilar Cebrián, la psicóloga del programa. Ella ha sido la culpable de diseñar estos retos desde su experiencia como consejera profesional, además de emparejar a los participantes. «Normalmente nos desnudamos delante de otra persona cuando va a pasar algo sexual, algo íntimo, y vamos a compartir algo más que palabras. Pero en este programa no es así, ellos van a empezar a hablar cuando estén desnudos. El hecho de empezar la cita por el final les va a ayudar a quitarse los miedos. Además vamos a ver a gente normal, no son cuerpos esculturales, son gente de todo tipo», opina Cebrián.
La principal duda surge en lo que pasa después de esa media hora y si la cadena ha tenido que echar de la cama a alguna pareja. «Algún caso hay (risas). Al final nos echaban a nosotros y a los cámaras, pero solo han estado la media hora de rigor. Lo que sí tenía claro es que después de cada cita teníamos que lavar las sabanas, porque soy muy maniática para estas cosas», apostilla la directora.
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